Puigdemont pide “hechos” a Sánchez y explorar “los confines de la Constitución” para la solución catalana
La crisis catalana
El expresident señala que “los que están en prisión y los exiliados podamos volver a casa debe ser el inicio de la solución, no del problema”
La rueda de prensa desde el Bundespressekonferenz de Berlín que ha ofrecido este miércoles el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, con el pretexto de despedirse de la sociedad alemana que le ha acogido durante cuatro meses se ha convertido en un nuevo alegato en pro de la internacionalización de la causa independentista. Una vez liberado de la euroorden de detención, el exdirigente se ha rodeado de medios de comunicación explicar con detalle la situación en que se encuentra personalmente, su anunciada vuelta a Bélgica, su convencimiento de que no tardará 20 años en volver a pisar suelo catalán y, de paso, lanzar un mensaje al Gobierno central para que de una vez “pase a los hechos” y explore “los confines de la Constitución” para dar una solución a la cuestión catalana que pase por las urnas.
Puigdemont ha confirmado que este fin de semana vuelva a Bélgica, que es a donde se dirigía hace cuatro meses cuando fui detenido en la frontera alemana, y que es desde donde “tenemos que comenzar a trabajar en el Consell de la República”, con la voluntad de continuar con “el mandato de la gente”, continuar “trabajando por los compañeros injustamente encarcelados” y “para que vuelva a la normalidad de todos, también de mi vida”, ha expuesto.
La larga comparecencia del expresident junto con sus abogados alemanes y españoles ha servido para que Puigdemont expusiera la situación de la cuestión catalana desde su punto de vista y asegurar que este “ya no es un asunto doméstico que se puede resolver de puertas hacia dentro, sino que hay una mirada europea sobre la crisis catalana”, de manera que “donde se mira mejor en Europa es en Bruselas”, aunque ha admitido que “no ha habido encuentro alguno con la UE” hasta la fecha.
Por eso ha señalado que “pese a que la puerta del diálogo estará siempre abierta” y que “siempre hemos estado dispuestos a vernos con todo el mundo, incluso con miembros del Gobierno”, su intención en lo sucesivo desde Bélgica, es “aprobar medidas en la línea de lo que aprobó el pueblo en octubre”. De hecho, ha reprochado al Gobierno del Estado que se aviniera en su momento a negociar con ETA “y no con nosotros, que no hemos empleado la violencia nunca”. Pero también ha admitido que con el nuevo Ejecutivo de Sánchez ha cambiado algo, por lo menos el clima, pero poco más.
Su intención en el Consell de la República es “aprobar medidas en la línea de lo que aprobó el pueblo en octubre”
“Evidentemente, el cambio en el Gobierno ha supuesto cambio de estilo, de clima y de lenguaje”, de manera que la entrevista entre Sánchez y Torra “sirvió para exponer forma respetuosa los puntos de vista de cada gobierno”, pero “ahora tiene que venir el tiempo de los hechos”, ha reclamado. Según Puigdemont, “hemos mostrado siempre disposición al diálogo” pero ahora considera necesario “abordar lo esencial: las relaciones entre Catalunya y España”, porque a su juicio, no se entendería que después de todo, en las conversaciones políticas no se hablara de las relaciones entre Catalunya y España, y básicamente, sobre la necesidad de “respetar la voluntad de un pueblo para que decida sobre su futuro”, ha alegado.
En todo caso, el expresident se ha considerado liberado de cualquier tipo de negociación al recordad que “yo no negocio con el Gobierno español” y que “el referéndum ya lo he organizado y estoy en Alemania por haberlo hecho”. Pero también ha admitido que “si el Gobierno cree como nosotros que lo mejor es que el pueblo de Catalunya vote, nos encontrará siempre”.
“Si el Gobierno cree como nosotros que lo mejor es que el pueblo de Catalunya vote, nos encontrará siempre”
Sin embargo, Puigdemont continúa siendo más que reacio ante los pasos que pueda dar el Ejecutivo de Sánchez, por eso le presiona para “saber la respuesta a una pregunta concreta: ¿Tiene españa un proyecto político concreto para Catalunya o no?”. En otras palabras, le reta a desvelar su receta que permitiera que Catalunya “pueda continuar dentro de España”, porque finalmente, “si el único argumento es la fuerza y la violencia, es un argumento muy débil para el s XXI”, ha aleccionado.
