First Dates es a día de hoy en uno de los programas más populares de la televisión. Carlos Sobera y Laura Boado reciben cada noche la visita de una tanda de comensales con ganas de encontrar el amor. Una de las primeras en pisar el restaurante de Cuatro era Brenda, una modelo e influencer peruana de 30 años que se consideraba una persona sincera. ''Acepto que soy celosa y tóxica, no voy a fingir algo que no soy'', aseguraba.
Llevaba solo unos meses viviendo en Madrid, pero aún no había podido encontrar a su media naranja. ''El hombre es más sexual por naturaleza y siempre la va a cagar. No creo al 100% en la fidelidad'', confesaba. Eso sí, la soltera no se andaba con rodeos y explicaba que necesitaba un hombre con un nivel de vida alto. ''No pido que me mantenga, pero sí que sea estable económicamente'', decía.
Su cita era Rubén, un alicantino de 30 años que se consideraba alguien tranquilo a la hora de pensar y de actuar. La primera impresión entre ambos no podía ser mejor. ''Me parece una chica muy linda, alta, delicada'', reconocía el soltero. ''Para mí es muy importante la mirada, los ojos y Rubén tiene esos requisitos que me gustan de un hombre'', confesaba a la par que aseguraba estar muy nerviosa porque era su primera cita a ciegas en mucho tiempo.
Tras intercambiar sus primeras palabras, el presentador acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada hablando de sus profesiones. Rubén explicaba que su vida estaba ligada a los aviones por su profesión de azafato de vuelo. ''Está bien, es trabajador, le encanta viajar por su trabajo, me gusta'', comentaba la peruana.
Por su parte, Brenda confesaba que era una persona del mundo que siempre estaba viajando por su trabajo. ''Su estilo de vida es un poco como el mío'', decía él. Momentos después, la soltera tenía mucha curiosidad en saber qué opinaba Rubén sobre las operaciones estéticas. Para alegría de la soltera, él no tenía ningún problema con eso. ''Yo me hice la nariz, los pechos y un poquito en los labios'', reconocía ella.
''Ojos que no ven, corazón que no siente''
La prioridad de Brenda era encontrar a una persona con la que poder conseguir estabilidad emocional y económica. Además, la soltera se definía como una persona tradicional, cuyo objetivo era pasar por el altar y formar una familia. Un pensamiento que tenía en común con el soltero.
Pero donde no congeniaban era en su opinión sobre las relaciones a distancia. ''Lo he intentado, pero es complicado, tienes que confiar mucho, yo soy muy celosa y tóxica, si te gusta bien, sino te gusta tú te lo pierdes'', aseveraba ella, dejando en shock a su cita.
Los dos también reconocían haber sido infiel alguna vez en su vida y la soltera confesaba que no creía en la fidelidad, pero sí en la lealtad. ''Puedes irte una noche de fiesta, pero no significa que seas desleal. Pero si sigues en contacto con esa chica, eso sí lo veo desleal. Ojos que no ven, corazón que no siente'', explicaba.
Tras una cita llena de complicidad y de sorpresas, los solteros acordaban tener un segundo encuentro fuera de los muros de First dates.