La primera sesión de control de ayer en el Congreso, después de las elecciones, evidenció el clima de confrontación total entre Gobierno y oposición. Alberto Núñez Feijóo volvió a pedir elecciones anticipadas y Pedro Sánchez le repitió varias veces que piensa aguantar hasta el 2027. Después fue a TVE y lanzó un ultimátum a los populares para buscar de una vez por todas un pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial antes de acabar el mes de junio o si no propondrá una reforma unilateral con las fuerzas que le dan apoyo en el Congreso. “El día de la marmota ha durado demasiado y eso se acabó”, dijo el presidente.
Los populares, que llevan retrasando meses y meses el acuerdo con toda clase de argumentos –indultos, amnistía, críticas de Podemos al rey emérito, entre una larga lista–, no parecen tener muchas ganas y toda su energía se centra ahora en intentar impedir que la ley de Amnistía se pueda aplicar. De ahí la carta de la eurodiputada Dolors Montserrat a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para que “actúe” para frenar esta ley que “ataca los principios del Estado de derecho, no solo en España sino en toda la UE”. La dirigente democristiana alemana no debe de entender nada. Este Sánchez que vulnera la legislación vigente es el mismo con el que se va a sentar a negociar este mes la gobernanza europea en su condición de representante del grupo socialista. Hay un partido democristiano en Europa que negocia con Sánchez y otro en España que solo cuenta los días que faltan para que el líder socialista dimita.
No hace falta extenderse mucho en explicar por qué es tan urgente y necesaria la reforma del Consejo General del Poder Judicial. Este órgano lleva 2.019 días sin renovarse como marca la ley. El PP ya pidió la intermediación de Bruselas y el comisario de Justicia, Didier Reynders, ya hizo todo lo que pudo para tratar de mediar entre las dos partes y llegaron las elecciones europeas y no hubo acuerdo. Lo ideal y aconsejable es que Gobierno, oposición y, si fuera posible, el más amplio número de partidos del arco parlamentario pudieran unirse en alcanzar un acuerdo. Si no, hay que buscar una salida.