La serie Narcos nos impactó en su día por dos razones. La primera por darnos a conocer la figura de Pablo Escobar a aquellos que desconocíamos la historia del líder del cártel de Medellín en los años ochenta. La segunda porque, tal com se narraba la historia y con el magnetismo de Wagner Moura en el papel del narcotraficante colombiano, los espectadores corríamos el riesgo de empatizar demasiado con alguien que en realidad era un delincuente y asesino. Recuerden: “Plata o plomo”. Esta era su ley: muchos miembros del gobierno, policía y militares debían elegir entre aceptar sobornos o poner en peligro sus vidas.
La serie de Netflix puso de moda a los narcotraficantes en la pequeña pantalla. Tras la muerte de Escobar en la serie, Narcos continuó con una tercera temporada centrada en el cartel de Cali y su líder Gilberto Rodríguez Orejuela. Después llegó la serie derivada Narcos: México, protagonizada por la figura de Félix Gallardo y el cártel de Guadalajara. La vida de Gilberto Rodríguez Orejuela, y de su hermano Miguel, también fue la base que inspiró otra exitosa serie de Netflix, El cártel de los Sapos: El origen. Y en España también tuvimos nuestros narcos con Fariña y la historia del gallego Sito Miñanco.
Alex Høgh Andersen, conocido por su papel de Ivar el Deshuesado en 'Vikingos', se pone en la piel de Claus Malmqvist:
Ahora Filmin nos ha traído un nuevo biopic de otro narcotraficante, Claus Malmqvist, en este caso, de origen danés. El Vikingo: Historia de un narco, mitad biopic de ficción, mitad documental true crime, relata la historia real de Claus Malmqvist, que en el 2007 fue condenado a 16 años de prisión por el caso más importante de contrabando de Dinamarca: 13 toneladas de hachís y 500 kilos de cocaína procedentes de España y de los Países Bajos. Alex Høgh Andersen (que ya fue vikingo en la popular serie del canal History con el papel de Ivar el Deshuesado) interpreta al joven Malmqvist en esta serie que consta de cuatro episodios de 40 minutos.
El Vikingo: Historia de un narco es fruto del trabajo del periodista Jeppe Facius, coguionista de la serie que se sumergió durante 15 años en la vida de este narco con la intuición de que podía esconder una gran historia. Y la encontró. Al principio, Malmqvist se negaba a colaborar, pero cuando salió de la cárcel ya se mostró como un hombre distinto y dispuesto a contar su mayor tormento: haberle fallado como padre a su hijo. Una historia íntima que puede emocionar –y lo consigue– al espectador, sobre todo cuando Malmqvist se confiesa ante su hijo. Y que requiere, de nuevo, un esfuerzo por no volver a caer en un exceso de empatía por muy bien lograda que sea la serie.
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