Un WhatsApp ha provocado el cambio de voto de un diputado de Junts per Catalunya en la Mesa

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Josep Costa y Eusebi Campdepadrós en una imagen de princiupios de mes

Bernat Vilaró / ACN

El pleno del Parlament de Catalunya previsto para este miércoles ha quedado desconvocado por las discrepancias entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana. Aunque los republicanos situaban esas discrepancias también en el seno la bancada de su socio parlamentario.

Según diversas fuentes parlamentarias, en la votación del acuerdo para solventar la resolución judicial de Llarena que suspende a los diputados procesados por rebelión, el miembro de Junts per Catalunya Eusebi Campdepedròs, secretario primero de la Mesa, ha votado de forma afirmativa a la propuesta de los letrados de la cámara con ERC y el PSC, mientras que Josep Costa, vicepresidente primero, se ha posicionado en contra, como Ciutadans; aunque los motivos para votar en contra de unos y otros eran diametralmente opuestos.

Según las mismas fuentes, Costa ha enseñado un mensaje de WhatsApp a Campdepedrós y acto seguido este último ha cambiado el sentido de su voto por una abstención, intentado explicarla sin que se entendiera. Finalmente ese ha sido el sentido de su voto, que ha dejado sin efectos la propuesta de suspensión y sustitución temporal de los diputados afectados por la medida -Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull-. De ese modo ha habido un empate a tres y una abstención que ha bloqueado que se implemente la solución rubricada por Joan Ridao en el informe que se conoció el lunes.

“Campdepedrós estaba alineado con el acuerdo que proponíamos”, ha remarcado Sergi Sabrià, portavoz de ERC desde la sala de prensa, después de señalar “que ha acabado defendiendo quién sabe qué” en la reunión para explicar su abstención.

Según ha explicado la diputada de Junts per Catalunya Gemma Geis de forma posterior junto a sus compañeros Eduard Pujol y Albert Batet, ese voto diferenciado -fórmula que recuerda a la empleada por la CUP en el pasado- entre los dos miembros de su grupo en la reunión de la Mesa se debe a que querían mostrar sus discrepancias respecto a la suspensión de los presos y de Carles Puigdemont por separado. Por eso uno se ha abstenido y el otro ha votado en contra, impidiendo que se aplique así el acuerdo que proponía el president del Parlament, Roger Torrent.

Los correligionarios de Puigdemont alegan que su situación es diferente a la de los diputados presos porque está en libertad con medidas cautelares y porque el tribunal alemán que debía resolver su extradición inadmitió el delito de rebelión, la base -cuestionada por muchos juristas- empleada para la suspensión.

La aplicación de la suspensión dictada por Llarena en el auto de conclusión de la instrucción de la causa especial del procés ha dinamitado la frágil unidad del soberanismo y ha desatado un cruce de reproches entre los dos partidos que sustentan el Govern. Junts per Catalunya ha acusado a ERC de romper un pacto y alinearse con los socialistas, personalizando esas críticas en Torrent, mientras que Sabrià ha tildado de inconcebible que se haya mentido en la comparecencia de los neoconvergentes porque no existía tal acuerdo.

El partido del expresident ha acabado acusando a ERC de tener una obsesión por suspender a Puigdemont.

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