Cien años de un fracaso

Cien años de un fracaso

SE cumplen cien años de un fracaso, el del presidente estadounidense Woodrow Wilson, que intentó no sólo firmar una paz en Europa después de una terrible guerra, sino también conseguir la reconciliación de los estadoscon un convenio, el Convenant, que trataba de fundar la Liga de Naciones. Wilson aspiraba a una Europa unida como socio privilegiado de EE.UU., donde no fuera posible otro desastre global. Stefan Zweig incluye este episodio en Momentos estelares de la humanidad: “El 13 de diciembre de 1918, el George Washington, un imponente vapor, pone rumbo a la costa europea con el presidente Wilson a bordo. Jamás, desde el comienzo de los tiempos, a un solo barco, a un solo hombre, le han esperado tantos millones de personas con tanta ilusión y tanta confianza. Durante cuatro años las naciones europeas se han devastado unas a otras. Con ametralladoras y cañones, con lanzallamas y gases tóxicos, han asesinado a cientos de miles de entre sus mejores jóvenes, en la flor de la edad. Durante cuatro años no se han dirigido ni escrito más que palabras llenas de odio y veneno (...) Lo que hacían y decían era un absurdo y una deshonra para nuestro siglo”. La paz se cerró mal, las ambiciones se impusieron a la sensatez y Wilson enfermó seriamente. Veinte años después, Europa repetía el desastre, con dimensiones aún mayores.

Europa supo entender que había que escribir la historia de otra manera tras la Segunda Guerra Mundial y democristianos y socialdemócratas pusieron las bases de la UE, pensada como un espacio de colaboración y bienestar. A medianoche se inicia una campaña al Parlamento Europeo en la que nos jugamos el futuro. Como escribía Enrico Letta en Vanguardia Dossier, la Unión llega exhausta, aunque no después de una guerra propiamente dicha, sino a causa de hechos exógenos cuyo alcance pueden equipararse a los daños causados por un conflicto. Pero, aun así, es imprescindible recuperar la ilusión y confianza de hace un siglo.

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