“López Madrid quiere que cierres la boca”. Esas fueron las palabras que la doctora Elisa Pinto escuchó justo antes de recibir una puñalada en el abdomen ante la mirada de su hijo de diez años. Sucedió todo muy rápido, apenas fueron unos instantes, pero los suficientes para reconocer a su agresor. A ese hombre ya creía haberlo había visto. Cuatro meses antes, el 10 de diciembre de 2013, le había visto en su consulta de dermatología en Madrid. Según ella, ese hombre era el excomisario José Manuel Villarejo.
Su calvario había comenzado un año antes de ese apuñalamiento. Según relata la propia Pinto, había mantenido una relación de amistad con un hombre. Del flirteo y los regalos pasó a recibir mensajes subidos de tono, encuentros forzados, fotografías sexuales explícitas y largas llamadas de teléfono. La situación se hizo irrespirable y la doctora, que estaba casada y con tres hijos, amenazó con denunciar.
En ese momento, la dermatóloga no sabía la magnitud de lo que se le venía encima. Poder, corrupción, amenazas, extorsiones, agresiones: un complot contra ella, tal y como ha denunciado. Ella ha aguantado y precisamente esta semana el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, se hacía eco de su historia.
“¿Le suena el nombre de Elisa Pinto?”, le preguntó Rufián al funcionario Miguel Ángel Bayo, que durante 33 años estuvo adscrito a la Secretaria General de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía, en mitad de la Comisión Kitchen en el Congreso. Tras un incómodo silencio, contestó que "sí". Una respuesta que no impidió que el diputado republicano resumiese el asunto:
“Elisa Pinto es una doctora madrileña que la apuñalaron por dos veces. Y en la segunda vez le susurraron al oído mientras la apuñalaban literalmente 'López Madrid quiere que cierres la boca'. Para quien no lo sepa López Madrid es Javier López Madrid, cuñado [aunque en realidad es yerno] de Villar Mir y amigo personal de Felipe VI. La doctora Elisa Pinto señaló desde el minuto uno que quien la apuñala es Villarejo y desde el minuto uno se intentó hacer una rueda de reconocimiento. Villarejo jamás pisó una rueda de reconocimiento por ese supuesto delito porque alguien le firmó dos documentos excusándole". Ese señor es usted. ¿Por qué?”.
Granados sería quien dio el nombre de Villarejo
“Es el mejor policía del mundo, que te va a resolver los problemas, te va a cobrar”
El hombre al que se dirigía Rufián fue uno de tantos que ayudaron a Villarejo para protegerle de este turbio asunto que le podía llevar a cárcel. Según consta en la instrucción, desde que la doctora amenazó con denunciar, López Madrid habría pedido ayuda. Un confidente asegura que fue el exnúmero tres de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, con quien mantenía negocios, quien le dio el nombre de Villarejo. “Es el mejor policía del mundo, que te va a resolver los problemas, te va a cobrar”, rememoró el confidente en boca de Granados. Esta persona fue quien inicialmente puso el nombre de Villarejo como presunto autor del apuñalamiento encima de la mesa de los investigadores.
Así es como Villarejo habría acudido en su auxilio. Intentaron persuadir a Pinto para que no denunciara con llamadas en las que le decían cosas como “puta, no te acerques a Javier López Madrid, me vale madres llevarte por delante”.
La visita inesperada en el despacho
López Madrid la visitó con otro hombre a su consulta, grabaron la charla y la filtraron
Después de varios meses recibiendo llamadas, el 10 de diciembre de 2013, la dermatóloga recibió una visita inesperada en su consulta. El propio López Madrid acompañado de otra persona se presentaron en su despacho acusándola de mandar mensajes amenazadores al entonces consejero de OHL y a su entorno. La otra persona fue presentada como su abogado, Rafael Redondo, socio de Villarejo. “No sé de qué me estás hablando” repetía Pinto una y otra vez. A lo que López Madrid le espetó: “Te pido por favor que pares. No sé qué pretendes (…) Déjame en paz. No vuelvas a hacer una sola llamada acosando a nadie de mis amigos o de mis círculos (…) búscate cualquier otra obsesión pero olvídate de mí”. La coartada del empresario es que habría sido Pinto la autora de esos mensajes.
Utilizando el mismo modus operandi de Villarejo, esa conversación fue premeditadamente grabada y después, en el momento oportuno, publicada en la prensa a través de los periodistas de confianza del excomisario. Según sostiene la defensa de Pinto en uno de los escritos presentados en el Juzgado, y a los que ha tenido acceso La Vanguardia, había “un plan preconcebido para minar la imagen y la credibilidad de Elisa Pinto” a través de ciertos medios de comunicación.
Toda la estrategia ideada y planificada por parte de Villarejo, y apoyada por personas de confianza e incluso desde el Ministerio de Interior se ha conocido después de más de siete años de batalla judicial. No fue hasta la detención de Villarejo (noviembre de 2017) por el caso Tándem, cuando se incautó todo el material grabado -así como sus agendas donde apuntaba al detalle todos sus planes-, y sirvió para descubrir hasta dónde llegaban sus tentáculos. Ahora, Pinto puede reconstruir el puzzle con todas sus piezas que antes no encajaban.
“Va a intentar retrasar la rueda, en todo caso hay que prepararse la declaración una vez que me identifique porque será así”, apunta Villarejo en una de sus agendas, analizadas ahora por este diario. Para entender este apunte registrado en mayo de 2017 hay que retrotraerse tres años antes. Diez días después de la visita en la consulta antes mencionada, Pinto dio un paso al frente y denunció las amenazas que estaba recibiendo en su teléfono. Un mes después, el 14 de enero de 2014, tuvo la primera consecuencia. Se le acercó un hombre, con un tatuaje en la mano, y le pinchó con un objeto punzante mientras le decía “estás indefensa”.
