Doctor Angélico

Hoy, según el Novus Ordo, celebramos la festividad de santo Tomás de Aquino, fraile de la orden de Predicadores que fue teólogo, filósofo y jurista y una de las figuras esenciales del santoral y la teología católicas. La Iglesia lo nombró Doctor Angélico y es una de las figuras más influyentes del siglo XIII (nació hacia 1224 y falleció en 1274; medio siglo de vida fecundo y bien aprovechado).

undefined

 

Getty Images

Nota al margen, por hablar del estado de nuestra educación secundaria y superior: durante años, he preguntado a licenciados en Historia o Humanidades por el siglo en el que vivió santo Tomás de Aquino, y han sido contadísimos los licenciados –insisto: licenciados– que han sabido situármelo en el siglo XIII.

La peripecia vital de santo Tomás de Aquino es digna de una novela de aventuras

No es cuestión, en una columna periodística oportunista como esta, de ponerme a perorar sobre la Summa theologiae o la Summa contra gentiles. Y, además, difícilmente tengo el nivel suficiente para glosarles los escritos del dominico, pero que haya desaparecido de nuestro currículo educativo casi por completo el patrón de las universidades y los colegios católicos dice muy poco de nosotros mismos. Porque santo Tomás de Aquino, que fue canonizado en 1323, reinterpretó y difundió la filosofía y el pensamiento de Aristóteles, fusionándolo con la fe cristiana, y, si no es el padre de la escolástica, es, desde luego, y por méritos propios, el mayor de los escolásticos.

Lee también

Empieza un tiempo antiguo

Daniel Fernández
U.S. President-elect Donald Trump meets with Italian Prime Minister Giorgia Meloni at Mar-a-Lago in Palm Beach, Florida, U.S. January 4, 2025. Italian Government/Handout via REUTERS THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES. MANDATORY CREDIT.

Su peripecia vital es digna de una novela de aventuras, y fue un viajero incansable. A modo de muestra, sus hermanos lo encerraron en una torre para que abandonase su pretensión de hacerse dominico. Su Italia natal, Francia y Alemania fueron lugares donde desarrolló su portentoso talento, estimulado primero por su maes­tro san Alberto Magno. San Ramon de Penyafort le encargó su apología de la fe católica, la Summa contra gentiles, que sería la guía de la orden en España.

Se enfrentó a los agustinistas y a los averroístas, así como a los antimendicantes que lideraba Gérard d’Abbeville. E hizo de la disputa civilizada, aunque no exenta de rigor y hasta de encono, una de las columnas de nuestra civilización y pensamiento, que influyó enormemente en el desarrollo del derecho y los juicios. Solo por eso ya merecería que hoy, cuando las disputas políticas son un mero intercambio de insultos, celebremos su día.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...