Fue anunciar Pedro Sánchez que le/les/nos quedan mil días de legislatura y venga a darle al cronómetro y empezar a calcular votaciones, apoyos y mayorías según el lado de la barrera desde donde se ven los toros. Mil días de los que todos hablan. Pero ¿y las noches? ¿Cómo descansará el presidente del gobierno de tanta batalla? ¿Le quitará el sueño el “Márchese señor Sánchez” de Feijóo? ¿O serán los trenes? ¿Las viviendas? ¿Leerá? ¿Meditará? ¿Sueñan los presidentes con diputados mecánicos? ¿O ministros?
¿Presidirá sus pensamientos el meme con el que los usuarios de Renfe han rebautizado a la compañía en X: “Tenfe”?
Sherezade, que sabía ya de la importancia del relato, cada noche le contaba una historia al sultán, pero con la precaución de dejarla a medias, así mantenía su interés hasta la siguiente noche y de paso salvaba la cabeza durante el día, que el soberano era tan caprichoso como la opinión pública actual y a la que se aburría cambiaba el canal, tajo mediante.
Si la estrategia funcionaba para eso, seguro que también para una legislatura. En la Persia medieval la tradición oral daba para mucho, pero ¿de dónde sacaría ahora las ideas la hija del Visir? Pues de donde todo el mundo, de la antigua Twitter. Una mina donde todos encuentran algo, es que muchos usuarios son unos motivados que se leen todos los informes, se tragan todas las sesiones del Congreso y se saben de memoria toda la hemeroteca, y la mayoría lo hacen por amor al arte, que también son ganas. Pero gracias a ellos la rueda gira y nosotros con ella.
La rueda gira y da la vuelta. Esto parece la Yenka, que ustedes son muy jóvenes, pero era una canción de los 60-70 con un estribillo tan docto como “izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, atrás”. Pues eso, “pá’lante” ha sido una de las tendencias de la semana desde que Más Madrid lo aplicara al novio de Ayuso, que según ellos va a ir “pá’lante”, y a ningún sitio bueno.
La apropiación está a la orden del día, inmediatamente los usuarios a la derecha adjudicaron tan funesto futuro desde el exministro Ábalos al fiscal general del Estado, García Ortiz.
Incluso a la vicepresidenta y ministra de Hacienda, que tampoco hay que pasarse de motivados, porque María Jesús Montero comentó por los pasillos, que es donde se dicen/escuchan las cosas importantes en el Congreso, que en los próximos días se tendrá acceso a informaciones suculentas sobre la pareja de Ayuso, pero añadió un “me imagino”, y la imaginación es lo que tiene, que es libre, como el sol cuando amanece que cantaba Nino Bravo y se pone, como tanto temía Sherezade.
Así que mejor pasar a otra historia. Y a otra ministra, la de Vivienda, quien, esta sí en la tribuna, aseguró que con sus tres propiedades no “tengo ni para pagar la mitad del chalet de Galapagar”. El chalet, ya saben, del exvicepresidente Pablo Iglesias y la ex ministra de Igualdad Irene Montero.
¡Un momento! ¿Pero lo de Galapagar no era propiedad de la derecha? No el chalet, sino su uso como arma arrojadiza. Pues ha sido Isabel Rodríguez quien se lo soltó a Ione Belarra cuando la diputada de Podemos sacó a colación las propiedades inmobiliarias de los ministros y llamó “rentista” a la de Vivienda, que se revolvió recordando que Belarra había formado parte del gobierno en la pasada legislatura y que ella, Isabel Rodríguez, las había defendido cuando eran injustamente atacadas, y todo junto sonando a canción de Mecano.
Mejor pasar a otra historia, porque tanta pelea en la izquierda huele a elecciones, dicen en X, o sea, a la cabeza de Sherezade. Son mil días los que hay por delante… con sus noches.