En el largo y muy medido discurso con el que ayer fijó las prioridades de la acción exterior de España en el nuevo curso, durante la IX Conferencia de Embajadores, Pedro Sánchez solo citó expresamente en una ocasión al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ante su inminente toma de posesión como nuevo inquilino de la Casa Blanca. Y fue para asegurar que “España quiere seguir profundizando y afianzando la relación estratégica con Estados Unidos, y un vínculo trasatlántico que nos une y en el que cree el Gobierno”.
“Estados Unidos es un aliado imprescindible para hacer frente a los desafíos de nuestro tiempo, y para la defensa de nuestro modelo de convivencia”, recalcó el jefe del Ejecutivo ante los representantes diplomáticos de España en todo el mundo, reunidos en la sede del Ministerio de Exteriores.
“No voy a alentar jamás una deriva militarista que nos aboque a una nueva carrera armamentística”, alega
El resto de la intervención de Sánchez, que se prolongó durante más de 40 minutos, contuvo no obstante una implícita enmienda a la totalidad de la agenda política e internacional, y de proteccionismo comercial, con la que Trump regresa a la Casa Blanca, ahora aliado con Elon Musk, a quien el pasado miércoles situó al frente de una “internacional reaccionaria” que amenaza las instituciones democráticas europeas.
Abascal irá a la jura en Washington
El líder de Vox, Santiago Abascal, acudirá el lunes a la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en la que no estará el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. España estará representada por la embajadora en Washington, Ángeles Moreno. Aunque no es habitual que se invite a jefes de Estado o de gobierno extranjeros en esta ceremonia, sí estarán la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, su homólogo húngaro, Viktor Orbán, el presidente argentino, Javier Milei, o el de El Salvador, Nayib Bukele, todos ellos representantes de la extrema derecha, como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y el polémico político y escritor francés Éric Zemmour. También está previsto que acuda el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y está invitado pero no irá el presidente chino, Xi Jinping.
Sánchez abogó por un orden internacional multilateral, que alertó que hoy se ve “abiertamente torpedeado”, y defendió “la influencia de España en un mundo cada vez más turbulento e incierto”. “Estos días se habla sin tapujos de rediseñar fronteras, de interferir en procesos democráticos o de renombrar mapas”, advirtió. Y quiso ser “claro y firme” ante los embajadores. “España estará siempre del lado de la defensa de nuestros principios y valores, enmarcados en la Constitución”, advirtió. Entre ellos, citó la paz, la solidaridad, la dignidad humana, la libertad, la democracia y el respeto del derecho internacional. “Valores a los que, aunque el viento sople en contra con particular virulencia, no vamos a renunciar. Al contrario: es el momento de defenderlos con más ímpetu y más convicción”, recalcó.
Sánchez lamentó “la extensión de los conflictos armados” en todo el mundo, y también de la “retórica belicista”. Y defendió la necesidad de reforzar la industria de la seguridad y la defensa europea, pero advirtió: “Yo no comparto, ni voy a alentar jamás, una deriva militarista que nos aboque a una nueva carrera armamentística”.
“En ningún manual está escrito que la paz y la seguridad se conquisten reforzando arsenales. España cree en la paz, y en la diplomacia como fórmula para resolver conflictos. Y siempre defenderé que la seguridad va mucho más allá del gasto en Defensa”, alegó. Sánchez, en todo caso, destacó la participación de España en las misiones de paz de la OTAN, y que “invierte casi diez veces más que la media aliada en operaciones de mantenimiento de paz”.