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Una serie alegre y positiva para el fin de semana

La recomendación

Hay que aprovechar que el Serielizados Fest trae propuestas estimulantes

Everything's gonna be okay está disponible hasta el 29 de octubre en Filmin

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Fin de semana. Bares y restaurantes cerrados. Casi es un deber encontrar una recomendación no solamente buena sino también positiva para ver en televisión. Por suerte, el Serielizados Fest y Filmin lo ponen fácil: se pueden ver los cuatro primeros episodios de Everything’s gonna be okay, una serie estadounidense tierna y divertida que a priori podría ser un drama de tomo y lomo.

Quienes conozcan Please like me , ya entienden que el creador Josh Thomas está más que acostumbrado a mezclar comedia y experiencias traumáticas (en lo que ahora se denomina traumedia). Si en su opera prima mezclaba sus experiencias como un joven homosexual que salía del armario con la amistad y los problemas de salud mental de varios seres queridos, ahora es el turno de adentrarse en el duelo y enfrentarse al desafío de ayudar a criar a una hermana situada en el espectro del autismo.

Nicholas debe instalarse en California porque su padre muere y debe cuidar de sus hermanas”

La historia se centra en Nicholas (el propio Josh Thomas), que tiene que instalarse de forma estable en California porque su padre le pidió un favor antes de morir: cuidar de sus medio hermanas, que todavía están en el instituto. Así se encuentra a cargo de Genevieve (Maeve Press), que intenta ser rebelde y no lleva muy bien su orfandad, y Matilda (Kayla Cromer), que es autista y tiene un significativo despertar sexual propio de su edad.

Everything’s gonna be okay deja de lado cualquier problema económico (no es lo que interesa y por esto los hermanos están forrados) para centrarse en su forma de sobrellevar el trauma y reconfigurarse como una familia sin figuras paternas. Tienen que esforzarse en entenderse y ayudarse porque no tienen nadie más.

La actriz Kayla Cromer es autista como su personaje.

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Se comprende que Josh Thomas domina el tono que quiere darle a la serie en el mismo funeral del padre: el discurso que suelta Matilda contribuye a definir el personaje, situarla en sociedad y rematar un desencadenante triste con notas de humor. Puede sonar cursi pero Everything’s gonna be okay transmite que las circunstancias pueden ser adversas, la vida no es justa, pero el sentimiento de comunidad y familia ayuda a sobrellevar los reveses.

Al creador, además, no le tiembla el pulso con el tratamiento del sexo y el dilema que aporta una Matilda desinhibida y que muchos miran como si no fuera consciente de sus actos o no tuviera la capacidad de decidir por si misma, cuando afortunadamente sí tiene herramientas para formarse su propia opinión. ¿O acaso debe actuar en función de la moral de los demás?

Josh Thomas domina el tono que quiere darle a la serie como demuestra en el funeral del padre”

Esta naturalidad a la hora de abordar el sexo, de hecho, también se observa en las relaciones que se escribe Josh Thomas a sus personajes, sea en Please like me o en su primera excursión creativa a los Estados Unidos. Es de la opinión que el sexo puede ser incómodo y al mismo tiempo divertido y placentero, lo que resulta original en un entorno donde muchos creadores millenial prefieren mostrarlo con un punto sórdido y decadente.

Lo único que necesitamos es que, tras el pase de los cuatro primeros episodios vía Filmin (están disponibles hasta el 29 de octubre), exista un canal o plataforma que apueste por emitir Everything’s gonna be okay en su totalidad, su primera temporada de diez episodios y la segunda que está en camino. Lo racional sería que Disney, que emite la serie en Estados Unidos vía su canal Freeform, optase por emitirla aquí. Pero no encaja.

Las amigas de Matilda se mueren de ganas de ser rebeldes.

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Puede que la mirada de Josh Thomas sea un soplo de autenticidad y de aire fresco conciliados con un optimismo que el público también se merece (está bien enfocar problemas y al mismo tiempo no dejar que hundan el tono de la serie) pero tiene elementos que la convierten en imposible para Disney+: el personaje autista tiene dudas referentes al sexo (y muchas ganas de experimentar), hay un episodio donde se habla de drogas y, para rematarlo, hay sexo entre dos hombres (sin nada explícito, por supuesto, que está hecha desde una mirada joven pero familiar).

Y, claro, esto está prohibido en Disney+ como ya demostró Love, Victor , la secuela televisiva de Love, Simon que la plataforma desarrolló y después dio marcha atrás, evitando ponerse en contra a los sectores más conservadores de la sociedad americana y mundial, dejando que finalmente se emitiera en Hulu en Estados Unidos y que aquí siga sin tener quien la emita.