“Open to meraviglia”

“Open to meraviglia”
Màrius Serra Escritor y enigmista

Mientras por estos lares la Iglesia catalana cerraba la ídem de Farrera y escondía la llave para que nadie pudiera ver las obras de la exposición Tradicions i contradiccions, en la bella Italia, el Gobierno de Meloni reviste la Venus de Botticelli con ropa de influencer y monta una campaña publicitaria para captar turistas. En el país de la bota y de Botticelli hay más críticos de arte que politólogos en Catalunya, de modo que el debate sobre el uso de una de las imágenes más icónicas del Renacimiento provoca ríos de tinta que desembocan en un Mare Nostrum de saliva, capaz de llenar el canal de Urgell en tres minutos.

Si los desnudos del Vaticano promovieron los slips en forma de hoja de parra, el desnudo más célebre de Botticelli, que hasta ahora se cubría el pubis con unos rizos de oro con extensiones, luce ahora un conjuntillo de camisa y minifalda tejanos sobre una camiseta blanca que recuerda, dicen, a la influencer Chiara Ferragni. En la camiseta se lee “Italia. Open to meraviglia”, lo que también ha provocado un alud de críticas, sobre todo porque un diputado de Hermanos de Italia, el partido de la ministra de Turismo, acaba de presentar una moción parlamentaria para multar a los funcionarios que usen anglicismos en las comunicaciones oficiales.

Efe

 

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En el país de la bota y de Botticelli hay muchísimos críticos de arte

Fruto del bullicio olímpico, en Barcelona se creó una línea de autobuses muy cuquis, de color azul, con un itinerario pensado para que los visitantes pudientes fueran de compras. Toda la rotu­lación exterior era en inglés –Shopping Line, Welcome to Barcelona—, pero el ínclito Ayuntamiento de la época decidió introducir algo en catalán y bautizó la línea Tomb Bus (dar un tomb es dar una vuelta). Muchos guiris pensaron que era un bus turístico para ir a visitar el cementerio de Montjuïc.

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