‘Hangxiety’ política

‘Hangxiety’ política

Un centro de neuroterapias londinense advertía, al inicio de la temporada de festivales y días y noches de más alcohol que suele ser el verano, contra la ebriedad y la hangxiety del día siguiente, esa mezcla que se suele sufrir de resaca y de culpabilidad o de aplastamiento mental. El efecto del alcohol en el organismo está estudiado y en el paso de la chispeante e inconsciente borrachera a ese mal día después intervienen los neurotransmisores cerebrales.

Francisna Armengol presidenta del congreso con Pedro Sanchez PSOE  Alberto Nuñez Feijoo Cuca Gamarra Gabriel Rufian Míriam Nogueras

Conversaciones el jueves en los pasillos del Congreso 

DANI DUCH

Los neuroterapeutas explicaban que el alcohol reduce el control de las emociones y eso, unido al cansancio por haber dormido poco o mal, facilita que el día posterior a la ebriedad sea más visible el estado emocional de la persona. Y el tipo de hangxiety que sufra puede ser indicativo de qué se resiente más su salud mental. Aunque no parece un día de resaca muy proclive a la reflexión y el autoconocimiento, si la persona está muy enfadada, puede indicar problemas para gestionar la ira. O puede dominarla más la ansiedad. O más bien un ánimo deprimido.

Un efecto como una hangxiety más duradera lo sienten también muchas personas tras las elecciones y sus resultados. En EE.UU. lo bautizaron como trastorno por estrés postelectoral ya en la época de Bush hijo y el fenómeno se amplificó con las elecciones del 2016 que ganó Donald Trump.

En encuestas de la Asociación Americana de Psicología expresaban casi igual estrés los republicanos que los demócratas y más entre minorías sociales. Un 52% de los encuestados sintió ese estrés en el 2016 y un 68% en el 2020. Muchos sufrieron ansiedad antes de las elecciones y también después, sobre todo los grupos ciudadanos más militantes.

Algunas estimaciones hablan de un aumento del 10% de las consultas psicológicas. Y es que a más de uno se le hace difícil digerir su vida diaria con una dosis acrecentada de indignación, de desánimo o de angustia por el nuevo escenario político y lo que puede comportar.

Ya que (presumo) están tumbados en la hamaca, ¿por qué no aprovechar para evaluar su hangxiety post 23-J y en el hervor de la investidura, y ven si es cosa seria o se arregla con un mojito en el chiringuito. Solo uno, eh. Piensen en mañana.

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