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Las Maldivas: ¿qué isla elegir?

El paraíso

A unos 450 kilómetros al suroeste de la India, este archipiélago formado por 1.196 islas es uno de los destinos más deseados por los viajeros

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Una pareja descansa frente al mar en Mar en Maldivas

mbbirdy / Getty Images

Pues sí, hay cerca de 1.200 islas para elegir en esta parte del océano Índico. Bueno, en realidad, de ese total, únicamente 203 están habitadas. Del resto, muchas están desiertas y alrededor de un centenar son privadas. Pero, aun así, sigue siendo complicado decidirse por una; y más todavía si tenemos en cuenta que todas son de una belleza extraordinaria. No las hay de feas. Todas son de arenas blanquísimas, aguas transparentes, palmeras ondulantes y un paisaje submarino que parece sacado de un mundo soñado. Marco Polo, cuando las vio a lo lejos, las definió como “la flor de las Indias”.

La mayoría de las islas son pequeñas –se pueden recorrer a pie en unos 15 minutos- y ninguna de ellas se eleva más de 2 metros sobre el nivel del mar. Están distribuidas en 26 atolones, anillos de coral repartidos a lo largo de 90.000 kilómetros cuadrados. Las islas han estado habitadas desde hace más de 2.500 años, dado que eran un cruce de caminos en las rutas marítimas del Índico. Maldivas siempre está en las listas de los viajes más apetecibles, pero ¿qué isla exactamente es la más recomendable? La respuesta es que depende. Depende de qué tipo de viaje estés buscando.

¿Para presupuestos ajustados? La isla Maafushi

Las Maldivas siempre ha estado considerado como un destino de lujo. El exotismo en la versión más exagerada. Islas idílicas en medio del océano, resorts suspendidos sobre el agua y una paz que vale todo el dinero del mundo. Antes era un destino para bolsillos pudientes, pero desde que el Gobierno aprobó en 2010 la apertura de casas de huéspedes, el coste se ha democratizado. Hoy el presupuesto mínimo para pasar una semana en Las Maldivas está entre los 2.500€ y 3.000€. Pero para eso, es necesario ajustar mucho el gasto en vuelos y especialmente en el alojamiento. Lo más aconsejable es buscar estancia en alguna de las islas locales cercanas a la capital Malé -excepto Hulhumale, ya que está muy cerca del aeropuerto- y evitar las islas privadas y los despampanantes resorts, cuyos precios pueden alcanzar sin problemas los 300€ por noche.

Maafushi es una isla local ubicada al sur de Malé, en el atolón de Kaafu. Es una opción muy popular entre los visitantes mochileros o que viajan por libre, puesto que está cerca del aeropuerto internacional, se puede llegar con un ferry público (2 dólares) y cuenta con numerosas opciones de alojamiento local y comer es económico. Hay hostales en los que puedes reservar una habitación por 50€ la noche. Además, allí se hace vida lugareña y es posible apreciar la cultura y las costumbres maldivas más de cerca. Ritmo pausado, paz, playas de escándalo, lo que se dice “la buena vida”.

¿Para una luna de miel? Baros, en atolón Kaafu

En 1968, tras tres años de haberse independizado del Reino Unido, el sultanato dio paso a una república islámica. Así, la mayoría de los maldivos profesan la religión musulmana, lo que, entre otras cosas, significa que los gestos amorosos no están bien vistos, el consumo de alcohol no se permite y el uso del bikini en las playas está restringido. Eso no ocurre en todas las islas, solo en algunas, por lo que es aconsejable escoger aquellas donde puedas vivir al máximo y sin limitaciones tu experiencia romántica.

