¿Las ONG que rescatan a inmigrantes en las aguas del Mediterráneo son una molestia o más bien una necesidad? Esta es la gran pregunta que se ha abierto tras las fuertes críticas de los gobiernos español e italiano contra los barcos que recogen refugiados a la deriva en alta mar.
Es conocida la polémica entre el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, y Carola Rackete, capitana del barco de rescate humanitario de inmigrantes Sea Watch 3, que fue detenida tras atracar en el puerto de Lampedusa para desembarcar a los 40 migrantes que había rescatado.
Por su parte, el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, afirmó, en referencia al barco español ‘Open Arms’, que le “molestan” los “abanderados de la humanidad que no tienen que tomar nunca una decisión”. Además, la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, ha recordado que el barco de Proactiva Open Arms no tiene licencia para realizar rescates en el Mediterráneo, por lo que la ONG podría ser sancionada con multas de hasta 900.000 euros.
Nos arriesgamos a multas inasumibles y la libertad porque podemos acabar en la cárcel”
Este rifirrafe entre ONG, que rescatan inmigrantes, y gobiernos, que quieren evitar la entrada de más refugiados en sus países, pone de manifiesto el debate sobre la política migratoria de la Unión Europea, por un lado, y el papel -¿necesario o molesto?- de estas organizaciones no gubernamentales a ojos de sus gobiernos y de la ciudadanía.
Lo que sí que está claro es que nueve de cada diez lectores de La Vanguardia que han participado hasta ahora en nuestra encuesta considera que la UE gestiona mal la crisis de los refugiados en el Mediterráneo.
Esta cuestión está suscitando múltiples comentarios de nuestros lectores. A continuación, recogemos algunos como ejemplo:
Se culpa al desgraciado africano que se juega la vida lanzándose al mar por una vida mejor”
Unos toman decisiones con humanidad y otros las toman con repugnante interés”
Los voluntarios y colaboradores de las ONG deben asumir los riesgos a los que se exponen cuando deciden mostrar su altruismo o cuando deciden ganarse la vida dentro de una de estas organizaciones. Del mismo modo que asumen el riesgo de encontrarse en un temporal en alta mar, deben asumir el de que los gobiernos no quieran pagar el coste de sus buenos actos humanitarios. Deberían hacerse cargo ellos mismos. Probablemente multimillonarios como Richard Gere puedan adquirir una isla en el Caribe y alojarlos allí”
Son especialistas de la coacción moral”
¿Quienes financian realmente a estas ONG? ¿Qué subvenciones reciben? ¿Son claras sus cuentas?”
¿Por qué tanto interés en echar porquería a quienes están ayudando a personas necesitadas?”