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La Iglesia de Barcelona censura al Govern por prohibir el funeral de las víctimas de la pandemia y autorizar la visita de turistas

Sagrada Familia

El cardenal Juan José Omella mantiene la ceremonia de esta tarde en la basílica pese a las resoluciones del Procicat y el Arzobispado ha anunciado acciones legales contra el Ejecutivo catalán

La Sagrada Familia reabrió ayer sus puertas a las visitas de turistas tras presiones de las administraciones

EP

El cardenal Juan José Omella ha presidido esta tarde en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona el funeral por las víctimas de la pandemia del coronavirus que no fueron despedidas como es debido durante los meses de confinamiento; un hecho que ha provocado un choque entre el Arzobispado de Barcelona y el Govern de la Generalitat que puede acabar en los tribunales.

El Procicat envió una resolución firmada por la consellera de Salut, Alba Vergés, el viernes a última hora que prohibía la celebración con base en una resolución de la Generalitat del 17 de julio que limita a diez personas la presencia en los actos religiosos; y las autoridades del Govern de la Generalitat comunicaron que no acudirían a la ceremonia.

Los representantes del Ayuntamiento de Barcelona han decidido no asistir este domingo por la mañana. En el consistorio, pese a no compartir la decisión del Ejecutivo de Quim Torra, consideraban que no pueden desatender su resolución.

Con todo, en el Arzobispado han decidido mantener el responso con medidas adicionales de seguridad, como tomar la temperatura a todas las personas que entren al templo, donde también se ofrecerá “una acción de gracias” por aquellos que han superado la enfermedad. Y han emitido un comunicado en el que han criticado duramente a la Generalitat.

Acceso a la basílica de la Sagrada Família del cardenal Joan Josep Omella

Pep Dauder - Arquebisbat de Barcelona

La Iglesia de Barcelona lamenta y censura que el Govern haya puesto trabas a la celebración de la eucaristía y que en cambio sí avale que los turistas visiten el templo diseñado por el arquitecto Antoni Gaudí, por ello ha anunciadoa antes del funeral que emprenderá acciones legales contra el Ejecutivo catalán. “Es una previsión que nos parece injusta y discriminatoria teniendo en cuenta que hemos sido muy cuidadosos y respetuosos para mantener las normas sanitarias exigidas para los espacios cerrados”, señalaba un comunicado emitido hoy por el Arzobispado, en el que se contrapone su situación a la de otros espacios cerrados que permiten un aforo del 50%, como los restaurantes.

Las medidas de seguridad para el funeral son incluso más rígidas que las aplicadas desde ayer por la mañana a las visitas del turismo”

Arzobispado de Barcelona

El control de la temperatura se ha sumado al cumplimiento de las medidas sanitarias vigentes para que la Sagrada Familia estuviera abierta ayer y hoy a los turistas, algo que habían pedido con insistencia el Ayuntamiento de Barcelona y el Ejecutivo catalán para reactivar la vida económica de la capital catalana.

Fuentes consultadas de la Iglesia barcelonesa lamentan el “sinsentido” de permitir la visita del templo a turistas –ayer pasaron por allí unas 1.200 personas– y que en cambio no se autorice la celebración del funeral, al que sólo se podía acceder con invitaciones numeradas, aunque eran nominales. Estaban invitadas a la ceremonia 500 personas, que suponen un aforo del 23% de la basílica.

El comunicado subrayaba que las medidas de seguridad previstas para el funeral “son incluso más rígidas que las aplicadas desde ayer por la mañana a las visitas del turismo”, y dejaba claro el malestar de la Iglesia con las decisiones de las administraciones, que habían presionado para la reapertura de la Sagrada Familia a todos los públicos porque es uno de los principales atractivos para el turismo en Barcelona y en Catalunya.

La Iglesia ve vulneración e indefensión del derecho a la libertad religiosa y la libertad de culto

Además, se aseguraba que, “ante el poco previsible cambio de actitud” del Departament de Salut, se tomarán “las acciones legales oportunas contra la arbitrariedad e indefensión que sufren el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de culto, constitucionalmente protegidos”. La resolución del Procicat llegó el viernes a última hora y, según los asesores legales del Arzobispado, no la podrán recurrir hasta mañana lunes.

Desde el departamento que dirige Vergés admiten que se comunicó la prohibición y que el Arzobispado informó de que celebrarían la ceremonia de igual modo para que la gente la pueda seguir por medios telemáticos, que ya fueron protagonistas la pasada Semana Santa en los hogares católicos.

Respecto a posibles sanciones, Ayuntamiento y Generalitat se han pasado la pelota y han eludido la responsabilidad. Fuentes del Govern afirman que corresponde a cada consistorio “velar por el cumplimiento de las resoluciones en su término municipal”. Mientras que desde el Ayuntamiento, en cambio, señalaban que es el Ejecutivo catalán quien no ha autorizado el acto y quien debía “tomar las medidas que considere oportunas”. Desde los departamentos implicados en el Procicat, Salut e Interior, tampoco se ha desvelado qué hará el Govern ante la decisión de seguir adelante con la ceremonia del Arzobispado. Sea como fuere, se tratará de una sanción posterior, ya que la ceremonia se ha celebrado “a pesar de la dificultades”, tal y como ha señalado el cardenal Omella en su homilía.

El Arzobispado comunicó hace semanas la intención de celebrar hoy el funeral y contaba con la autorización pertinente para ello de la Direcció d’Afers Religiosos de la Generalitat desde el 2 de julio. La petición formal, siguiendo las indicaciones del Departament de la Presidència y del consistorio de a capital catalana, se presentó el 21 julio. Otras administraciones como el Gobierno del Estado o el Govern junto al Ayuntamiento de Barcelona han celebrado ya las ceremonias laicas de homenaje a los fallecidos por la pandemia y las fuentes lamentan que no se permita la celebración religiosa, que se había previsto incluso antes.

Esta tarde solo podían acudir de forma presencial a la basílica las personas invitadas, que son familiares de los difuntos –la mayoría– así como representantes del sector de la alimentación, de las residencias de ancianos, personal médico, de los tanatorios, cementerios, periodistas y vendedores de prensa, hoteleros, entidades caritativas, las autoridades que lo deseen y feligreses que recibieron una invitación.

Dado el embrollo, en el comunicado se instaba a las personas invitadas al funeral y que quieran acudir de forma presencial “que consideren la conveniencia de asistir o participar a través de los medios”. El exconseller de Interior Ramon Espadaler, compañero de partido del concejal de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, ha asistido a la eucaristía en nombre del grupo parlamentario PSC-Units y como dirigente de la formación heredera de los democristianos de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Units per Avançar.

No son momentos para perder el tiempo en discusiones inútiles, para buscar culpables, para aumentar la división”

En su sermón, más allá del mensaje religioso, Omella también ha tenido palabras para los dirigentes y ha destacado que “no son momentos para perder el tiempo en discusiones inútiles, para buscar culpables” o “para aumentar la división”. “Son tiempos para tender las manos, para acariciar, para perdonar, para acompañar, para caminar juntos y tratar de evitar más sufrimientos”, ha añadido.

Asimismo, ha subrayado que ahora conviene “hacer frente todos juntos a la crisis social y económica que se nos avecina”. “Son tiempos de perdón y de mirar al futuro aprendiendo de los errores”, ha concluido al respecto.