Terror en la iglesia de San Francisco de Sales
La Mirada del Lector
Tanto en la Semana Trágica del 1909 como en la Guerra Civil las monjas sufrieron los ataques contra el clero
* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
La historia de la iglesia de San Francisco de Sales empezó el 27 de octubre de 1874, cuando llegó a la villa de Gracia la congregación salesiana para instalarse en una torre.
Dos años más tarde y consolidados en el municipio de Gracia, consideraron que para llevar a cabo su apostolado sería mucho mejor poder trasladarse a la ciudad de Barcelona, donde sería mucho más fácil su tarea de evangelización.
Tenían previsto que su primer destino debía situarse a las afueras de la ciudad, donde los solares serían más grandes y mucho más económicos.
Encontraron un solar dentro de la manzana comprendida entre Paseo San Juan, Valencia, Roger de Flor y Aragón, al lado de la Diagonal. La parte del terreno que estaba libre les pareció apropiada, ya que era la parte del solar que comprendía toda la calle Valencia, gran parte del Paseo San Juan y un trozo de Roger de Flor.
Decidieron construir la iglesia en la zona del Paseo de San Juan, que tenía una mayor proyección para captar feligreses, dejando el resto para la instalación del convento.
Fue proyectada por Joan Martorell i Montells, quien colocó la primera piedra del convento, el 28 de marzo de 1877. Su construcción se realizó siguiendo el perímetro del solar. En el interior destacaba un patio y un claustro porticado, siendo inaugurado por las hermanas en 1878.
Una vez finalizadas las obras del convento, se decidió empezar con la construcción de la iglesia
Fue diseñada como templo de una sola nave, en cada lado tenía tres capillas laterales, que fueron suprimidas posteriormente. Disponía de crucero con un cimborrio de planta cuadrada y ábside heptagonal con deambulatorio. El exterior estaba construido con ladrillo visto, combinado con cerámica y piedra.
La colocación de la primera piedra de la iglesia, que dio el pistoletazo de salida para su construcción, tuvo lugar el 18 de mayo de 1882, por el obispo Urquinaona.
Fue construida por Pere Bassegoda i Mateu, con las colaboraciones de Pau Boronay, en la carpintería; Lluís Ferreri en la talla de piedra; Joan Oñós en cerrajería; Fills de Ramón Amigó, en las vidrieras; Joan Flotats y Josep Puiggener en las esculturas; y Luigi Pallarin, en los mosaicos. Tenía su fachada en el lado del Paseo de San Juan presidiendo todo el conjunto.
El conjunto estaba remarcado por la larga y esbelta aguja del campanario poligonal. A los lados de la puerta principal había dos agujas que reproducían a menor escala la torre central, siendo uno de los más bellos ejemplares neogóticos de Barcelona.
La consagración tuvo lugar el 26 de abril de 1885, con la asistencia del Obispo de Barcelona, Jaume Català i Albosa, el obispo de Lleida, Tomàs Costa i Fornaguera, y el obispo de La Seu d'Urgell, Salvador Casañas i Pagès.
Según Joan Bassegoda, arquitecto e historiador, Pera Bassegoda contó durante su construcción con la colaboración de Gaudí
Durante la Semana Trágica del 1909, el convento sufrió el incendio causado por las fuerzas anticlericales, que aparte del fuego y saqueo, perpetraron el abuso y posterior cremación de múltiples religiosas. Una de las que consta en la documentación encontrada en esta iglesia fue Sor Mª Àngels Planas.
Nuevamente en los primeros días de la Guerra Civil fueron constantes los ataques vandálicos por parte de las fuerzas revolucionarias de las tumbas de las monjas, que fueron desenterradas y sus cadáveres exhibidos en la puerta de la iglesia como si fueran trofeos de guerra.
Este hecho que no tenía control, hizo que las monjas que se habían escondido abandonaran el convento inmediatamente.
Finalizada la guerra, los locales quedaron abandonados y no fue hasta 1940, que se pensó en restaurar ambos edificios. Adquiridos por la congregación de los Hermanos Maristas, en 1942, realizaron la reconstrucción del templo y la remodelación del convento para reconvertirlo en un colegio.
Mientras duraron los trabajos de restauración fueron trasladados al Palacete Macaya, la iglesia y el colegio de sordomudos.
En 1945, una vez restaurada la iglesia, fue rebautizada por el arzobispo de Barcelona doctor Modrego, como iglesia parroquial de San Francisco de Sales y, en 1950, el nuevo colegio de sordomudos pudo continuar con su labor.
Los hermanos maristas cedieron la iglesia a las salesas para dirigir las actividades parroquiales. En los años 80, el edificio sufrió un incendio que lo dejo en pésimo estado y no fue hasta 1991 que se realizó una gran restauración del interior y exterior que devolvió a la iglesia de San Francisco de Sales su antiguo esplendor.