Las mejores vías ferratas de Catalunya para disfrutar de paisajes de vértigo

Escapadas

Existen unas setenta vías ferratas que permiten recorrer y explorar el territorio desde las alturas

La vía ferrata de la cala del Molí transita sobre el mar

La vía ferrata de la cala del Molí transita sobre el mar

Jean-Patrick Deloizy

El paraíso de las vías ferratas. Así es como se acostumbra a definir Catalunya dentro del mundo del montañismo y la escalada. La setentena de estas vías, abiertas, equipadas y señalizadas, que podemos hacer con total confianza para adentrarnos en la montaña con total seguridad lo demuestran. Una vía ferrata es una ruta de travesía de montaña con tramos de escalada y con todos los elementos necesarios para completarla con unos mínimos conocimientos y material. Todo tipo de elementos metálicos fijados a la roca, escaleras, cables, puentes tibetanos, nepalíes, pasarelas... permiten progresar por paredes y acantilados y salvar barrancos de forma segura. Su uso está regulado por la Generalitat de Catalunya y de la gestión y mantenimiento se encargan tanto administraciones locales o comarcales como asociaciones de excursionistas o empresas del sector.

Las vías ferratas se dividen en una escala de seis niveles de dificultad, de K1 a K6

Para empezar a hacer una de estas vías hace falta una mínima condición física y, sobre todo, saber a qué nos enfrentamos. De aquí que resulte fundamental, como mínimo, haber hecho alguna o introducirse en la práctica con alguien que ya conozca la técnica necesaria. Asimismo, no está de más hacer algunos de los cursillos específicos que ofrecen las entidades y empresas especializadas, en los que se explica por qué es esencial llevar el material básico necesario y saber utilizarlo: botas de montaña, casco de escalada, arnés y disipador con mosquetones para ir progresando por la vía. También guantes de montañismo y una baga de descanso. Y, ni que decirlo hay, una mochila con agua, alguna barrita energética, un cortavientos y un teléfono móvil.

Algunas vías pasan por puentes sobre paisajes imponentes

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Guies Arania

Las vías ferratas se dividen en una escala de seis niveles de dificultad, de K1 a K6, en las que puntualmente se suma alguna extrema K7. De las primeras, de iniciación, podemos encontrar varias en Camarasa ( la Noguera), como la de Sant Jordi (K1) o la de la Cresta del Molí (K2), dos buenas alternativas para adentrarse en esta práctica. Son vías llenas de grapas tanto para subir como para bajar una altura máxima de 50 metros con la ayuda de cadenas y cables. Conducen a la cueva del Tabac, que se puede visitar llevando un lote o un frontal. Asimismo, en Corçà (Baix Empordà), una de las mecas de esta práctica, tenemos la de los Teletubbies (K1) y la de Olmo-Soler (K2), la primera diseñada específicamente para niños.

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Para progresar, dos propuestas interesantes son la vía ferrata del Montsant (K3), en la Morera de Montsant, y la de la Cala del Molí, en Sant Feliu de Guíxols (K3). La primera es una mezcla de ascensión vertical con grapas, también asegurada con cable, y puentes. Sus 250 metros de recorrido se completan en una hora y permiten llegar a la cumbre de la Serra Major. Con respecto a la de la Cala del Molí, es posiblemente una de las más atractivas, al ser la única del mundo que transita sobre el mar con el espectacular paisaje de la Costa Brava. Son 600 metros de recorrido casi horizontal, con un desnivel de solo 44 metros, con tres puentes nepalíes, tres tibetanos y uno de madera.

En Val d'Aran están las rutas más difíciles

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Guies Arania

Para los ya introducidos que quieran superar nuevos retos, nada mejor que la vía ferrata de las Baumes Corcades, en dos tramos (K4, K5), en Centelles (Osona), que cuenta con el puente nepalí más largo de la Península, de ni más ni menos que 68 metros, y un paso sobre una barra suspendida a gran altura. También destacan la completa de Poi d’Unha (K2, K3, K4), en este municipio de Val d’Aran, con unas sorprendentes escaleras en espiral, una gran diversidad de retos y un paisaje único; la de Cágate Lorito (K5), en Sant Llorenç de Montgai ( la Noguera), con originales pasos de péndulo y una larga tirolina; y las más extremas, las dos en Arties (Val d’Aran), la del Circ de la Lluna (K7) y la del Circ del Sol (K7+). Los recorridos más sencillos acostumbran a ocupar en torno a una hora desde el punto de salida y el desnivel puede ir de los 100 a los 300 metros. En las más complejas, el tiempo se puede incrementar hasta las dos o tres horas y llegar incluso a las cinco.

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