La verdad es que un viaje como este, lo ideal es intentar hacer un esfuerzo y no escatimar mucho con el presupuesto. Hay que vivirlo intensamente. Los resorts de lujo son la opción más memorable. La diminuta isla de Baros, en el atolón Kaafu, está ocupada por un solo resort y podría ser una buena elección para una luna de miel a lo grande; y en su categoría, no es de las islas más caras. Y es todo un paraíso. Los huéspedes son tratados con la más exquisita de las atenciones. Pero no solo hay playas y momentos románticos, Baros dispone de uno de los arrecifes de coral más bellos del archipiélago.

¿Para viajaren familia? Kuramathi, en atolón Radu

Lo cierto es que cuando se menciona Maldivas en una conversación solemos imaginarnos a una pareja paseando por la orilla de una playa de arena blanca y aguas color turquesa. Sin duda alguna, es la meca del romanticismo exótico. Pero en los últimos años no solo van recién casados, la llegada de familias ha aumentado considerablemente. Algunos resorts, incluso, han comenzado a añadir propuestas especialmente pensadas para los más pequeños : desde que se puedan alojar gratis en la habitación hasta la creación de parques temáticos.

En ese sentido, la isla de Kuramathi es perfecta. Se trata de la mayor de las seis islas del atolón de Rasdu -2 kilómetros de punta a punta- y su fondo marino es sencillamente espectacular. Las actividades familiares son inacabables. De hecho, el resort dispone de un submarino y todos los días se organizan un par de excursiones para ver tortugas, tiburones o bancos de peces de mil colores. Una opción muy adecuada para gente mayor o niños demasiado pequeños que no pueden hacer esnórquel. Por cierto, a la isla se llega en hidroavión. Son 20 minutos de vuelo en la que los niños se lo pasan en grande.

¿Para bucear? Kanifushi, en atolón Baa

Si eres aficionado al mundo subacuático, apunta el nombre tan pegadizo de este atolón: Baa. Fue declarado reserva de la biosfera por la ONU en 2011 gracias a la abundante vida marina que hay bajo sus aguas. Una de las mayores atracciones son las fabulosas mantarrayas. La aparición de esta especie de mantas gigantes se debe al plancton que el monzón de suroeste, durante la temporada de lluvias –entre mayo y octubre- arrastra hasta a bahía de Hanifaru. Allí se concentran en gran número estos peces para darse un espléndido homenaje gastronómico. Los tiburones ballena, por cierto, también suelen acompañarlos en el festín.

En la parte sur del atolón, nos encontramos una de esas islas fascinantes: una larga playa de arena blanca de 2 kilómetros que se mete en el mar hasta desaparecer. Allí han construido uno de los resorts más flamantes de las Maldivas, el Seaside Finolhu de cinco estrellas, formado por 126 villas de esas que se suspenden sobre el océano. Este hotel tiene su propio centro de buceo donde, aparte del bautismo para los principiantes, también te ofrecen la posibilidad de practicar el submarinismo nocturno con la asistencia de guías expertos.

¿En busca de soledad y relax total? Maafushivaru, en atolón Ari sur

Una de las sensaciones que más desean los viajeros cuando se instalan en estas islas perdidas en medio del océano es sentirse solos. Es el mito de Robinson Crusoe. La desconexión, la paz, el más absoluto desprecio por la tiranía del tiempo y la civilización estresante. Al sur del atolón de Ari, Maafushivaru tiene unos 500 metros de largo con forma de cuña. Dos preciosas playas se extienden frente a una laguna de aguas color turquesa.

Pero una de sus grandes atracciones es que muy cerca tienen un islote desierto, Lonubo, para uso y disfrute exclusivo de los huéspedes del resort. Puedes coger una barca y zarpar hasta esta pequeña isla deshabitada, donde es posible pasar unos días, organizar un picnic o una velada romántica a base de langosta e incluso disfrutar de un jacuzzi al aire libre. Sí, es como hacer un Robinson Crusoe, pero sabiendo que te vendrán a buscar de inmediato cuando ya tengas suficiente soledad.

La elección de una isla depende del tipo de viaje que se esté buscando