Una de las imágenes más comentadas que dejó la celebración de la toma de posesión de Trump (con permiso del no beso de Melania o de la entente de los tecnooligarcas) fue el gesto viral del todopoderoso Elon Musk pidiendo un taxi. El hombre más rico del planeta se llevó la mano diestra al corazón y, con energía, la lanzó al aire, 110 grados sobre el suelo, quizá 120. Con la palma y los dedos rectos y unidos. ¿Fue un saludo nazi? ¿Quiso emular a Hitler con medio mundo mirando a Washington? ¿Qué quiso hacer? El debate en las redes sociales merece atención porque ante un mismo hecho las conclusiones son totalmente opuestas.
Musk haciendo el polémico saludo en la investidura de Trump
Lo que parece claro es que Musk realizó un saludo como mínimo similar al que hacían los nazis. Y lo que todo el mundo debería concluir es que fue un gesto equivocado, aunque su intención fuera otra. No está de más recordar que el magnate apoya claramente la opción ultraderechista de Alternativa para Alemania (AfD), que el 23 de febrero podría alcanzar altas cotas de representatividad en las elecciones federales. Hace unos días, en una conversación en X con su líder, ambos defendieron que Hitler “era comunista”.
“No le digas nazi a Elon Musk solo por decir cosas nazis, apoyar a grupos nazis y hacer el saludo nazi que igual era porque no sé qué del corazón, porque no tienes ni idea de historia que el saludo romano era así y porque además mira que tú también tienes fotos con la mano levantada”, dijo el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.
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La izquierda en bloque salió a criticar a Musk. Incluso Sumar abandonó X. Pero como todo va por barrios, también hay quien piensa que el ultrarrico no quiso decir lo que muchos interpretan. Estos defensores apelaron al “contexto”. “Estaba agradeciendo a los votantes por apoyar a Trump”, argumentan. “Si bien estoy de acuerdo en que la imagen es mala, hay cuestiones más importantes en las que centrarse. No pierdan de vista lo que realmente importa: políticas y órdenes ejecutivas que tienen el potencial de dañar a las personas. Manténganse concentrados en las batallas reales”, defendió @krassentein.
Otros recordaron que, antes que Musk, muchos otros líderes políticos o sociales ya hicieron ese mismo gesto en público. Obama, Kamala Harris, Taylor Swift… La lista es larga.
El aludido se ha defendido afirmando que “el ataque de 'todo el mundo es Hitler' es muy cansino” y ha redoblado su ofensiva contra los medios de comunicación. “Los medios sois vosotros”, ha incidido antes sus más de 200 millones de seguidores.
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En España hay quien incluso ha ido más lejos y ha recordado que Pedro Sánchez cantó hace un mes con el puño en alto La Internacional, que fue el “himno oficial de la Unión Soviética hasta 1944, símbolo de un régimen que acabó con casi 20 millones de vidas”.
Como viene siendo habitual, las redes sociales interpretan un mismo hecho a su antojo y no se detienen a analizar ese hecho con sentido común. Estaría bien que Elon Musk dejara de hacer saludos como los nazis, aunque su intención fuera pedir un taxi. Y estaría bien también llamar a las cosas por su nombre y dejar de blanquear el nazismo ante millones de seguidores.
