El papelón de Brasil en Venezuela
Lectores Corresponsales
Pese a ser la potencia regional, los brasileños, por tradición, apuestan por no interferir directamente en la política de otros países y los militares están de acuerdo
La crisis de Venezuela continúa y no se atisba una solución. Quizás sea porque se han concentrado tantos intereses locales y globales, mucho más allá del interés por el bienestar de los venezolanos, los derechos humanos y la democracia, que se hace difícil dar con una solución pacífica.
Brasil es una parte a la que le afecta de forma indirecta por ser un país fronterizo con Venezuela, donde se han producido ya intensos enfrentamientos con resultado de varias muertes de venezolanos a manos del ejército de Maduro.
Por ahora, Brasil se mantiene en el papel de no interferir directamente en la política de otros países, Ese papel, como potencia regional de la zona, se considera una actuación que se enmarca en la tradición que siempre han seguido los diferentes gobiernos. Y se debe tener en cuenta que los propios militares apoyan esa posición.
Política interna
Brasil, en pleno debate de las pensiones
En este momento, Brasil se encuentra inmerso en la lucha legislativa para aprobar en el congreso la nueva ley de pensiones que es un pilar básico donde se debe asentar la nueva economía ultraliberal hacia donde quiere dirigirse el nuevo gobierno. Cabe recordar que el gobierno de Bolsonaro tiene una conjunción de mentalidades ultraconservadora, representada por los militares y ultraliberal, representada por el ministro de economía y otros miembros del gobierno.
En la parte conservadora hay 8 ministros militares y más de 50 cargos en diferentes órganos de gobierno. Esta visión conservadora a veces choca de frente con la posición de los liberales y se produce momentos de tensión interna.
El propio Bolsonaro, capitán retirado el ejército por indisciplina, con sus movimientos liberales ha despertado el recelo por parte del ala militar tradicional. Además, los propios militares no consiguen aceptar la influencia que tienen los hijos del propio Bolsonaro, los cuales ninguno está en el gobierno, en las decisiones que éste toma.
Sobre todo uno de ellos que es concejal en la ciudad de Rio de Janeiro, el cual el propio presidente le llama de forma cariñosa, mi “querido pitbull”. Ante esta influencia por parte de los hijos, los militares se encuentran incómodos y aunque parezca paradójico, hoy en día, son los que están dando coherencia y equilibrio a un gobierno con dificultades.
Y este hecho hay que tenerlo en cuenta a la hora de tomar una decisión sobre Venezuela, sobre todo porque los militares estarían directamente implicados.
El Ejército
Los militares, más prudentes que Bolsonaro
Los militares no quieren influenciar a otro país a no ser que Brasil sea atacado. Eso es una tradición y los militares están por mantenerla aunque haya voces liberales dentro del gobierno que están deseando alinearse junto a Estados Unidos para convertirse en un socio estratégico.
Eso ya lo han hecho público. Por otro lado, el gobierno de Bolsonaro está recibiendo la presión de EEUU y del propio Guaidó para que se posicione a favor de una intervención militar americana y poder dar así la imagen de que no se trataría de una decisión unilateral de Trump. Algo así como “El trío de las Azores” pero en el Trópico.
Por ahora los militares se mantienen firmes en la tradición de no interferir a no ser que sean atacados y eso no parece que Maduro lo vaya a hacer, sabe muy bien que no lo debe hacer. Vamos a ver qué fuerza predominará, si la tradición de los militares o el liberalismo del gobierno pro Trump.
Diplomacia
La incómoda visita de Guaidó
Bolsonaro sabe que no debe enfrentarse a los militares, éstos tienen mucho poder y muy buena imagen dentro de la sociedad brasileña. Como ejemplo, los militares se molestaron con Bolsonaro por el trato de jefe de Estado que dio a Guaidó en su visita a Brasil hace unos días y enseguida el presidente tuvo que hacer unas declaraciones comentando que fue un recibimiento “informal” para bajar la tensión.
Por ahora, crecen las voces para que Brasil, como potencia de la zona, lidere la búsqueda de una solución pacífica, en vez de Estados Unidos.
La sensación es que hay mucho en juego en esta zona, muchos intereses globales, que contemplan mucho más allá de los venezolanos y que van a dificultar esa posible solución.