Los Gerhard afrontan los 15 cuartetos de cuerda de Shostakóvich

Música y política

El conjunto catalán inicia en Torroella la integral del compositor que vivió oprimido por el régimen soviético

foto XAVIER CERVERA 28/07/2020 (palau de la musica catalana, barcelona) El Quartet Gerhard és un quartet de corda català establert l'any 2010 i resident a Berlín. El formen quatre instrumentistes catalans, Lluís Castan (violí) Judit Bardolet (violí) Miquel Jordà (viola) i Jesús Miralles (violoncel), que van conèixer-se durant el grau professional de música i van trobar-se, anys després, per a embrancar-se en un Màster de música de cambra a la ciutat de Basilea. Allà és on van conèixer a un dels seus mentors més destacats, el violinista Rainer Schmidt,[1] del prestigiós Quartet Hagen. Es declaren deutors del també violinista Eberhard Feltz,[2] de qui han rebut consell a la capital d'Alemanya, i d'Oliver Wille,[3] de Hannover, tots tres grans especialistes en l'univers del quartet de corda.[4] L'elecció del nom del compositor català Robert Gerhard és una declaració, segons els propis membres del quartet, de l'actitud que volen mantenir i transmetre com a formació de cambra. Ser a l'avantguarda de les tendències musicals, i alhora defensar una idea determinada de música, són dues màximes que poden atribuir-se tant al compositor modernista com al quartet que porta el seu nom. El treball discogràfic dels Gerhard (el seu segon disc, Portrait, va sortir la tardor del 2016) posa l'accent en una distinció fonamental en el timbre, una eina indispensable per a la definició d'una opció musical determinada.[5] La formació és guanyadora del tercer premi a l'International Irene Steels-Wilsing Competition, de Berlin. Ha pres part en festivals com el Bordeaux String Quartet Festival, el Mozartfest Würzburg o el Muzenforum Concerten Bloemendaal. El seu compromís amb la música de nova creació és palès en les seves actuacions a les CNDM series a Madrid o a la Nuit de la Création a Aix-en-Provence. A llarg termini preparen una Acadèmia de Quartet de Corda a Vic, en col·laboració amb el Quartet Casals

El Quartet Gerhard –Lluís Castan, Jesús Miralles, Miquel Jordà y Judit Bardolet– en una foto de archivo tomada en el Palau de la Música Catalana 

Xavier Cervera

Dimitri Shostakóvich es el paradigma del compositor oprimido. Pasó su vida (San Petersburgo, 1906- Moscú, 1975) sometido por el régimen soviético que fiscalizaba su trabajo de manera sistemática. Todo lo que escribía tenía que pasar por un comité que decidía si aquello era contrarrevolucionario y había que censurarlo. El resultado fue un estilo compositivo muy especial: quería abrazar las vanguardias pero que su obra viera la luz y no fuera censurada.

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Y si en alguno de sus trabajos se expresaba de manera íntima y autobiográfica era en sus cuartetos de cuerda. El Quartet Gerhard recibió hace un par de años el encargo de ofrecer la integral, los quince cuartetos que compuso Shostakóvich. El impulso se lo dio la Quincena Musical de San Sebastián.

De manera que, lo mismo que presentan allí, en la casa de Chillida, que ha reabierto como espacio del festival para la ocasión, se verá en tres años consecutivos en Catalunya, en el marco del Festival de Torroella. Este miércoles tendrá lugar el primero de los conciertos de este verano (con los cuartetos n.º 5 y 3) y el día 17, el segundo (con los n.º 1, 6 y 9). Los suscriptores de La Vanguardia tienen un descuento del 15% siempre que adquieran las entradas en la web de venta del diario.

“Se controlaba todo lo que componía, no fuera a ser contrarrevolucionario, pero los cuartetos son su lado más íntimo”

Los violinistas del conjunto, Lluís Castan y Judit Bardolet, atienden a La Vanguardia fechas después de haber tocado en El Prado para la cena de acompañantes de los mandatarios de la OTAN. “Nos pidieron Mozart, algo alegre, y tuvo su gracia. Hubo un punto en que nos sentimos como músicos de la corte”, ríe Bardolet. Eso sí, les pidieron que suavizaran el sonido porque los comensales deseaban charlar... “¡Pero es que tocábamos super pianissimo!”, lamenta Castan sobre esta primera experiencia con la alta política. “Lo siguiente será tocar en un búnker”, bromea.

Si los Gerhard se plantean subir la cuesta de Shostakóvich es porque se sienten en un momento de madurez: van a cumplir 13 años como cuarteto. Pero no deja de ser un reto. Hay que hacerla por lo menos durante tres años.

“Los cuartetos son la parte más autobiográfica de Shostakóvich, donde expresaba su lado más íntimo"

“Los cuartetos son la parte más autobiográfica de Shostakóvich, donde expresaba su lado más íntimo. En ellos traza un testimonio de vida”, dice Castan. “En el 3.º habla de la II Guerra Mundial y del dolor que le causó... consigue atravesarte emocionalmente”.

“Cada cuarteto es muy distinto al resto, son un universo con un mensaje distinto... algo muy valiente”, añade Bardolet, quien junto a sus colegas ha estado cuatro días impartiendo docencia en la Acadèmia de la Atlàntida de Vic. Incluso hicieron venir al profesor que tuvieron en Hannover, Oliver Wille. Todo un lujo.

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Dimitri Shostakovich en el Leningrado de 1956, celebrando su 50 aniversario  

Getty

–Shostakóvich se sustenta en el sentimiento de angustia y tragedia –retoma el tema Castan–. Necesitas mimetizar una emoción muy clara, existencial: la vida y la muerte. Y en una situación sociopolítica que tiene muchas analogías con lo que está pasando ahora en Rusia. Él abre el alma y lo hace de una forma tan clara que te sientes identificado: hay un sentimiento trágico en su música y momentos de elevación y utopía.

–Sí, es muy extremo: puedes sentir toda la rabia y la desesperación y toda la fragilidad también, y esa esperanza. La inmersión que estamos haciendo nos transforma. Te atrapa. Y es tan actual y tan de siempre...

"Shostakóvich pasa por una situación que tú no has vivido nunca pero te hace sentir como si lo hubieras hecho"

–Es algo increíble ser capaz de traducir unas emociones tan diversas y complejas en música. Él pasa por una situación que tú no has vivido nunca pero te hace sentir como si lo hubieras hecho.

–Hoy la gente lo capta mucho eso, [el abuso de poder] es real.

–Y ese miedo a la impotencia, de que harán contigo lo que quieran y nadie te ayudará. Es un miedo que incluso en nuestras sociedades occidentales democráticas la tenemos. Su música es un refugio para sentir que hay una salida.

Los Gerhard han escogido para el concierto de este miércoles las obras más impactantes, las de desgarro total, sin el contraste del las del día 17, que tiene una primera parte muy luminosa para llegar luego al muy oscuro N.º 9 .

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