El Cabo de Gata en siete localizaciones esenciales
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Un paisaje árido y seco rodeado de playas vírgenes y pueblos pintorescos
El Cabo de Gata posee una belleza extraña que fascina y desagrada por igual, no hay un término medio. Su paisaje seco y casi estéril está rodeado por acantilados de vértigo sobre un mar limpio y cristalino dentro de un entorno poco urbanizado. Es uno de esos lugares, casi inexplorados, en los que las carreteras sinuosas pasan por pueblos no muy grandes de casas blancas y bajas en las que uno debe refugiarse del sol abrasador durante casi todo el año.
Esta tierra de origen volcánico no ofrece muchas sombras, las condiciones climáticas son tan exigentes que es difícil que crezcan árboles por sí solos, pero las vistas de un horizonte repleto de sierras con formas sinuosas modeladas por el viento son increíbles, al igual que sus playas, tan naturales y solitarias en los que uno puede perderse sin miedo a ser encontrado.
Para conocer Cabo de Gata es necesario alquilar un coche, y hay que estar preparado, no espéreis muchos lujos, todo es más bien sencillo: unas zapatillas de agua para poder caminar en las playas de cantos rodados, una sombrilla con un soporte para clavarla en el suelo sin que se la lleve el aire, una nevera con bebida fresca y bolsas de basura para dejarlo todo tal y como lo hemos encontrado.
San Miguel de Cabo de Gata
San Miguel pertenece al municipio de Almería aunque se encuentra inmersa en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar. No es una villa especialmente bonita pero si tiene un paseo marítimo muy animado, repleto de restaurantes y bares en los que degustar los productos típicos junto a la playa. Ver el atardecer desde una de sus terrazas es un lujo que sale barato.
Playa de Cabo de Gata
La playa de San Miguel termina en el torreón, una torre defensiva que data del siglo XVII, a partir de aquí una línea costera de 5 km se extiende hasta La Fabriquilla. La playa es muy ancha y accesible, no hay servicios pero uno puede andar a sus anchas e incluso hacer nudismo sin que le molesten y sin molestar a nadie. Lo mejor es que transcurre paralela a la carretera y los arcenes son usados como aparcamiento. Existen accesos a la playa desde la carretera mediante pasarelas de madera.
San José
San José es un antiguo pueblo de pescadores situado en la bonita bahía del mismo nombre, entre el cerro En medio y el cerro de Cala Higuera. Un enclave precioso aunque es muy turístico, sobre todo, en la época estival, pero ha sabido mantener cierta tranquilidad. Lo conforman casas blancas y bajas, muchas de ellas construidas sobre los pequeños acantilados que se asoman al mar, con muchos restaurantes (como el Óctopus) y bares en la zona cercana a la playa, es un buen lugar en el que buscar alojamiento (como la Posada de Paco o el hostal Las Gaviotas) .
Playas de Mónsul y los Genoveses
Desde San José se puede acceder a dos de las playas más bonitas: la los Genoveses rodeada de pequeñas dunas y de arena fina y dorada, no es muy grande pero sí ancha, hay un sendero por el que se puede subir al impresionante morrón; y más adelante nos encontramos con la de Mónsul, otra playa virgen de arena fina pero oscura, en la que se pueden ver formaciones rocosas de diseños espectaculares debido a la erosión, como una roca llamada ‘la peineta’. Tampoco es muy grande, por eso, en verano, hay restricciones al tráfico (de mediados de junio a mediados de septiembre; aunque hay servicio alternativo de acceso en autobús desde San José).
Comer en Las Negras
El pueblo de Las Negras recibe este nombre del monte que está a su izquierda, el cerro Negro, que es de piedra oscura por su origen volcánico. La villa tiene unos 300 habitantes que no han perdido ni un ápice su amabilidad con los visitantes. Y entre sus calles se encuentra El Rumbo de Las Negras, un resturante en el que el pescado que sirven es del día, cuando llega lo presentan a sus clientes en una bandeja, y a partir de ahí lo cocinan al momento con toques vanguardistas. Hay que probar los sonsos o saltones fritos.
La Isleta del Moro
La Isleta del Moro es un pequeño pueblo pesquero situado cerca de Los Escullos, junto a un colosal peñón y una isleta de la que recibe su nombre. La imagen de postal la conforma un gran palmeral a la entrada, casitas blancas amontonadas cerca de la playa, barcas varadas en la orilla y pescadores faenando en el agua. Tranquilidad y relax absoluto. Se recomienda probar las tapas del restaurante La Ola.
Arrecife de las Sirenas
Desde el mirador de las sirenas, junto al faro de Cabo de Gata, situado en la parte más oriental del sur de España, se pueden ver antiguas chimeneas volcánicas que sobresalen del agua. Si te atreves, hay que bajar por un pequeño sendero desde el mirador para llegar al arrecife. Se trata de una de las zonas preferidas por los buceadores para explorar el fondo marino catalogado como reserva marina.