La campaña electoral vasca más igualada, un tanto plana en su inicio y muy inflamada en su recta final, se cerró anoche con la incógnita de hasta qué punto la posición de EH Bildu con respecto a la revisión crítica del terrorismo, el gran tema en esta semana decisiva, ha podido modificar las tendencias que se dibujaban hasta el pasado fin de semana. El PNV lanzó anoche un último llamamiento a la movilización de la sociedad vasca, incidiendo en la idea de que “está en juego que Euskadi siga avanzando o que retroceda”, mientras que la coalición abertzale, acompañada por el president Pere Aragonès, buscó hacer ver que la posibilidad de un cambio tranquilo mañana es real.
Las dos formaciones abertzales, en el caso del PNV con la presencia de Jordi Turull, coincidieron en despedir la campaña en Bilbao, después de que unas horas antes hubieran coincidido en Vitoria, territorio clave en el reparto de escaños. También despidió la campaña en la capital vizcaína el PSE, con la intervención de Pedro Sánchez; Sumar, con el ministro Ernest Urtasun (en ausencia de Yolanda Díaz); y Podemos, de la mano de Ione Belarra. El PP, con Alberto Núñez Feijóo acompañando a su candidato, y Vox, en presencia de Santiago Abascal, optaron por la capital alavesa.
El candidato del PNV, Imanol Pradales, remero en su juventud, hizo un símil con el deporte de las traineras para dibujar una situación de suma igualdad entre su formación y la coalición abertzale en la que necesitan “coger la última ola”. Ciertamente, las encuestas que se han venido publicando han mostrado un ajustadísimo pulso entre los jeltzales y EH Bildu, aunque la sensación hace una semana era de que la trainera independentista estaba escapándose, incluso mostrando la popa a los jeltzales.
Aragonès intervino en el último acto de Bildu, que también llevó la voz de Pepe Mujica o del Sinn Féin
La gran duda a pocas horas de los comicios es si el PNV ha logrado remontar en los últimos días, una vez que la pulsión electoral ha aumentado y después del traspié de Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu, cuando evitó de manera repetida referirse a ETA como “terrorista”, una posición muy condicionada por el juego de equilibrios en el que se mueve su formación. “El futuro de Euskadi está en juego, y no queremos una Euskadi en blanco y negro que vuelva al pasado”, arengó Andoni Ortuzar, presidente del PNV.
La coalición abertzale, mientras, apeló en su último acto a que un cambio liderado por Otxandiano es una posibilidad cierta. De ahí que tratase de vestir esa opción de pragmatismo llevando a Aragonès, quien intervino, o mostrando en una pantalla gigante mensajes como el de Michelle O’Neill, primera ministra de Irlanda del Norte, o Pepe Mujica, expresidente de Uruguay. Pello Otxandiano apeló a la “esperanza” para “una regeneración” y “un cambio de mirada a largo plazo y más allá de visiones partidistas”.
Pedro Sánchez acompañó al candidato del PSE, que será decisivo en la gobernabilidad
La victoria a escaños mañana, ese gran triunfo simbólico, estará entre los jeltzales y la coalición abertzale, aunque habrá que mirar más allá para ver quién puede gobernar y cómo. Y ahí entran los socialistas, arropados ayer por Sánchez, quien apeló al PSE que suele asomar en las elecciones generales (por norma, mucho más fuerte que en comicios vascos). “Habéis ganado la campaña. Frente a la resignación de unos, habéis aportado ilusión y ganas. Frente a la agenda oculta de otros, habéis dado la cara. Y frente a los que siempre insultan, habéis puesto encima de la mesa soluciones”, señaló el líder socialista para dar el impulso final a Eneko Andueza, su candidato.
La suerte de los socialistas, que aspiran a crecer en escaños, aunque sea mínimamente, y sobre todo a sumar mayoría absoluta con el PNV, sería una fatal noticia para el PP, que anhela un escenario en el que pueda volver a ser relevante en Euskadi. Lo será en caso de que PNV y PSE no sumen 38 escaños, de ahí que De Andrés insistiese en pedir el voto para “equilibrar y moderar” la política vasca, apelando directamente al apoyo de votantes decepcionados con el PNV. Feijóo, mientras, acusó de “cinismo” a jeltzales y socialistas por cuestionar la posición ética de EH Bildu en cuanto al terrorismo y, al mismo tiempo, “gobernar juntos y votar siempre lo mismo”.
En cuanto al pulso en el espacio de la izquierda confederal entre Podemos y Sumar, dos formaciones que se juegan su supervivencia parlamentaria en el País Vasco, la formación morada insistió en su leitmotivde campaña: “Me parece muy triste que en esta campaña el PSE y Bildu se estén peleando para ver quién gobierna antes con el PNV”, dijo Ione Belarra, acompañando a su candidata a lehendakari, Miren Gorrotxategi. Desde Sumar, mientras, aprovecharon que las encuestas les dan una ligera ventaja frente a sus excompañeros para apelar al voto útil en el espacio de la izquierda. “No podemos perder ni un solo voto. El voto a la izquierda confederal en Euskadi tiene que ser para Sumar”, señaló su candidata, Alba García.