A partir de ahí llegó una cascada de amenazas a través de mensajes: “Vas a pagar cada una de las explicaciones que está teniendo que dar. No estás cansada puta loca; vamos a pinchar a tus hijos”.
Nadie le hacía caso con sus denuncias
Hasta que un confidente alertó al máximo responsable de la Comisaría de Chamartín
Pero Pinto no retiró la denuncia. Y llegó la segunda agresión, el 10 de abril de 2014. El agresor era distinto. Comenzó su pesadilla. Nadie le hacía caso con sus denuncias hasta que un confidente alertó al máximo responsable de la Comisaría de Chamartín, Jaime Barrado, donde ella estaba acudiendo, de lo que estaba pasando. Y le dio un nombre: José Manuel Villarejo.
Este comisario tomó cartas en el asunto. Pinto no confiaba en la Comisaría de Chamartín, pero Barrado consiguió convencerla -aunque no estaba del todo segura- para hacer el reconocimiento fotográfico. En él al que reconoció fue a Villarejo. Había que ponerlo de inmediato en conocimiento del juez que lo investigaba. Barrado acudió personalmente para solicitar la detención de su compañero, pero fue interceptado por su superior. De manera inmediata quedó cesado y expedientado bajo la excusa de “hiperactividad laboral”.
Los mensajes que recibía Pinto en su móvil
- “Eres una puta loca que te has creído que te vas a salir con la tuya, tenemos tiempo y dinero para acabar contigo. ¿Tus hijos están seguros? ¿Y por cuánto tiempo? ¿Y tú? ¿Cuándo queramos volver a pincharte?" 19.05.2014
- “Seguirte es aburrido porque has dejado de tener vida. Tarde o temprano te cansarás y bajarás la guardia. Una semana, un mes… Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo…" 24.05.2014
- "¿Sabes que quien nos paga se fue a ver tranquilo el partido a Lisboa en un avión privado mientras tú permaneces encerrada? Recuerda: dinero y poder! Estás muerta” 25.05.2014
- "Lo peor no será que te matemos. Lo peor será que matemos a uno de tus niños. Te dejaremos vivir para que te arrepientas toda la vida. Te vamos a matar, has hablado demasiado como no sabes callarte solita te callaremos nosotros" 20.06.14
- “Que tu hijo estuviese delante no fue un accidente... dolor... más y más dolor... les has cambiado de cole... les has cambiado de cole crees que es más seguro?" 18.092014
- “No te hemos visto salir hoy... lástima nos pone verte... no deberías confiar en tu abogado... todo el mundo tiene un precio y el puede pagarlo... no tienes donde caerte muerta pedazo de idiota”. 22.11.2014
Llegaron incluso a plantear su propia detención bajo el argumento que había utilizado la fotografía profesional de Villarejo para incluirla en el reconocimiento fotográfico, algo que después ha quedado demostrado que es perfectamente lícito. Resulta que el comisario José Luis Conde, elegido para tomar declaración a Barrado y advertirle de su detención, tenía un cruce de varias llamadas de teléfono con López Madrid.
Ya se había activado toda la maquinaria para desacreditar y destruir a Pinto y todo el que la ayudase. El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, se implicó en el asunto. Había que evitar que Villarejo acabara salpicado. “El 16 de julio de Pp (en referencia a José Manuel Villarejo) en el caso de la loca, llegó el jueves la citación (para la rueda de reconocimiento), lo habíamos parado pero alguien lo ha reactivado”. Estas palabras se las dice el comisario Andrés Gómez Gordo, alias ‘Cospedín’ (por su relación con la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal) al entonces número dos de Interior.
Según los datos que constan en la investigación, Gómez Gordo fue el funcionario responsable del expediente para apartar a Barrado. En el plan, había un siguiente paso. Se reclamó a un funcionario de policía que realizara un contrainforme sobre los hechos de Pinto, que vendrían a desacreditar la investigación realizada por el comisario de Chamartín. El atestado concluía que Pinto se había autoapuñalado.
Abril de 2017
La Audiencia Provincial ordenó reabrir la causa ante las dudas de los informes
Este informe sirvió para que Villarejo lograra el archivo de la causa y evitar así tener que acudir a una rueda de reconocimiento en la que sabía que Pinto lo iba a identificar. En paralelo, López Madrid denunciaba a Pinto por acoso e intentó que le quitaran la custodia de su hijo menor.
Otro policía, el inspector jefe Miguel Ángel Bayo justificó un viaje de Villarejo sobre la lucha contra el yihadismo para evitar que acudiera a la rueda de reconocimiento. Hasta en tres ocasiones logró su suspensión. La juez archivó, ya podían respirar hondo.
Pero fue solo temporal. En abril de 2017, la Audiencia Provincial de Madrid ordenó reabrir la causa ante las dudas de los informes aportados. Villarejo tuvo que enfrentarse a la rueda de reconocimiento y Pinto le señaló como el autor de su apuñalamiento. La juez concluyó la causa y Pinto ha presentado ya su escrito de acusación, en el que pide 22 años de cárcel par el excomisario y para López Madrid.
Unos meses más tarde, en noviembre de 2017, Villarejo fue detenido por su presunta participación en una organización criminal. Entre sus papeles escondía información de la dermatóloga que ha servido para que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón investigue al expolicía y al empresario por la presunta contratación para amenazarla. Lo niegan pero Pinto seguirá sin dar un paso atrás.