El independentismo se está especializando en conseguir que se le gire en contra todo aquello que le tendría que ir a favor. Sucedió el miércoles, con la resolución de la ONU que acusa a España de violar los derechos de cuatro líderes independentistas. Un triunfo para el soberanismo que provocó en paralelo una disputa entre Junts, por una parte, y ERC y la CUP, por la otra, al bajarla a la arena de la situación procesal de Laura Borràs.
Ahora, de sopetón y de un día para otro, el independentismo ha encontrado un nuevo motivo para dividirse. De manera inesperada. De hecho, ha tropezado, porque pocos esperaban que la manifestación que desde hace diez años convoca la Assemblea Nacional Catalana ( ANC) cada Onze de Setembre, aquella que se le ha supuesto siempre un cariz transversal, pudiera ser ahora motivo de disputa. La entidad la convoca bajo la premisa que hay que “dejar a los partidos atrás” y que “se ha acabado esperar algo de los partidos”. En el manifiesto, además, se pone en duda que ERC, Junts y la CUP –todos ellos o alguno de ellos– sean partidarios de un Estado catalán cuando en el texto se puede leer que “son partidos autodenominados independentistas”.
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Con todos estos ingredientes, Pere Aragonès consideró ayer que “no sería coherente” participar, porque la manifestación va “contra los partidos y las instituciones [catalanas], y no contra el Estado español”. O en otras palabras, el presidente de la Generalitat cree que “ la ANC le está pidiendo al Govern que asista a una concentración en contra del Govern. Es un cortocircuito”, razonaban ayer desde el Ejecutivo catalán.
La líder de la entidad, Dolors Feliu, confía en que la ausencia del presidente “espolee” a la gente
Será el primer president que no va a la manifestación desde el 2016 –si no se tiene en cuenta el 2020, año de la covid–. Del 2012 al 2015 tampoco estuvo presente Artur Mas. Aducía la necesidad de mantener un perfil institucional de acuerdo con todas las sensibilidades. Sin embargo, Aragonès sí que irá a varios actos de la Diada, entre ellos la ofrenda floral en la estatua de Rafael Casanova, en Barcelona, y al acto institucional.
A Aragonès la respuesta le llegó de la misma Assemblea. Su líder, Dolors Feliu, en una entrevista en La Vanguardia , ya avisaba antes del anuncio del president de que si el jefe del Govern no acudía consideraría que “no está implicado con la independencia”. Este latigazo no afectó a Aragonès. Pero la asociación recrudeció la réplica más tarde, cuando la decisión del president ya era conocida. Feliu, ante los micros de la ACN confió en que la ausencia de Aragonès en la manifestación “espolee” a la gente.
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Sin embargo, la réplica a Ara-gonès llegó desde su propio
. “Yo y los consellers de Junts sí que iremos a la manifestación de la Diada”, escribió el vicepresident Puigneró, rea-firmando estas presencias con un sí. El resto de miembros de JxCat en el Ejecutivo catalán también fueron confirmando ayer públicamente su presencia.
“Yo y los consellers de Junts sí que iremos” a la movilización de la Assemblea, replica el vicepresident Puigneró
En ERC ven contradicciones en la convocatoria, pero aseguraron ayer que tanto sus cargos electos como miembros de la dirección del partido acudirán a la manifestación de la ANC en Barcelona para el Onze de Setembre, empezando por Carme Forcadell. No obstante, los republicanos introdujeron una adversativa, en consonancia con las razones de Aragonès: “Nos gustaría que cualquier entidad que convoca una manifestación lo haga a favor de la independencia, y no en contra de los independentistas”.
Por su parte, la CUP confirmó que acudirá a la movilización, pero dejó bien claro que su prioridad son las manifestaciones que aquella misma tarde convoca la izquierda independentista anticapitalista.