Uno de los comisarios imputado en la Kitchen asegura que Villarejo tenía su camino para informar a Rajoy

Operación Kitchen

”Las cosas que han salido por ahí publicadas las sabía el presidente del Gobierno”, señaló García Castaño en su declaración en la Audiencia Nacional

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Enrique García Castaño, el Gordo,

Dani Duch

El excomisario Enrique García Castaño aseguró ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga el espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas que el excomisario José Villarejo tenía “su camino”, “sus contactos”, para informar al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de sus operaciones.

”Las cosas que han salido por ahí publicadas las sabía el presidente del Gobierno”, señaló García Castaño en su declaración en la Audiencia Nacional como imputado en la pieza Kitchen, en la que explicó que fue el secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez (también imputado) quien le encargó en 2013 hacerse con los discos duros con la contabilidad del PP que guardaba Bárcenas.

Pese a que el encargo dice venir de él, en su declaración, a cuyo audio ha tenido acceso Efe, el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía indicó que estaba “convencido” de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, lo conocía. Y añadió que entendía que el objetivo de hacerse con esa información no era entregársela al juez Ruz, que investigaba en ese momento los papeles del extesorero del PP, sino “ocultarlo”.

Asumió que fue una “autoridad política” quien decidió que Villarejo, imputado en la causa, participara también en la Operación Kitchen y aseguró que el excomisario tenía contactos para informar de sus trabajos al entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy. ”Villarejo, en el conjunto de todos los asuntos en que participaba, siempre hacia llegar las informaciones que tenía al presidente del Gobierno a través de un intermediario” señaló García Castaño, y ese “contacto fundamental” era Mauricio Casals, presidente de La Razón.

Puso dos ejemplos. “La grabación famosa que se hizo en Londres a Corinna” y “unos pagos de fondos reservados para la liberación de unos periodistas”, ambos reportados a Rajoy por Casals. Y preguntado por el fiscal sobre si este cauce de comunicación lo utilizaba Villarejo para informar a Rajoy del desarrollo de la Kitchen responde: “No lo se pero lo más seguro”.

Sobre el supuesto encargo de Martínez, García Castaño dijo que éste le transmitió “la preocupación” existente sobre la información que podría haber “robado” Bárcenas relativa a la contabilidad del partido, “los pagos en A, en B”, las “donaciones que le daban”. Más tarde describe que, en las reuniones del operativo, se comentaba el material que podían contener los discos duros.

”La contabilidad B, pago hechos en B, sobresueldos...”, pero también material de la reforma de la sede del PP, grabaciones con las personas entrando a Génova a depositar donaciones irregulares, así como las cuentas de Barcenas y los ex secretarios generales del PP Francisco Álvarez Cascos, Javier Arenas, en Suiza. Era un encargo, dijo, paralelo al que le hizo el director adjunto operativo (DAO), Eugenio Pino, para investigar el patrimonio del extesorero. Indicó, además, que entregó al secretario de Estado una carpeta con el volcado del contenido de los teléfonos de Bárcenas, una “copia” que conservó en un pendrive.

García Castaño afirmó ante el juez que la operación se pagó con cargo a los fondos reservados pero argumentó que la ley permite pagar a colaboradores no habituales en alguna operación, y dijo que es el DAO quien tiene que autorizar el pago. En su interrogatorio, afirmó estar dispuesto a contarlo todo, relató que, por instrucción del DAO, trató de captar como colaborador al chófer de Bárcenas, Sergio Ríos (también imputado).

Tras fracasar en el intento, a los días apareció el ahora comisario Andrés Gómez Gordo, que entonces era un alto cargo del gobierno de Castilla-La Mancha, con Ríos y aseguró que estaba dispuesto a colaborar, pero solo con él. A él, continuó, aquello le pareció “demencial” porque Gómez Gordo en ese momento no estaba en la Policía, y añadió que, en su opinión, creía que Gómez Gordo “despachaba” con la entonces presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. Dijo que se sentía “de tercera regional” en la operación porque Ríos no le transmitía información de valor, lo que motivó que dijese al secretario de Estado que lo “dejaba”.

Es más, relató una ocasión en la que Ríos le dio una clave incorrecta para entrar a un local de la familia Bárcenas y tuvo que decirle a una trabajadora del portal que le había “mandado” la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias, pero que no le abría la “llave”. Allí, dijo, “no había nada”.

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