Argumentos para Putin

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El Quartet Gerhard, una joya de la corona del panorama catalán de la clásica, ha superado esta semana en el Festival de Torroella otra etapa de un reto mayúsculo: la integral de los cuartetos de cuerda de Dimitri Shostakóvich (1906-1975). El desafío de interpretar las 15 composiciones que dejó escritas el genio ruso no se completará hasta la edición del 2024. Entre otras consideraciones, abordar esta integral supone homenajear a un músico que vivió en condiciones difíciles. 

Desde que Pravda publicó en 1936 una despiadada crítica de su ópera Lady Macbeth de Mtsensk (se especula con que pudo haberla escrito el propio Stalin), su vida fue un calvario. En su novela El ruido del tiempo (Anagrama), Julian Barnes retrata al compositor como víctima de un sistema diabólico de represión y censura, aunque hay estudiosos que ponen en duda que fuera tan desafecto al régimen como sugiere el novelista.

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Los Gerhard afrontan los 15 cuartetos de cuerda de Shostakóvich

Maricel Chavarría
foto XAVIER CERVERA 28/07/2020 (palau de la musica catalana, barcelona) El Quartet Gerhard és un quartet de corda català establert l'any 2010 i resident a Berlín. El formen quatre instrumentistes catalans, Lluís Castan (violí) Judit Bardolet (violí) Miquel Jordà (viola) i Jesús Miralles (violoncel), que van conèixer-se durant el grau professional de música i van trobar-se, anys després, per a embrancar-se en un Màster de música de cambra a la ciutat de Basilea. Allà és on van conèixer a un dels seus mentors més destacats, el violinista Rainer Schmidt,[1] del prestigiós Quartet Hagen. Es declaren deutors del també violinista Eberhard Feltz,[2] de qui han rebut consell a la capital d'Alemanya, i d'Oliver Wille,[3] de Hannover, tots tres grans especialistes en l'univers del quartet de corda.[4] L'elecció del nom del compositor català Robert Gerhard és una declaració, segons els propis membres del quartet, de l'actitud que volen mantenir i transmetre com a formació de cambra. Ser a l'avantguarda de les tendències musicals, i alhora defensar una idea determinada de música, són dues màximes que poden atribuir-se tant al compositor modernista com al quartet que porta el seu nom. El treball discogràfic dels Gerhard (el seu segon disc, Portrait, va sortir la tardor del 2016) posa l'accent en una distinció fonamental en el timbre, una eina indispensable per a la definició d'una opció musical determinada.[5] La formació és guanyadora del tercer premi a l'International Irene Steels-Wilsing Competition, de Berlin. Ha pres part en festivals com el Bordeaux String Quartet Festival, el Mozartfest Würzburg o el Muzenforum Concerten Bloemendaal. El seu compromís amb la música de nova creació és palès en les seves actuacions a les CNDM series a Madrid o a la Nuit de la Création a Aix-en-Provence. A llarg termini preparen una Acadèmia de Quartet de Corda a Vic, en col·laboració amb el Quartet Casals

Más de ochenta años después, Shostakóvich ha vuelto a ser censurado por ruso. A alguien se le ha ocurrido que algunos de sus pasajes exaltan el imperialismo que ahora encarna Vladímir Putin. Han sido casos muy aislados (otros compositores se han llevado la peor parte), pero que ponen de relieve la injusticia que supone vetar a un artista por el simple hecho de haber nacido en un país invasor.

Esta es la amenaza que planea ahora sobre todos los rusos que quieran entrar en la UE, después de que varios países socios hayan abierto un frente para exigir que se denieguen los visados turísticos a las personas procedentes del país.

El presidente ruso, Vladímir Putin, el pasado 17 de agosto

El presidente ruso, Vladímir Putin, el pasado 17 de agosto

Mikhail Klimentyev / Sputnik / AFP

Se entiende que se quiera presionar más a Putin a la vista de las atrocidades que cometen sus tropas, pero antes debería sopesarse bien qué se espera lograr con el fin de los visados.

Porque, de entrada, se extenderá el castigo a todos los rusos, sean o no afectos al régimen. Se cortará el contacto con sus familias en Rusia a personas que no pueden regresar a su país porque serían detenidas, por lo que acabarán sufriendo un doble castigo. Se eliminará la posibilidad de que los rusos que salen con visado vean en persona que Europa no sufre tanto los efectos de la guerra como sostiene la propaganda del Kremlin. Y se dará más argumentos a Putin para demonizar a Occidente ante su opinión pública.

Ni vetar a Shostakóvich ni rechazar todo lo ruso por el mero hecho de serlo servirá para ganar la guerra, si es que esta guerra puede ganarse.

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