Mas admite que "se hicieron cosas mal" en los gobiernos de CiU
CDC sugiere a Pujol que se explique ante el partido además de la justicia
Decepción e indignación son las dos palabras que mejor describen la reacción de la clase política ante la confesión de Jordi Pujol de que durante más de tres décadas, su familia tuvo más de cuatro millones sin declarar en Andorra. También el suyo, CDC, lo invitó a comparecer ante la organización para explicarse además de la justicia. El acto de contrición de quien fue presidente de la Generalitat durante 23 años reconociendo públicamente su "error" a través de un comunicado no fue suficiente para aplacar a la mayoría de los partidos políticos, que coincidieron en exigir explicaciones exhaustivas y que se investiguen los hechos.
La conmoción causada por la noticia fue de tal magnitud que llevó a rectificar al propio presidente de la Generalitat. Artur Mas, que inmediatamente después de la confesión de Pujol declaró que se trataba de "un tema estrictamente personal" que nada tenía que ver con CDC, reconocía ayer que en el pasado "se hicieron cosas mal". En su discurso en la inauguración del centro penitenciario de Puig de les Basses, en Figueres, Mas elogió el "coraje" de los gobiernos de Jordi Pujol durante los años ochenta al reclamar el traspaso de nuevas competencias a Catalunya. Pese a ello, y sin referirse explícitamente a la revelación del expresident, admitió que, "en las miradas atrás, ya sabemos que hay activos y pasivos, ya sabemos que hay cosas que se hicieron bien, otras muy bien, otras mal e incluso muy mal". El president abogó por que cuando se mire hacia adelante se procure "hacer un país que tenga muchos más activos que pasivos y, en definitiva, una Catalunya mejor que la que hemos conseguido construir hasta ahora". Y con ello consideró que ya había "dicho todo lo que tenía que decir" sobre el caso Pujol.
En cambio, el nuevo número dos de CDC, Josep Rull, fue más allá y en declaraciones a RAC1 afirmó que, "más allá del comunicado, Pujol debe comparecer naturalmente ante la justicia", y aunque no pidió que abandone el cargo de presidente fundador de CDC, sí consideró que el expresident "debería reflexionar si debe comparecer ante Convergència para fortalecer aquel proyecto que él creó". Rull fue designado el viernes coordinador general de CDC tras la dimisión del secretario general, Oriol Pujol.
Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, se mostró convencido de que Pujol "sabrá lo que tiene que hacer". Pero también pidió que se explique de forma exhaustiva, y aseguró que este "hecho triste" no entorpecerá el diálogo entre ERC y CiU, y que su partido hará "todo lo posible para que no se reproduzcan" los casos de corrupción.
El líder del PSC, Miquel Iceta, dijo sentirse "profundamente decepcionado" porque una persona que ha tenido "responsabilidades tan importantes haya producido un engaño, una ilusión fiscal de estas características". Y auguró que tendrá consecuencias "no sólo en el proceso" sino también "en la política en general". Y la exministra Carme Chacón reclamó "urgentes explicaciones a los millones de catalanes que crecimos con él".
También el coordinador nacional de ICV, Joan Herrera, consideró que "una carta no es suficiente, y que la gravedad sin precedentes exige una comparecencia inmediata en el Parlament". Pidió además "una investigación de Justicia y de Hacienda y que se sepa realmente si el dinero era sólo de la herencia o si hay vínculos con la financiación irregular de CDC".
El PP catalán, C's y la CUP también se sumaron a la petición de que se investigue el caso en profundidad. Para el portavoz del PP catalán, Enric Millo, lo ocurrido "significa 34 años de un engaño histórico del que las excusas llegan tarde".