Puigdemont confía en la “restitución democrática”, tal y como a su juicio exigen los votantes, y que “permitiría a todos una restitución de nuestra normalidad”. Pero si no es así, tiene claro que la decisión del pueblo catalán de constituirse en república independiente “es un hecho”. Incluso se ha mostrado pretencioso al asegurar que “no sé si voy a tardar 20 años en pisar suelo español, pero sí sé que no voy a tardar 20 años en pisar suelo catalán”, de hecho, ha asegurado que si quisiera podría pisar hoy mismo suelo catalán, “pero sería en la parte del actual Estado francés; pero no dejaría de ser Catalunya”, ha reivindicado.
En el ámbito de las posibles vías de solución a negociar con el Gobierno, Puigdemont ha insistido en la vía escocesa tantas veces rechazada desde Madrid, pero también ha recordado que en las soluciones que Catalunya ha puesto sobre la mesa, “siempre hemos defendido que estaban de acuerdo a la Constitución española” porque “no hay preceptos en ella que prohiban hacer referéndums”. Así que a su juicio se trata de “voluntad política” porque con una “lectura abierta” de la Carta Magna “cabe la consulta catalana”.
En definitiva, la cuestión para el Gobierno español, según Puigdemont es “hasta dónde está dispuesto a ir en los confines de la Constitución para resolver la cuestión catalana”. Porque aunque venimos de un tiempo de cambio climático, políticamente hablando, con el Gobierno del Estado, aún “no ha llegado el tiempo de los hechos, y esperamos el tiempo de los hechos”, ha insistido. Además, el expresident ha seguido marcando a grosso modo la senda de la solución política al comentar que “todo lo que sea volver a la normalidad previa al 155 forma parte de la solución, no del problema”, de manera que “los que están en prisión y los exiliados podamos volver a casa debe ser el inicio de la solución, no del problema”, ha emplazado.
Puigdemont también se ha referido implícitamente a la asamblea nacional del PDeCat tras la cual los nuevos dirigentes de la formación han asegurado que endurecerán su apoyo al Gobierno de Sánchez a partir de ahora. Para el expresident, el PDeCaT puede mantener su apoyo Sánchez en ciertas votaciones en el Congreso siempre que el Ejecutivo “corresponda”. “El señor (Pedro) Sánchez ha tenido los votos de nuestro grupo parlamentario para ser elegido y lo que es normal es que alguien que reciba los votos corresponda. Mientras eso sea así no veo ningún sentido para cambiar la intención de voto”, ha advertido.
Pero el líder independentista ha querido insistir en que él no tiene “responsabilidad” en relación con lo que decida el grupo en el Parlamento en el Congreso por lo que ha dicho desconocer cuál es su política sino que simplemente está informado de las “cuestiones generales”, pero “lo que es la vida habitual del grupo parlamentario a mí se me escapa un poco”.
También ha tenido palabras para el juez de la causa del 1-O y su decisión de suspenderle como diputado, motivo por el cual los servicios de la cámara catalana le han retirado a él y al resto de encausados, el correspondiente sueldo. De Llarena ha comentado que le parece “paradójico” y “contradictorio” haya retirado la euroorden contra él y a la vez le impida cobrar como diputado del Parlament. “Es un poco paradójico o contradictorio que el juez diga que yo estoy suspendido como diputado y que ese mismo juez no quiera perseguirme con una euroorden”, ha señalado.
Por eso le han preguntado de qué vivirá a partir de ahora en Bélgica a lo que ha respondido que afortunadamente hay mucha gente en Catalunya que desde hace tiempo, incluso antes del 1-O, “están solidarizándose con los derechos colectivos de los catalanes, y si hemos llegado hasta aquí no ha sido por nuestros salarios, sino por la solidaridad de miles de catalanes”
Puigdemont también se ha referido a los sucesivos episodios de enfrentamientos y ataques unionistas que se han producido últimamente. Al respecto, ha denunciado que “cada día hay amenazas en Catalunya a gente que lleva el lazo amarillo” y por tanto “vamos a continuar luchando las actitudes fascistas que intenta intimidar las actitud pacífica y democrática de gente que reivindica la independencia de Catalunya”.
En todo caso, ha justificado la legitimidad de hacer posible la secesión aunque haya gente que no la quiera al señalar que igual que en una Catalunya autonómica hay gente que quiere la independencia, en una Catalunya independiente habrá gente que no la quiera. Esto que considera algo “obvio”, le ha servido para concluir que “si una mayoría decide algo, manda la mayoría de la población”, porque “la idea casi religiosa de las unidades de las patrias es algo poco moderno y poco democrático”, ha opinado.