Ya son las ocho despedía a la audiencia el pasado viernes con las lágrimas de Sonsoles Ónega y el adiós permanente de sus integrantes a la audiencia. En su lugar, Sálvame Sandía recogía el testigo este lunes para poner un punto divertido a las tardes de Telecinco con Carlos Lozano como maestro de ceremonias.
Sin embargo, el estreno del nuevo formato veraniego desde las playas de Benidorm fue un auténtico desastre: caos, fallos técnicos, insultos a colaboradores y un desesperado Carlos Lozano que trataba de poner un orden a tanto desastre. “Se está liando una buena”, comentaban desde el plató de Mediaset durante la emisión de La ruta de la Sandía.
A pie de playa, con una furgoneta como telón de fondo y unas sillas y mesas al estilo playero comenzaba pasadas las ocho de la tarde el nuevo tramo de Sálvame. El chiringuito televisivo reconvertido en un programa road trip contaba con Carlos Lozano como el presentador estrella, que en algunos momentos hacía las veces de reportero.
Lozano, ataviado con una camisa desabrochada, comenzaba su nuevo espacio con un: “Queremos que el público tenga voz y voto y pueda opinar de temas en directo y cara a cara. Si a la gente le molesta algo están en su derecho de decírselo a la cara”.
Sin embargo, ya desde el inicio, Sálvame Sandía estuvo marcado por los problemas técnicos: continuos fallos de sonido, que descolocaban al presentador porque no sabía si estaba o no en directo, e incluso, se podía escuchar la bronca de la regidora a Lozano. “¡Acerca el micro!”, se escuchaba.
“Sí, el micro, que tengo el micro... ¡De verdad!”, respondía el madrileño cuando le pedían que no dejase el micrófono sobre la mesa, sino que lo utilizase con los ciudadanos que se sentaban a dar su opinión.
La desesperación ante el caos que reinaba, y que provocaba las risas de sus compañeros desde el plató de Telecinco, provocó que Lozano gritase un: “¡Si me habláis todos a la vez, no puedo trabajar!”. Y es que las opinadoras anónimas no callaban ni tampoco dejaban títere con cabeza.
De Rafa Mora, una señora lo sentenció por defender a Kiko Matamoros en Supervivientes 2022 y por miccionar en la vía pública. “No se le asomaba mucho”, aseguró en referencia al tamaño de su pene. A lo que el valenciano, no dio importancia alguna y se lo tomó a broma.
Pero el buen humor no reinó en todos los colaboradores de Sálvame y menos aún ante insultos y descalificaciones. De Carmen Borrego, una de las opinadoras anónimas dijo: “¡No tiene categoría para ser como yo!”. Otra dijo sobre Rocío Carrasco: “Tu madre estaba hasta el mismísimo de ella. Y se lo dijo a ella”. A lo que Lozano optó por interrumpir y decir: “Rocío Jurado me encanta. Es una gran señora. La hija es...”.
Pero la anónima insistió: “Puede que todo lo que os ha dicho Rocío os lo traguéis con papas, porque sois una vasallas de ella. Lo que dice la idiota... Perdón, la tonta de esta chica que no tiene tres dedos de cerebro, que es lo que le dice Albiac”.
“Nuestros espectadores tienen todo nuestro respeto. Se puede opinar de todo, pero no hay que faltar el respeto a nadie”, interrumpió Terelu Campos. “Estamos todos de acuerdo en que no hay que faltar el respeto a nadie, pero hay veces en que desde plató se falta el respeto a la gente”, decía, como si se le reabrieran viejas heridas del pasado.
Pero para Terelu también hubo críticas. “Tienes que ser menos prepotente”, espetó otra de las mujeres. “Carlos, dile a la señora que se dé un bañito”, respondió la periodista. “¡Y tú también te lo podrías dar!' Donde esté Kiko Hernández que se quiten los demás”, contestó la anónima.
Pipi Estrada también fue el blanco de las críticas: “¡No das contenido! ¡No aportas nada!. Lo único que va de bueno es que vas a pagar una deuda que tienes que pagar”.
Mientras tanto, Carlos Lozano no sabía cómo resolver el caos que se estaba produciendo en directo. “¡Que alguien me avise!”, decía molesto. “Esto es la televisión en directo”, justificaba Terelu ante el desorden reinante. “¡Esto es un pifostio, un despropósito! Hoy es un desastre, pero es normal. Aquí, en la playa, en directo, es normal”, matizaba Lozano.