* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Parece que la calima ha venido para quedarse, al menos, en la costa malagueña, donde el paisaje se tiñe de un color rojizo bajo un cielo cubierto de polvo sahariano.
Calima sobre el Guadalhorce.
Desde Málaga, lo podemos apreciar en el entorno del Guadalhorce. Este río nace en el puerto de los Alazores, en la sierra de San Jorge (en Villanueva del Trabuco), drena la depresión de Antequera y desemboca al oeste de la capital malagueña. En total, tiene un curso de 166 km.
Calima sobre el río Guadalhorce en Málaga.
En estas dos imágenes, podemos observar con más detalle hasta qué punto se ha intensificado la calima en la ciudad de Málaga. Son fotografías captadas al amanecer.
Intensa calima en Málaga.
Calima al amanecer en Málaga.
Pese a que las partículas de polvo sahariano, si el fenómeno es intenso, pueden llegar a generar dificultades para respirar, el ambiente aún es lo suficientemente propicio como para que se sigan viendo escenas de gimnasia matinal en el espigón de Fuengirola.
Haciendo ejercicio de buena mañana en el espigón de Fuengirola bajo un cielo de calima.
Las vistas al amanecer desde los espigones y las playas de Fuengirola no dejan lugar a dudas de la incidencia del fenómeno.
Contemplando el amanecer de la calima en Fuengirola.
Como se puede observar en esta fotografía, la calima ha restado visibilidad. Por ejemplo, vemos que cuesta apreciar la silueta de la sierra al fondo.
La calima afecta a la visibilidad en Fuengirola.
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