La fiesta no se acaba

La fiesta no se acaba

Como la vida político-electoral por aquí es tan trepidante, casi se nos ha olvidado que el 9 de junio hubo elecciones al Parlamento Europeo y que Se Acabó la Fiesta, el pseudopartido formado por Alvise Pérez, sacó tres escaños. No me cuento entre los casi 600.000 suscritos al canal de Telegram de Alvise, dedicado día y noche a emitir basura desinformativa que contamina la opinión pública (no tanto la publicada, que permanece semiajena a estos fenómenos) como un vertido de tóxicos. De manera que no sé si por allí se ha hablado de lo que está sucediendo en el Reino Unido.

Aldershot (United Kingdom), 04/08/2024.- Anti-migration demonstrators hold signs during a protest outside the Potters International Hotel which houses migrants in Aldershot, Britain, 04 August 2024. Violent demonstrations by members of far-right groups have sprung up across Britain in the aftermath of a fatal stabbing attack in Southport, in which three children were killed and eight more seriously injured along with two adults. (Protestas, Reino Unido) EFE/EPA/NEIL HALL

 

NEIL HALL/EFE

En la última semana, se han sucedido allí los ataques violentos de raíz racista contra mezquitas, centros comunitarios y hoteles Holiday Inn Express, porque hay establecimientos de esta cadena que han servido para acoger a migrantes que buscan asilo. No solo se vandalizan lugares. Un hombre musulmán fue apuñalado en una estación de tren de Liverpool, arrancaron los hiyabs y escupieron a tres chicas en Manchester y también en un parque de esa ciudad sucedió el lamentable incidente que se hizo viral porque se capturó en vídeo en el que varios violentos blancos envueltos en la Union Jack acorralan y apalean a un hombre negro.

Lo ocurrido en el Reino Unido tiene todo que ver con Alvise y sus métodos

Lo ocurrido tiene todo que ver con Alvise y sus métodos. Tras el horrible ataque a una clase de baile con música de Taylor Swift en el que fueron asesinadas tres niñas de seis, siete y nueve años hace una semana, las muy musculadas y eficientes redes de producción y difusión de bulos racistas (y sexistas, islamófobos y lgtbifóbicos, por supuesto, esto siempre va en pack) se pusieron a la tarea de propagar el dato que decía que el asesino de las niñas era un menor no acompañado musulmán, que había llegado en patera a Reino Unido en 2023 y se llamaba Ali al Shakati. Las autoridades británicas se saltaron la ley de protección de datos de menores para revelar que no, que el sospechoso de homicidio múltiple en realidad se llama Alex Rudakubana, nació en Cardiff, es hijo de migrantes ruandeses y su madre, cristiana, es al parecer muy activa en su iglesia, que no mezquita.

Dio igual la corrección porque para entonces ya había prendido la mecha y porque para los xenófobos violentos, Rudakubana también representa el enemigo. Los voceros han tenido un papel clave: el tuitero Tommy Robinson dijo a sus 800.000 seguidores que el islam es una “enfermedad mental”, el famoso influencer Andrew Tate propagó el bulo del “migrante indocumentado”. No corregirán ni se disculparán, porque a sus seguidores les importa poco. Y para ellos de momento la fiesta no se acaba.

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