El magnífico entorno del Recinto Modernista de Sant Pau, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, acoge hasta el próximo 12 de enero la experiencia para toda la familia Els Llums de Sant Pau, que después de tres ediciones se ha convertido uno de los acontecimientos navideños en más esperados en la capital catalana. La propuesta, que combina tradición y modernidad, ha abierto al público esta tarde con un acto de inauguración que ha contado con una actuación del cantante Manu Guix.
Este año la propuesta es de lo más atractiva: descubrir cómo celebran las fiestas en países europeos como Italia o Grecia y de otros más lejanos como Estados Unidos, Argentina, México, Nueva Zelanda o India. Este mágico viaje se podrá recorrer de la mano de Llumi, personaje creado para guiar a los visitantes, especialmente los más pequeños.
Llumi, presente durante toda la visita, cobra vida a través de una pantalla led que ofrece un toque entrañable en el recorrido. Otro de los aspectos más fascinantes de esta edición es la posibilidad de transitar por este viaje con un pasaporte navideño que se sella a cada instalación, veinte en total. Este pasaporte es, pues, la puerta a descubrir de primera mano varias tradiciones de lo más curiosas y sorprendentes.
El recorrido cuenta con una veintena de estaciones
En Nueva Zelanda, por ejemplo, las fiestas tienen lugar en pleno verano y se disfrutan en manga corta. Su árbol de Navidad, que florece precisamente en diciembre, es el Pohutukawa, distinguible por una floración carmesí o de color melocotón que allí asocian a los colores de la Navidad. En cambio, en Grecia acostumbran a tener la chimenea de casa encendida durante todas las fiestas para evitar que el espíritu maligno conocido como Kallikantzaroi entre en las casas. Y en México, la fiesta conocida como Las posadas invita a golpear una piñata en forma de estrella de siete puntas en representación de los siete pecados capitales, cosa que hace las delicias de los más pequeños.
Seguramente, el espacio del que más se disfrutará si se acude en compañía será el túnel de luces, donde se pueden colgar lámparas y dejar constancia de los deseos para estas fiestas, dando forma en una instalación participativa llena de luz y esperanza.
Una de las escenas del recorrido
Para recordar o para compartir la experiencia en las redes, se han habilitado varios espacios con escenografías navideñas ideales para hacerse fotos, tanto en el interior del Convento como en el exterior, donde el árbol de Navidad presidirá el escenario perfecto para crear la postal navideña oficial de Els Llums de Sant Pau. Los más pequeños pueden aprovechar esta tarde tan mágica para entregar su carta a los Reyes mediante un cartero de Navidad bien especial.
Pensando también en los pequeños de la casa, se ha creado el chiringuito de Nadalets, donde los niños pueden pedir a los adultos que les regalen un peluche exclusivo inspirado en los dulces navideños: se puede encontrar en Gingebret, la galletita de jengibre, o el Chocolate con Marshmallow.
Un túnel de luces o un pasaporte navideño que se sella en cada instalación, entre las novedades
Las tardes de esta época del año invitan también a disfrutar de golosinas como el tradicional chocolate con melindros, pero este año también se podrá disfrutar de vino caliente –tradición de los mercados navideños del Norte de Europa–, de gofres y de otros productos típicos de todo el mundo. Para los más golosos y los más nostálgicos, se ha habilitado una carrito de algodón de azúcar.
El acontecimiento ha buscado un año más un trasfondo solidario, en colaboración con la Fundació Enriqueta Villavecchia, que trabaja en la atención de niños con enfermedades incurables, y que a los visitantes la posibilidad de hacer donativos para apoyar los proyectos de la fundación. Además, un árbol de Navidad dedicado a la fundación ofrece información sobre su tarea y su misión solidaria.
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Con todas estas novedades, visitar Els Llums de Sant Pau es una experiencia completa y llena de magia, un espectáculo que combina la luz, la solidaridad y la tradición navideña en un recorrido ideal para pequeños y grandes.
El recorrido está pensado para público de todas las edades