“Anuncio así, como ya he comunicado a mis compañeras y compañeros responsables, mi dimisión como portavoz del Grupo Parlamentario Plurinacional de Sumar, dejo el escaño en el Congreso y todas mis responsabilidades políticas”, comunicaba Íñigo Errejón, a través de una carta a su formación que compartió en redes sociales. En cuestión de horas, se conocieron múltiples testimonios de acoso sexual perpetrados por el ya expolítico.
“He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un nuevo mundo, más justo y humano. La lucha ideológica es también una lucha por construir nuevas formas de vida y relaciones mejores, más cuidadosas, más solidarias y, por tanto, más libres. No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana”, ampliaba en su escrito.
Desde entonces, una de las denunciantes ha pasado a un primer plano: Elisa Mouliaá. La actriz es el nombre más buscado por los medios de comunicación después de que su causa se archivara y Errejón las acusara a ella y a su abogada de “fraude de ley” y de realizar una denuncia falsa. El exdirigente de Más Madrid solicitó que se reanudara el procedimiento judicial con un abogado de oficio para la madrileña, tras la baja por maternidad de su defensa.
“Busca generar y provocar, a propósito, dilaciones indebidas, en un proceso de esta envergadura mediática y pública, alargando la pena de banquillo. La mala fe es indudable y el abuso de derecho, indiscutible”, expresaba el escrito del expolítico. Mouliaá, tras haber pasado por el hospital en las últimas horas, ha respondido a todos los temas pendientes en TardeAR, el magacín vespertino de Telecinco presentado por Ana Rosa Quintana.
Rotunda negativa
Esta es la segunda participación de la también colaboradora de Zapeando en el programa durante la semana, un hecho que ha levantado suspicacias en redes sociales. En las últimas horas, Informalia informaba de un supuesto acuerdo que Mouliaá había firmado para participar en otros espacios de Mediaset, por valor de 150.000 euros. La madrileña ha desmentido categóricamente cualquier vinculación con el grupo televisivo.
“Es mentira”, respondía a través de mensajería digital directamente al portal de El Economista. Las fuentes del medio señalaban que “hay conversaciones en marcha para ampliar su presencia en pantalla, si bien no podemos precisar si será como entrevistada, como colaboradora, de ambas maneras o con otro tipo de intervenciones, sin descartar un papel como actriz en ficción o en otro tipo de apariciones sean concursos u otros espacios”.