El valle del río Muga en 6 fotogramas

Tras el visor

Recorremos con el fotógrafo Julio Lozano, creador de la web EmpordaPhotoExperience, los 58 kilómetros desde el nacimiento del río en los Pirineos hasta su desembocadura en el golfo de Roses

Flamencos en el parque natural de Aiguamolls

Flamencos en el parque natural de Aiguamolls

Julio Lozano

La vida es como una película que transcurre a 36 fotogramas por segundo. Cuando coges una cámara de fotos por primera vez y empiezas a mirar la realidad tras un visor, la perspectiva de las cosas cambia radicalmente. Todo se mueve a una velocidad distinta: la tristeza, la alegría, el miedo... Y entonces te das cuenta de que ya nada es lo mismo porque toda la realidad queda atrapada en un encuadre y una imagen. 

Lo que ves en la foto ya no es la verdad, sino que es tu forma de ver las cosas, o, mejor dicho: la forma en la que quieres verlas. Soy fotógrafo desde hace muchos años. He viajado por todo el mundo, he colaborado con todo tipo de medios y publicaciones internacionales y siempre procuro transmitir ese sentido vital en las fotos. Y este año 2020, cuando nos asaltó la Covid y luego nos tuvimos que confinar, tuve que darle un giro forzado a mi rutina: abandoné la ciudad de Barcelona y me fui a vivir al campo. 

Río Muga

La energía que hay a lo largo de su cauce es fascinante, es un mundo aparte

El azar (y mi pareja) me llevaron a descubrir uno de los rincones más bonitos de España: el valle del río Muga. La energía que hay a lo largo de su cauce es fascinante, es un mundo aparte, repleto de rincones cautivadores, es natural, transparente y cada fotografía adquiere vida propia. Paso a paso, fotograma a fotograma.

Les Gorgues del río Muga son un rincón muy familiar

Les Gorgues del río Muga son un rincón muy familiar

Julio Lozano

Como es natural, iniciamos este recorrido por el principio. Es decir, el lugar donde nace el río Muga, allí donde se rozan las fronteras francesa y española. Estamos hablando de un río pirenaico cuyo curso penetra y se hace fuerte en la comarca del Alt Empordà, donde se va alimentando de las aguas que caen sobre el Roc de Frausa, la sierra de les Salines y la de l’Albera. Eso sucede entre los términos de Albanyà y Serrallonga.

Precisamente a unos dos kilómetros de Albanyà, uno de esos pueblecitos con encanto -por cierto, vale la pena hacer una parada, especialmente para ver la iglesia románica de Sant Pere-, encontramos uno de los tramos más bellos del valle: les gorgues, pozas o piscinas naturales de Albanyà.

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Este conjunto de balsas es de lo mejor de Catalunya. Es fácil llegar y, si la temperatura del agua lo permite, es aconsejable darse un chapuzón. En invierno es duro pero revitalizante, y en verano una magnífica alternativa a las playas y calas saturadas de la Costa Brava. El entorno es muy agradable, rodeado de castaños, encinas y pequeños prados, con el monte del Bassegoda mostrándose majestuoso de fondo.

Se trata de un lugar muy familiar, puesto que hay varias rocas y lianas que cuelgan de los árboles para que los más pequeños disfruten de la naturaleza. Además, también es posible ver las estrellas en el observatorio astronómico, que dispone del mayor telescopio de la provincia de Girona.

En Sant Llorenç de la Muga se respira paz

Puente viejo de Sant Llorenç de la Muga es de origen medieval

Puente viejo de Sant Llorenç de la Muga es de origen medieval

Julio Lozano

A unos 6 kilómetros dirección este, siguiendo en la parte más alta del valle, alcanzamos Sant Llorenç de la Muga y su imponente patrimonio arquitectónico medieval. Hay que darse una vuelta por sus calles retorcidas. La piedra domina el paisaje interior. Se respira paz. Cuenta con dos entradas medievales, su iglesia está perfectamente conservada y hay un paseo muy aconsejable hasta la torre del Moro, una atalaya del siglo XIII, cuyo mirador sobre el valle y del pueblo de Sant Llorenç es de obligada visita.

Sant Llorenç de la Muga se asienta sobre un meandro del río y está envuelto entre aguas limpias y salvajes que se dejan oír con su murmullo cautivador. En una de las partes del río encontrarás una de las edificaciones más hermosas que existen: el puente. 

La excursión entre el puente viejo de Sant Llorenç de la Muga hasta el pantano de Boadella es muy recomendable

De origen medieval –se calcula que del siglo XIV o XV- antiguamente era llamado pont del Grau, debido a su situación, sobre dos peñas calcáreas que encierran estrechamente el río en este tramo. Está formado por tres arcos, uno central más grande y dos laterales. Frente al puente está la capilla de Sant Andreu, que también merece una visita.

