The Mandalorian arranca con un ‘greatest hits’ de Star Wars y una aventura espectacular
¡Con spoilers!
El creador Jon Favreau no puede respetar más el medio televisivo (y con tanto presupuesto)
The Mandalorian: ¿A partir de qué hora se puede ver la segunda temporada en Disney+?
No es casualidad que Disney confiase en Jon Favreau para la primera serie de acción real de Star Wars. Es un hombre con oficio que entiende la naturaleza del blockbuster y pone estos conocimientos al servicio del arranque de la segunda temporada de The Mandalorian en Disney+, en el episodio titulado Chapter 9: The Marshal. ¿Cómo? Pues con una especie de greatest hits de todo lo que queremos ver en una producción ambientada en el universo de George Lucas y resumido en los primeros minutos (y habrá spoilers a partir de este punto).
El reencuentro con la serie es una experiencia muy reconfortante. Mando (Pedro Pascal) se impuso la misión de encontrar el pueblo de esa criatura que llamamos Baby Yoda. El episodio empieza con una negociación en un local de combates a muerte donde (cómo no) el interlocutor del mandaloriano le traiciona a la primera de cambio. Un clásico de Star Wars. Por supuesto sale ileso de allí y se traslada a Tatooine (otro clásico), donde le lleva la información obtenida.
En pocos minutos tenemos una negociación traicionera, Tatooine, un bar, la música de Ludwig Göransson y un monstruo gigante en el desierto”
Tenemos, por lo tanto, un local abarrotado de toda clase de especies extraterrestres, una negociación fraudulenta, planos espectaculares al llegar a Tatooine (y durante todo el episodio) y el metraje alardea de la música de Ludwig Göransson, que se llevó el Emmy en septiembre por su trabajo por la primera temporada. Y en el planeta de Luke Skywalker el espectador se reencuentra con un personaje favorito y se presenta otro de nuevo para seguir ampliando la galería de recurrentes de The Mandalorian.
Me refiero a Amy Sedaris, que vuelve como Peli Motto, la carismática mecánica en quien Mando tiene tanta confianza. ¿Y la cara nueva? Timothy Olyphant, un habitual del western televisivo (Deadwood, Justified), como el Marshal de un pueblo que lleva una armadura de mandaloriano. Se la dieron los jawas al salvarle la vida (otros invitados imprescindibles en un episodio que quiere dar en la tecla adecuada en todo momento) y Mando considera que es una falta de respeto hacia su comunidad.
Lo que podría terminar en un duelo a muerte se convierte en una improbable alianza cuando Mando descubre los problemas del pueblo del Marshal: hay un gigantesco dragón que se mueve por la arena que puede acabar con ellos en cualquier momento. Así empieza la aventura episódica semanal, posiblemente la más sencilla y la más espectacular que la serie ha presentado hasta el momento.
Conscientes que The Mandalorian es la serie estrella de su plataforma y de momento el principal reclamo para que el público adulto quiera estar suscrito al servicio, Disney+ parece haberse querido asegurar que nadie echaba de menos presupuesto en el episodio. No falta ni un dólar para recrear la visión de Favreau, para hacer lucir las localizaciones, para planificar las escenas con el impresionante monstruo (la presentación, la batalla final que el guión sabe desarrollar para que vaya a más), para que el departamento artístico pueda cuidar los detalles, para que Göransson envuelva el metraje.
¿Lo mejor de todo? Que el creador lidera el proyecto teniendo en cuenta la dualidad de la propuesta: la serie tiene unos valores de producción y un presupuesto fuera de órbita (como mínimo en la línea de las producciones más caras), acordados para que el espectador que ha visto Star Wars en las salas de cine no eche de menos la espectacularidad de la marca, pero el Favreau guionista no se comporta como si hiciera cine. Sigue al pie de la letra la máxima de que The Mandalorian es una serie y debe ser pura televisión.
Sí, Chapter 9 comienza con una continuación de la mitología de la primera temporada pero pronto el episodio se estructura en la presentación del conflicto del episodio y del nuevo personaje, el desarrollo y un final que coloca a Mando y al Baby Yoda en busca de la siguiente aventura. Es un procedimental de manual.
Jon Favreau no quiere inventar la rueda: respeta una estructura narrativa que lleva décadas funcionando”
En tiempos donde mucho autor y mucha plataforma intentan vender la moto de que producen películas de no-sé-cuantas-horas, se agradece un hombre como Favreau, especializado en blockbusters incuestionables (Iron Man, Iron Man 2, El libro de la selva, El rey león), siendo tan respetuoso con el medio y con una estructura narrativa que lleva décadas funcionando de maravilla.
(Y, por si acaso, un cliffhanger de manual: un plano de un hombre misterioso al final del episodio. No vaya a ser que los fans más acérrimos de Star Wars no tengan conversación hasta el episodio del viernes que viene.)