Sánchez dispara la alarma contra Vox: “Es una amenaza para la democracia”

La campaña del 4-M

El presidente reviste de máxima dureza su discurso y llama a frenar a la ultraderecha

La ministra Reyes Maroto recibe una carta con una navaja "aparentemente ensangrentada"

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un acto electoral del partido, a 25 de abril de 2021, en Getafe, Madrid (España). El PSOE-M continúa su campaña electoral con este acto, después de que ayer sábado el candidato socialista llamara a la movilización ciudadana para vencer “al odio, al miedo y a las amenazas”. 25 ABRIL 2021;GETAFE;PSOE;POLÍTICA;PEDRO SÁNCHEZ;ÁNGEL GABILONDO Alejandro Martínez Vélez / Europa Press 25/04/2021

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizó ayer el mitin central del PSOE en la localidad de Getafe, epicentro del Gran Sur

Alejandro Martínez Vélez / EP

La alternativa entre las balas y los votos quedó resuelta por la democracia española con el final del terrorismo de ETA. Nunca, hasta ahora, se había vuelto a plantear tan dura disyuntiva en la confrontación partidista de una campaña electoral. Pero las amenazas de muerte recibidas por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, y el candidato electoral de Podemos, Pablo Iglesias, dieron un brusco giro a la campaña de Madrid. Y el cuestionamiento y la banalización que de estas gravísimas circunstancias hace la ultraderecha de Vox amenazan con desbordar la propia cita con las urnas autonómicas y tener serias consecuencias más allá del 4-M.

Pedro Sánchez revistió de la máxima dureza su discurso, ayer en un mitin en Getafe, para advertir que la ultraderecha es ya “una amenaza para la convivencia y para nuestra democracia”. En la Moncloa subrayan que alertar contra Vox como “un peligro para la democracia” es el mensaje más duro lanzado por un presidente del Gobierno desde los años ochenta del plomo de ETA.

El presidente reconoció que el viernes, cuando se conocieron las amenazas de muerte y Vox dinamitó la campaña al sospechar de su veracidad, “sucedió algo muy grave, que lo ha cambiado y alterado todo”. “El viernes Vox cruzó una línea y será la última línea que cruce”, advirtió. “Todos los demócratas estamos convocados, nos hemos levantado y nos hemos puesto en pie para decir: ¡Basta!”, clamó. “Pido el voto para que frenemos la amenaza extremista que representa la ultraderecha”, reclamó Sánchez.

Sincronización

El bloque de izquierda plantea una disyuntiva del 4-M: “Democracia o fascismo”

En espera de que los trackings socialistas detecten el impacto del aldabonazo de Vox en las expectativas del bloque de la izquierda –“es pronto todavía”, alegan–, Sánchez centró su discurso en denunciar la normalización de la ultraderecha en España, incluso en las tertulias televisivas: “Se asoman a los medios de comunicación y esparcen el veneno del odio”, alertó. La formación que lidera Santiago Abascal, no obstante, es la tercera fuerza política de España, solo tras el PSOE y el Partido Popular, después de las últimas elecciones generales del 2020.

“Hasta ahora hemos soportado los gritos, los insultos, el odio, las mentiras e incluso las amenazas de la ultraderecha. Lo hemos soportado tanto tiempo que hasta hemos llegado a pensar que esto es lo normal. Sus líderes aparecían hasta en programas de televisión, los presentadores conversaban cordialmente con ellos, y así nos hemos acostumbrado a la ultraderecha, como si fuese algo normal. Y esto es doloroso”, admitió. “Es doloroso porque nuestra democracia tiene un problema”, advirtió. El mismo, dijo, que sufren otras democracias “plenas y maduras” como Francia, Alemania, Suecia o Estados Unidos.

El problema, advirtió Sánchez, es que además Vox sostiene a varios gobiernos autonómicos del PP, como precisamente ocurre en Madrid. Y alertó de que Isabel Díaz Ayuso “pretende formar gobierno con Vox” tras el 4-M. El presidente también criticó la “equidistancia” de Ayuso al equiparar las amenazas y los episodios de violencia que sufren tanto el candidato de Podemos como el de Vox. En esta línea, el aspirante socialista, Ángel Gabilondo, cargó contra la “equidistancia e indiferencia” de la mandataria madrileña: “Es complicidad, el fascismo necesita cómplices”, advirtió. Y el propio ministro Marlaska, que desde que recibió la amenaza de muerte se incorporó de lleno a la campaña electoral, elevó el tono contra el PP, formación a la que tachó de “organización criminal” después de “26 años de un gobierno de corrupción, de chapuza y de odio”.

El pulso a la derecha

Ayuso busca ocupar el espacio del centro, mientras Abascal agita aún más la contienda

El ecuador de la campaña siguió monopolizado por las reacciones a las provocaciones de Vox. El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, advirtió desde Collado Villalba que el 4-M hay que elegir “entre democracia y fascismo”. Y alertó de que el PP y Vox “odian la democracia”.

En la trinchera de la derecha, el líder de Vox, Santiago Abascal, insistió desde Alcalá de Henares en tachar de “montaje” las amenazas de muerte contra Iglesias o Marlaska. Y responsabilizó de todo al presidente del Gobierno: “El culpable es Sánchez”, aseguró. En medio de toda esta virulencia política, la aspirante a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, se presentó en Alcorcón como mejor representante del centro, el consenso y la pluralidad política, al trascender las siglas del PP para “representar a toda la sociedad madrileña, a los conservadores, los liberales, los democristianos y los socialistas que aman España”.

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