La fiabilidad de las administraciones

En una Catalunya en la que se han marchado miles de empresas y con ellas, en muchos casos, miles de personas que representaban parte del capital humano que había dado pie a que Catalunya estuviera por delante de otras regiones españolas y hasta europeas, se ha visto que no era cierto lo que el independentismo afirmaba de que en una perspectiva de república catalana independiente no se irían ni empresas ni bancos ni cajas de ahorros; pero hemos visto que esto no se ha cumplido pues cuando los ahorradores catalanes entraron en pánico viendo que si salíamos de España también saldríamos de la Unión Europea, los responsables de empresas y entidades financieras no han tenido mas remedio que marcharse para evitar mayores daños.

El Govern sigue diciendo, con mucho optimismo, que tratará de propiciar que se produzca el retorno de las unidades productivas que se han marchado, pero esto me parece poco creíble dada la escasa fiabilidad y la inseguridad jurídica mostrada por las administraciones con las que deben relacionarse lo emprendedores.

Parece ya no importar que el ICF no reciba ficha bancaria como se pretendía

Son muchos los casos en que una decisión de la Generalitat o de los ayuntamientos que ayer era “sí” hoy es “no” o viceversa, mañana, y son muchos los casos en que las autorizaciones para invertir se eternizan o acaban denegándose con lo que los responsables de los que dependen las inversiones deciden finalmente irse a otras comunidades autónomas.

De esta poca fiabilidad en las decisiones de gobernanza las tenemos a montones, La última y mas evidente ha sido la participación del Institut Català de Finances (ICF) en relación con los gastos efectuados por la Generalitat en la acción exterior del procés dado que el apoyo privado a los independentistas no ha respondido suficientemente para nutrir la Caja de Solidaridad en la que confiaban los encartados. Parece ya no importar que el ICF no reciba ficha bancaria como se pretendía.

No sabemos aún en qué se concretarán las inversiones norteamericanas tras el tour estadounidense del presidente Pedro Sánchez pero si las empresas encuentran mas fiabilidad y menos trabas en otras regiones serán pocos los grandes proyectos que lleguen aquí.

Las indecisiones sobre el futuro aeropuerto de El Prat en que Aena y el Gobierno central están perdiendo la paciencia ante su oferta de una inversión posible de 1.700 millones, la pérdida en favor de Madrid de las inversiones de los hoteles Four Seasons y Hyatt, las vacilaciones sobre el Hermitage o la realidad incuestionable de que la mayoría de las empresas con base en Barcelona pero con negocio en toda España salvan sus balances gracias a las operaciones que realizan en el resto de regiones y no en Catalunya, pone de relieve que el interés que las grandes empresas pueden mostrar por invertir aquí poco tiene que ver con el interés que las empresas extranjeras tenían por invertir en Catalunya en los años del peix al cove de Pujol y de la movida olímpica de Samaranch, Serra y Maragall.

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