Hallado en un descampado de El Prat el cadáver de una mujer que podría ser Janet Jumillas
Caso Janet Jumillas
Los Mossos sospechan y tienen indicios para creer de que se trata de la vecina de Cornellà desaparecida, pero están a la espera del resultado del ADN
El cuerpo hallado en El Prat vestía la ropa de Janet Jumillas
Así se deshizo de pruebas el presunto asesino de Janet Jumillas
Medio enterrado en un agujero y mal cubierto con una vieja manta en un solar abandonado de El Prat de Llobregat. Así localizaron el martes por la tarde unos operarios de la limpieza el cuerpo de una mujer en avanzado estado de descomposición y que, a falta de los resultados del ADN, los indicios apuntan de que se trata de Janet Jumillas, la vecina de Viladecans de 39 años desaparecida desde el pasado 13 de marzo.
Múltiples elementos ya indicaban el martes a los investigadores que el cadáver correspondía a la mujer, cuyo presunto asesino , Aitor García, de 39 años, fue precisamente detenido hace dos semanas en su domicilio de Cornellà, donde los Mossos sospechan que la mujer fue asesinada.
Los investigadores, de la Unidad Central de Desaparecidos de los Mossos d’Esquadra, estaban precisamente trabajando estos días en la localización del cuerpo, ante el silencio del sospechoso que se niega a colaborar, pese a la multitud de pruebas que hay contra él.
El Prat era precisamente una de las zonas que se habían marcado los mossos para inspeccionar, y que aparecía en el mapa que estaban elaborando con los lugares que les señalaba el móvil del detenido. Además, tanto el sospechoso como un amigo suyo acusado de encubridor, están relacionados con El Prat. El último vive a menos de ocho minutos del lugar en el que ha aparecido el cuerpo, y Aitor vivió siempre en esta localidad hasta hace cuatro meses que se mudó a Cornellà.
El pasado 8 de mayo, los agentes detuvieron al presunto autor de la muerte de Janet Jumillas, que mintió a los investigadores desde el primer momento. En el primer interrogatorio, sólo como testigo, aseguró no haber visto a la mujer el día de su desaparición, a pesar de que a los Mossos les constaba que habían quedado en su casa, y que la visita a la delegación de Hacienda de Cornellà era una mera excusa.
El hombre, con un antecedente por un delito contra la salud pública, acabó reconociendo a los mossos que mantenía con la víctima una relación de amistad y que se habían conocido no hacía mucho por asuntos de trapicheo. De hecho, esa mañana, los investigadores sospechan que la mujer acudió directamente al ático de Aitor a reclamar una deuda. Por lo que fuera, allí dentro discutieron, con el triste resultado ya conocido.
Janet Jumillas fue asesinada y Aitor se deshizo de su cuerpo. Los investigadores deberán determinar si en colaboración del amigo que siempre ha sostenido ante los Mossos no saber nada del crimen. Ocho días después de la desaparición, y con Aitor ya en el centro de mira de los Mossos por esas mentiras contadas en su primera declaración, los mossos le sometieron a una estrecha vigilancia. Esa mañana, los investigadores grabaron al amigo bajar a la calle con un par de bolsas de basuras de grandes dimensiones. Más tarde apareció Aitor, que fue quien lanzó las bolsas de basura al contenedor, junto al contenido del interior de su mochila.
Los Mossos intervinieron discretamente el contenedor e inspeccionaron con detenimiento su contenido. En esa bolsa de basura habían dos mochos con sangre que el laboratorio confirmó que se trataba de la mujer desaparecida. Además de un vidrio que un fabricante de gafas confirmó que correspondían al modelo que usaba Jumillas y además, era su graduación. Tras la detención, la inspección del pequeño ático de Cornellà también aportó datos relevantes a los investigadores. Una de las paredes del piso había sido repintada tras limpiarla con lejía, pero aún así la policía científica encontró restos de sangre, que el laboratorio aún debe confirmar que es de Jumillas. La novia de Aitor, ajena completamente a los negocios ilegales de su pareja, indicó a los mossos que su ya ex pareja había pintado y cambiado de repente la disposición de los muebles del piso. Coincidiendo con la fecha del crimen.