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Los murales góticos de Alcañiz, un cómic medieval

Mundo insólito

Las obras recuerdan los hechos más memorables de la fundación de la ciudad aragonesa y los avatares históricos a partir de 1157

Uno de los murales góticos de Alcañiz

Gordito1868 / Wikimedia Commons

Soldados montados a caballo ricamente gualdrapados dirigiéndose a un castillo; campamentos militares; árboles de la ciencia; juglares; infantería marchando ordenadamente; el rey Jaime I entrando en València… los murales góticos que decoran varios de los arcos y estancias de la fortaleza de Alcañiz fueron pintados en el siglo XIV y recuerdan los hechos más memorables de la fundación de la ciudad y los avatares históricos a partir de 1157, cuando Ramon Berenguer IV le concedió el Fuero Real. Y los de veinticinco años más tarde, en que el rey Alfonso el Casto entregó el castillo a la Orden de Calatrava.

La fortaleza alcañizana es tan antigua como la localidad, pues fue su núcleo fundacional, y es una de las más complejas de Aragón, pues imbrica castillo y palacio. Hoy, más de ocho siglos después, sigue definiendo la silueta de la villa, aunque el conjunto defensivo haya experimentado muchos cambios. De hecho, se le fueron incorporando elementos mudéjares y ahora su recia estructura habla de remodelaciones de los tres últimos siglos.

El castillo de los Calatravos fue el lugar donde la Corona de Aragón celebró definitivas reuniones parlamentarias previas al Compromiso de Caspe

Se le conoce como castillo de los Calatravos por haber sido la base principal de esa orden, y lugar donde la Corona de Aragón celebró definitivas reuniones parlamentarias previas al Compromiso de Caspe en que se decidió quién sucedería al rey Martín I, muerto sin descendencia.

Partes del castillo son ahora un parador nacional que ocupa el palacio de los Comendadores desde el que descansar dominando los llanos ásperos del Bajo Aragón, zona de la que Alcañiz es capital histórica. Curiosamente, se trata de las pocas localidades del desertizado Teruel que experimenta pequeños aumentos en su número de habitantes (siempre modestos, la villa ronda las 20.000 almas).

Uno de los murales del actual parador de Alcañiz

Gordito1868 / Wikimedia Commons

Aunque solo fuera por los murales góticos en los que se mezclan temas militares, sociales, religiosos y profanos, valdría la pena la visita a Alcañiz. Pero, además, hay que dejarse tentar por la ley de la gravedad y echar calles abajo desde la fortaleza para admirar su hermoso núcleo urbano, monopolizado por la plaza de España. En un rectángulo sombreado que se burla de los calores del interior peninsular se hallan el edificio gótico de la Lonja y el renacentista del ayuntamiento.

Quienes gusten del barroco se acercarán hasta la excolegiata de Santa María la Mayor, comenzada a construir en 1735. Guarda similitudes estilísticas con la basílica zaragozana del Pilar y podría haber sido traída por una grúa titánica desde cualquier plaza mayor de una capital sudamericana.

Castillo de los Calatravos, Alcañiz

mmeee / Getty Images/iStockphoto

El núcleo histórico de Alcañiz está trufado de casas señoriales, algunas de ellas blasonadas, lo que proporciona un conjunto armónico. La conocida como Calandetas habría sido sede local del Tribunal de la Inquisición. En el Paseo Andrade salta la sorpresa y el paseante vagabundo se encuentra con casas modernistas que no esperaría hallar aquí, con los balcones sinuosos de la Casa Taboada y las galerías que sobresalen de la fachada como la enorme mandíbula de un robot en el inmueble del número 14.

Quien desee retroceder en el tiempo deberá acercarse a Alcañiz en el centro de la primavera, cuando la plaza de España y las calles que la rodean se convierten en un mercado medieval muy popular. Y, en un salto mucho más atrás, visitar el magnífico complejo de pinturas rupestres de Val del Charco del Agua Amarga, que forman parte del arco mediterráneo declarado patrimonio de la humanidad. Está cerca de la Vía Verde de Val de Zafán –un magnífico recorrido para ciclistas principiantes–, a diez minutos en coche de Alcañiz, y muestra las inquietudes de los pobladores de la zona de hace ocho mil años. Varios abrigos están abiertos a la visita guiada. Es preceptiva la reserva previa en los Tel. 693 861 136 o 665 585 555.

Ayuntamiento e iglesia de Santa María la Mayor de Alcañiz

Jose Camilo Lopez Perez / Getty Images/iStockphoto
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