El pantano de Boadella está rodeado de vegetación mediterránea

El pantano de Boadella está rodeado de vegetación mediterránea

Julio Lozano

Al que le guste caminar, tiene una excursión muy recomendable entre el puente viejo de Sant Llorenç de la Muga hasta el pantano de Boadella o embalse de Darnius Boadella. Son unos 5 kilómetros -a paso ligero son 3 horas- de pista muy amplia y sin dificultad. No tiene perdida. Es un paseo familiar. 

De hecho, la primera parte es un sendero con una barandilla de madera. La vegetación es mediterránea, pinos, robles, alcornoques, protegiendo con su sombra los brezos, el romero y la hiedra. A medida que avancemos, el paisaje se va despejando, dando paso a los campos y algún olivar centenario.

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Este es un pantano relativamente pequeño: 63 metros de altura y 250 metros de ancho, aunque, sin embargo, es de los más caudalosos de Catalunya. Un poco más arriba está la presa que dio lugar al embalse. Se levantó en 1969 con el objetivo de controlar las crecidas del río, o “las mugadas”, tal como las llamaban en la zona. En la actualidad, ya no es un simple pantano, sino que se ha transformado en un reclamo turístico en toda regla. El baño está permitido, incluso dispone en sus orillas de un club náutico donde se realizan diversas actividades como el kayak y el piragüismo.

Vistas desde el mirador de la iglesia de Vilanova de la Muga

Vistas desde el mirador de la iglesia de Vilanova de la Muga

Julio Lozano

Ya en pleno descenso hacia el mar Mediterráneo, cuando el Muga ya ha evolucionado y se ha convertido en un río poderoso, encontramos Vilanova de la Muga. Si el sol acompaña y el día está despejado, el paraje de campos de cultivo mostrando al fondo el Canigó es una maravilla. Vilanova de la Muga es una población diminuta, entrañable, espontanea. Una rápida incursión nos llenará de sosiego. 

El silencio es enriquecedor allí. Llaman la atención su iglesia románica, el mirador del río que hay en la torre y su interior, donde es posible contemplar unas pinturas murales de gran valor. También conviene pasarse por la Resclosa del comte, una esclusa que data del siglo XVII.

Los Aiguamolls de l’Empordà es un margal que tiene su origen en los ríos Fluvià y Muga

Vilanova de la Muga es un buen lugar para detenerse y sentarse a catar la auténtica gastronomía catalana, y especialmente del Empordà. El restaurante La Muga (calle Major, 26) es una magnífica elección en ese sentido. Tradicional y familiar, la carta contiene platos como los caracoles, la escalivada de anchoas, canelones caseros, la espalda de cordero al horno o la siempre deliciosa crema catalana. También tienen una amplia terraza para comer al aire libre si uno prefiere.

En el parque natural se concentran unas 330 especies de aves

En el parque natural se concentran unas 330 especies de aves

julio lozano

Ya muy cerca del Mediterráneo y del golfo de Roses, nos adentramos en estos humedales de vital importancia. Los Aiguamolls de l’Empordà es un margal que tiene su origen en los ríos Fluvià y Muga procedentes de l’Alt Empordà, y los ríos Ter y Daró del Baix Empordà. Es una bendición para aquellas personas que amen la naturaleza y la observación de aves. Y es que, además, se trata de uno de los espacios naturales de Catalunya con una mayor variedad de especies animales, sobre todo de aves. Hay que pensar que es un lugar de descanso y un refugio de gran importancia para varias especies de aves migratorias.

Se calcula que se concentran en este parque unas 330 especies de aves, de las que 82 hacen nido de manera regular en las dunas, entre las que destacan rapaces como las lechuzas, gavilanes o águilas y migratorias como las garzas, cigüeñas, la focha o flamencos. La mejor época para fotografiarlas es entre los meses de marzo y mayo o bien entre agosto y octubre.

La tramontana es ideal para la práctica del kitesurf

La tramontana es ideal para la práctica del kitesurf

Julio Lozano

Este inacabable caudal de agua tiene su desenlace en el golfo de Roses, en su desembocadura, ubicada exactamente en Empuriabrava. Es el final de esta historia constante que va y viene. Estamos en la fabulosa Costa Brava. De ahí en adelante es todo arena, mar y olas. Y viento, por supuesto. Es el territorio de la Tramontana (viento frío y seco del norte) y del windsurf y el kitesurf. 

Si caminamos por la playa rumbo a la población de Roses, a escasa distancia, está la playa de la Rubina, llamada también “la playa salvaje”. Este sobrenombre se debe a que ha quedado preservada de la explotación urbanística, a diferencia de lo que sucede en las playas colindantes de Santa Margarida y Empuriabrava.

El kite es una experiencia inolvidable. Si quieres aprender, hay muchas escuelas en esta zona. En realidad, las primeras cometas que surcaron los cielos de nuestro país se vieron el verano de 1998 en otra playa de la bahía de Roses: la de Sant Pere Pescador. 

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