Después de la visita de Tom Hanks y Mariana Treviño, El Hormiguero recibe a uno de los periodistas mejor valorados del momento en nuestro país. Vicente Vallés, presentador del informativo nocturno de Antena 3, tuvo que darse mucha prisa para terminar su trabajo y llegar hasta el plató, aunque los nervios por su retraso marcaron el comienzo de la noche.
También hubo tiempo para celebrar el éxito de ventas de Operación Kazán, la novela de espías que publicó hace más de un año y en la que demuestra su gran labor como escritor de ficción. Aunque se trate de un tema ya conocido, recordó la 'rivalidad' con Ángeles Blanco, su pareja y presentadora de Informativos Telecinco los fines de semana.
El periodista invitado de El Hormiguero se ha convertido en los últimos tiempos en el gran azote del Gobierno de coalición. Tras ser señalado por Pablo Iglesias en una rueda de prensa oficial, se convirtió en el objetivo de las críticas de muchos de los miembros y seguidores de Podemos.
La noche comenzaba de la manera que nadie esperaba. A pesar de comenzar al filo de las 22:00 h, cuando su hora oficial de arrancar es a las 21:45 h, el invitado no había llegado todavía. Tras el baile inicial, Pablo Motos salía al exterior del plató para anunciar que el invitado "no ha llegado", por lo que decidió recurrir a la tan socorrida publicidad para hacer tiempo.
Pasados cinco minutos de anuncios el valenciano volvía a aparecer solo en el plató, por lo que todos se temían lo peor, pero por fin había llegado la estrella de la noche. Pese a las explicaciones, en otras ocasiones llegó sin problemas a su cita y todo hace pensar que se trataba de una estrategia para retrasar el comienzo y evitar el final del partido disputado entre Argentina y Croacia en las semifinal del Mundial de Qatar.
Precisamente hablando fútbol comenzó la charla con Vallés, que recordó que uno de sus sueños es cubrir una cita mundialista. "De joven cubrí los Juegos Olímpicos de Invierno en Calgary, Canadá, no tenía ni idea y aprendí muchísimo", algo que ocurrió en el año 1988, cuando todavía estaba comenzando en la profesión.
"Quise dejar el periodismo deportivo para hacer otras cosas, pero me habría gustado cubrir, por ejemplo, el Mundial de Qatar. Me habría encantado", admitía. Sobre sus preferencias, el invitado de El Hormiguero es un reconocido aficionado del Atlético de Madrid: "Tengo muchos amigos argentinos, pero tengo debilidad Antoine Griezmann y me gustaría que ganara Francia.
Muchos fueron los temas distintos que se tocaron durante la entrevista, siendo uno de los primeros la polémica ley del sí es sí promovida por Irene Montero. "No es fácil de comprender. Hoy han añadido un párrafo en el intento de convencer a los jueces de que no rebajen condenas, es casi una petición del Gobierno", decía.
Sobre si este error, que ya ha servido para rebajar la condena a decenas de criminales, tendría que haber provocado que la destitución de la ministra de Igualdad, Vallés dio su punto de vista: "Son dos gobiernos y los nombramientos del sector Unidas Podemos los hace Unidas Podemos".
El periodista también habló de Alberto Núñez Feijóo, del que cree que le está costando adaptarse a la política nacional: "La sociedad nos hemos acostumbrado a que si alguien no grita mucho no llama la atención. Feijóo creo que está tanteando el terreno para encontrarse".
Por otra parte, Motos también quiso centrarse en otro momento de la entrevista en los análisis que hace Vallés al inicio del informativo y que además de hacerse virales, "tienen mucho éxito". Por ese motivo, el presentador quiso hacerle una confesión.
"Me gusta mucho tu estilo, porque haces una cosa que es incuestionable, pones datos frente a datos. No son opiniones, son hechos. Hay días que resulta demoledor. Supongo que eres consciente de que cabreas a unos cuantos", le dijo.
A lo que Vicente Vallés respondió: "Los datos suelen cabrear siempre a alguien, por muy ciertos que sean. Esto es normal, es parte del trabajo. Inevitablemente, cualquier cosa que digas, en un medio de comunicación, hay gente a la que le va a gustar ese día y hay gente a la que no, y al día siguiente es posible que ocurra lo contrario".
"Ahora la presión es que algunos te insulten y otros te amenacen", reflexionó Motos. "Eso no va a ningún sitio", aseguró Vallés, "a mí me encanta cuando, de vez en cuando, me llega una crítica que está bien fundamentada, porque consigues aprender sobre eso. Cuando alguien se limita al insulto, el insulto no te aporta nada, y eso pasa porque igual no le he gustado. Hay más gente a la que ver, no hace falta que nos vea a nosotros".