¿Qué esperan los españoles del futuro?

Las expectativas sobre el 2025

El 80% se confiesa feliz, aunque la mitad tiene difícil llegar a fin de mes, y un 60% exige al Estado medidas incompatibles

-FOTODELDIA- GRAFCAV1688. BILBAO, 18/02/2019.- Un jubilado, camina en la capital vizcaína donde los pensionistas y jubilados vascos han emplazado hoy a los partidos políticos a que defiendan sus propuestas durante las próximas campañas electorales, y han pedido al Gobierno Vasco que

Los españoles contemplan con creciente pesimismo el futuro de las pensiones y el acceso a la vivienda .

Luis Tejido / EFE

"El futuro dura mucho tiempo”. Tanto que es la excusa perfecta para todas las profecías que nunca acaban de cumplirse. Quizás por eso los españoles se muestran cautelosos sobre el porvenir frente a una pregunta imposible: ¿qué ocurrirá en el futuro? De hecho, parece más esclarecedor preguntarse qué desea y espera del mañana la sociedad española. Y aun así, la respuesta tampoco es sencilla porque los españoles expresan sentimientos e ideas contradictorias y plantean demandas incompatibles sobre temas tan medulares como la democracia o la fiscalidad.

El pesimismo se centra en el porvenir de las pensiones, el acceso a la vivienda y, algo menos, en la atención sanitaria

Por ejemplo, casi el 60% de los ciudadanos respaldan bajar los impuestos para poder consumir más. Sin embargo, una cifra similar (más del 57%) apoya también lo contrario: más gasto público aunque suponga pagar más impuestos. La posiciones por recuerdo de voto iluminan esa contradicción, aunque reflejan la existencia de una importante porción de españoles (de al menos el 20%) que quieren una cosa y la contraria (los datos son del CIS.)

Un 60% quiere bajar los impuestos para gastar más, pero otro 60% los acepta subir a cambio de mejores servicios públicos

En el caso de los electores del PP, el 81% se inclina por la rebaja fiscal pero otro 40% apuesta por mejorar los servicios públicos aunque haya que pagar más impuestos. Y en el caso de los votantes del PSOE, casi el 40% respalda reducir la presión fiscal pero un 77% también aceptaría aumentarla a cambio de mayores prestaciones sociales. ¿Incongruencias carpetovetónicas?

El 25% no confía nada en los medios, y un 42%, tampoco en los partidos, pero entre un 35% y un 50% afirma que en el futuro aún desconfiará más de ellos

No son las únicas. En este sentido, y aunque más del 80% de los españoles apuesta decididamente por la democracia, los sondeos revelan la existencia de potenciales apoyos a una deriva autoritaria. Por ejemplo, casi la mitad de los ciudadanos se muestran dispuestos a sacrificar libertades y derechos en aras de la seguridad y el orden (la tasa roza el 60% entre los seguidores del PP). Y uno de cada cuatro españoles (y el 45% entre los votantes de Vox) admite incluso que no le importaría vivir en un país poco democrático a cambio de un mayor nivel de vida.

El 58% pide más control de la inmigración y el 42% prevé más racismo, y el 60%, más violencia, en la próxima década

La fragilidad de la democracia española se aprecia en otro dato elocuente: un 42% de los ciudadanos muestra una desconfianza total hacia el Gobierno o los partidos, y uno de cada cuatro, hacia los medios de comunicación. Es más: el 51% confiesa que en los próximos años aún tendrá menos confianza que ahora en los partidos políticos, y casi el 40% augura idéntico aumento de su desconfianza en los medios de comunicación o en el Gobierno. Es decir, una democracia bajo sospecha, sobre todo para los votantes conservadores: casi la mitad de los del PP no confía en absoluto en los partidos, y el 60% de los de Vox desconfía totalmente de los medios.

El 46% recortaría la democracia a cambio de más seguridad, y un 27% la liquidaría para mejorar su nivel de vida

Eso sí, los españoles se muestran tolerantes: un 96% –e incluso más del 90% de los votantes ultras– cree que “todas las personas tienen el derecho a elegir libremente qué quieren ser y cómo quieren vivir”. Y una abrumadora mayoría de los ciudadanos tampoco oculta su felicidad: más del 80% se confiesa una persona feliz. De hecho, no son pocos los que asumen que el dinero no da la felicidad, ya que más del 45% de los consultados admite que le resulta difícil llegar a fin de mes. Pero, aún así. incluso un 70% de ellos se considera una persona feliz.

Otra cosa son las expectativas de futuro. Un 60% cree que aún empeorará más el acceso a la vivienda, un 58% también ve con pesimismo el porvenir de las pensiones y un 44% se muestra convencido de que la atención sanitaria se deteriorará en los próximos años. Los más pesimistas son los votantes ultras, aunque los del Partido Popular también muestran una mayor inquietud por el porvenir de las pensiones.

De hecho, los ciudadanos están divididos sobre la evolución del futuro. Un 40% espera cambios positivos, mientras que el 30% los prevé negativos y una tasa similar no se atreve a emitir un vaticinio concluyente. En este caso, los electores más pesimistas son los de Vox y Sumar (pues entre el 40% y el 48% de ellos esperan cambios negativos).

El pesimismo se materializa cuando se entra en detalle. Un 60% de los ciudadanos cree que, en la próxima década, España sufrirá más violencia, reflejará mayores diferencias sociales o padecerá un mayor deterioro medioambiental. La preocupación por la violencia alcanza a tres de cada cuatro votantes de Vox.

Finalmente, un 42% teme un incremento del racismo (sobre todo entre los electores de izquierda), pero casi el 60% exige más contundencia contra la entrada irregular de inmigrantes. Y esa necesidad de mayor firmeza la comparten uno de cada tres votantes del PSOE e incluso uno de cada cinco de Sumar. Quizás ese sea uno de los temas centrales del presente y el futuro.

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