Galicia, Asturias y Castilla y León piden el corredor atlántico tras la “espera solidaria” con el Mediterráneo
Infraestructuras
Feijóo, Fernandez y Herrera defienden el estado de las autonomías y la Constitución del 78
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Tras una larga “espera solidaria” para que se construyera el Corredor del Mediterráneo, los presidentes de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; de Asturias, Javier Fernández, y de Castilla y León, Juan Vicente Herrera reclamaron juntos en Madrid la construcción del Corredor Atlántico, para vertebrar España “que ha mirado demasiado al levante”, y todo desde las “cooperación y la lealtad” con la Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías, que los tres defienden.
En un acto organizado por Nueva Economía Fórum, los tres presidentes autonómicos unieron fuerzas para hacer posible ese proyecto. “Ha llegado el momento del Noroeste”, dijeron. Lo hicieron desde la reivindicación, pero una reivindicación moderada, serena, y porque les une “una visión común de España, basada en la unidad nacional y en la igualdad de los españoles”.
Uno a uno, los tres presidentes autonómicos defendieron su proyecto y el talante de sus gobiernos. Lo hizo Juan Vicente Herrera, que hizo una enérgica defensa del Estado de las Autonomías, que a su juicio “debe ser juzgada por lo que hacemos los que creemos en él, y no por lo que hacen los que lo quieren romper con contiendas identitarias sin futuro”. El presidente castellanoleonés considera que no es el momento de “exigir más competencias, sino de gestionar las se tienen, porque desde la cooperación y la lealtad es como se construye España”, para lo que pidió que se fomenten las instituciones que unen como el Senado, la Conferencia de Presidentes, etc, ya que, dijo, es más fácil que como presidentes nos veamos en Bruselas o en un acto como el de hoy en Madrid, que en las instituciones”. El lema de los tres presidentes es que “no somos más importante que nadie, pero tampoco somos menos que los demás”.
El presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, se mantuvo en la línea de Herrera, que defendió que “no se pueden pensar las políticas si no se piensa antes el país”, que es lo que se hizo en la Transición, que defendió como un periodo de “ingeniería semántica y consenso político que reinventó una identidad española cívica, democrática y constitucional”, y en ella las tres comunidades forman una región geográfica, la del Noroeste de España que comparte su identidad con la identidad española “que es una sociedad democrática, con una arquitectura institucional abierta”, que debe “reequilibrar un mapa económico y social cada vez más volcado hacia el levante español”.
También el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo defendió este proyecto, que criticó que se esté tan pendiente “de la derecha geográfica, de los independentistas, que solo aportan conflicto”, cuando al “otro lado geográfico practicamos la política útil desde la moderación, la tranquilidad y el espíritu de convivencia”, y porque, dijo, “España es mucho más que el puente aéreo Madrid-Barcelona”. Feijóo aboga por “discutir y debatir hasta la extenuación, y solucionar cualquier conflicto” y rechazar “las líneas rojas y utilizar los teléfonos rojos. La
política española precisa de muchos teléfonos rojos para defender a España”. Eso sí, advirtió que al separatismo “nada le agradaría más que un centralismo absoluto que albergara la falacia de que España no puede ser diversa”, y si ese centralismo se diera “tendría enfrente a las comunidades autónomas, empezando por estas tres”.