Vasile y la nueva cadena triste

Análisis

Vasile y la nueva cadena triste

Érase una vez una cadena de televisión llamada Telecinco que durante años cosechó exitosos resultados de audiencia, sin ningún rival que le hiciera sombra en España, contexto que llevó a muchos de sus componentes a bautizar chistosamente a su principal competidora, Antena 3, como “la cadena triste”. Eran meses en los que parecía que desde Mediaset disfrutaban ensombreciendo cada uno de los intentos de su rival por sacar la cabeza, jugando a su antojo con los programas de éxito que ellos tenían y moviéndolos con alevosía para eclipsar los estrenos de su competidor.

Son los mismos que se olvidaron de que la vida suele ser cíclica y más los estados de ánimo, que no son ni mucho menos eternos. Y es que en este 2022, el liderato de audiencias en España va a ser para una Antena 3 que no solo ha revertido su estado anímico, sino que ha sumido en una profunda depresión a su rival, que en los últimos meses parece perdido en el metaverso de su propia programación condenados por un modelo que ha quedado caduco.

Y en este contexto aparece el nombre del consejero delegado de Mediaset, Paolo Vasile, a quien el diario El Mundo ya daba por sentenciado el pasado lunes, a pesar de que el conglomerado italiano envió una nota de prensa para desmentir esa información y para mostrar su absoluta confianza en el magnate romano. Muchos pensamos en aquellas ratificaciones que se dan en el mundo del fútbol cuando sale el presidente a hablar tras una derrota para dar su respaldo a un entrenador que, pocos días después, aparece en las listas del paro.

BARCELONA 27.01.2016 VIVIR, VIGESIMO CUARTA SESION DEL FORO DE LA COMUNICACION, LA TELEVISION: EL AMIGO DEL HOMBRE

Paolo Vasile en Barcelona

LV / Archivo

La marcha de Paolo Vasile parece inevitable, aunque da la sensación de que el grupo quiere controlar los tempos y, sobre todo, la comunicación de una noticia que difícilmente pasará por una cesión o un despido teniendo en cuenta lo mucho que ha dado el romano al grupo. Obsesionado con el negocio y el dinero, levantándose de madrugada para ser el primero en echar un vistazo a las audiencias del día anterior y con una forma de proceder ligada al control absoluto y a la nula delegación, Vasile creó un monstruo en España ligado al modelo de los que algunos llaman telebasura, pero con el que logró retroalimentar la mayoría de sus programas y ser líder indiscutible sin que nadie les tosiera. Un modelo que ya no engancha y que ha sido soterrado con la ayuda por la apuesta de la docuserie de Rocío Carrasco que ha derivado en una histórica fuga de audiencia. Quizás sobraron burlas. Y quizás, solo quizás, faltó algo de humildad. Ahora es tarde.

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