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Ciudad de México, una ruta por la capital más sorprendente

América

Nos adentramos en la diversidad cultural, histórica, natural y gastronómica que se agolpa en sus calles de la capital

Plaza de la Constitución, Ciudad de México (México)

Torresigner / Getty Images/iStockphoto

Cuesta acostumbrarse al hecho de que esta ciudad ya no se llame “el DF”. El nombre oficial de la megaurbe es ahora CDMX (ellos lo pronuncian “ce-de-me-equis”). Un cambio administrativo que muestra también el carácter cambiante de este terreno inabarcable. Ya sea desde el punto de vista artístico, gastronómico o arquitectónico, Ciudad de México se mueve y evoluciona constantemente, retando a los visitantes con diseños coloristas, platos barrocos y artistas que ponen en cuestión el statu quo. Para descubrirlo, os proponemos una ruta por los barrios y los establecimientos más innovadores, hipster y subversivos actualmente de la ciudad.

Ciudad de México es una ciudad cambiante

benedek / Getty Images

Rincón de artistas

Desde fuera puede parecer una simple calle de la Colonia Juárez. Pero Fusión Casa de Diseñadores es un sorprendente bazar de diseñadores mexicanos ubicado en una casa de principios del siglo XX. Ellos se definen como el “primer bazar de arte y diseño alternativo de CDMX” y ponen a la venta objetos de todo tipo. Destacan propuestas como Karani Art, que rescata símbolos del folklore nacional mexicano, el calzado artesanal de Manuel Sekkel, que colabora con comunidades indígenas, el papel picado y los cráneos de Día de Muertos o la ecocosmética vegana de Fitos, entre muchas otras propuestas. En la entrada podemos hacer un descanso en la cafetería Borola, que ofrece café de especialidad, probar el mezcal artesanal de Piquete Ziña o, en la segunda planta, sentarnos en la encantadora terraza de la tetería Anthea.

Los amantes del diseño tienen otra parada obligada en el centro de la ciudad, en el palacio de la Condesa de Miravalle. Se trata de una casona del siglo XVII que alberga restaurantes, joyerías, chocolaterías y tiendas de todo tipo, además de un hotel. Aquí está más presente que nunca la figura de Frida Kahlo, que, irónicamente –en vida, Diego Rivera siempre tuvo el protagonismo artístico de la pareja–, se está convirtiendo en el rostro por excelencia de los souvenirs de la ciudad.

Aunque es mucho más turístico, el mercado de artesanías La Ciudadela también cuenta con alguna parada de diseñadores mexicanos interesantes, sobre todo las relacionadas con la lucha libre mexicana, como Artesanías Citlalli.

Barrios con encanto

Centro de escritores e intelectuales por excelencia, la colonia Roma ha sido la inspiración y la casa de personalidades como Jack Kerouac, Allen Ginsberg o William Burroughs. Hoy en día mantiene un aire intelectual y reúne cafés de estilo europeo, librerías especializadas y galerías de arte.

Es también un barrio que promueve el espíritu combativo, como demuestra la iniciativa Huerto Roma Verde. Se trata de un proyecto de permacultura urbana con un modelo cívico de bioconstrucción que acoge a más de 120 organizaciones sociales. Se ubica en un terreno de 7.000 metros cuadrados, donde anteriormente había unos edificios destruidos durante el terremoto de 1985. Entre otras propuestas, aquí encontraréis un temazcal, que es un baño de vapor de la medicina tradicional mexicana cuyo nombre, en náhuatl, significa “la casa donde se suda”.

En el mismo barrio, repleto de grafitis por las calles, se pueden visitar algunas tiendas interesantes, como la librería Casa Bosques, que funciona como un escaparate de la escena independiente mexicana e internacional y nos propone descubrir nuevos libros en cada visita. También encontramos edificios singulares, entre ellos La Casa de las Brujas, donde se supone que vivió la chamana La Pachita y cuyo edificio tiene forma de una bruja con sombrero.

Sabores mexicanos

Olvidad todo lo que creéis saber de la comida mexicana. Olvidad los nachos con guacamole y la crema agria de la cocina tex-mex, así como los tacos poco picantes y los totopos de formas perfectas. Y preparaos para abrir el paladar a ingredientes extrañísimos y picantísimos. Porque incluso en los restaurantes de más nivel de la ciudad encontraréis chapulines (saltamontes) y escamoles (huevos de hormiga), tacos de maíz azules y negros, nopales (cactus y contundentes moles que tiñen de negro todo el plato. Aquí lo que se hace es barroquismo culinario.

Entre los restaurantes recomendados en Ciudad de México, no os perdáis una visita a Azul Histórico, ubicado en el patio del palacio de la Condesa de Miravalle al que nos referíamos antes. Rodeado de árboles, ofrece una cocina fresca, con platos típicos de cada región mexicana servidos en vajillas artísticas. Nos recomiendan empezar con un mezcal (sin duda, la bebida de moda en la ciudad), servido en jícaras y acompañado de dados de naranja con sal de gusano. De la extensa carta, destacan elaboraciones como la cochinita pibil de Yucatán, con maíz de tres colores, y la sopa de tortilla, conocida como “la reina de las sopas mexicanas”, que es un caldo de pollo con jitomate rostizado, queso panela, aguacate y tortilla de maíz.

Cenas íntimas

Para la cena, una buena opción es el restaurante Sonora Grill, en Reforma, que combina cocina a la brasa con DJ en directo. Este steakhouse mexicano contemporáneo ofrece deliciosos tacos de rib eye (una tendencia en auge), ensaladas de mandarina, cortes al carbón de calidad sterling silver y tartas artesanales. Una propuesta sofisticada y internacional que no se olvida de la gastronomía local. En el glamuroso barrio de Polanco también destaca el restaurante Silvestre, un elegante asador mexicano donde se pueden probar tacos de lengua, chile relleno de chicharrón prensado, camarones en salsa de tamarindo o róbalo en mantequilla de habanero. Por último, los amantes de los mercados tienen una parada obligada en el mercado Roma, el primero de comida orgánica y gourmet de la ciudad.

Cómo llegar

Iberia tiene vuelos directos entre Madrid y Ciudad de México a partir de 700 euros.

Más Información aquí.

Dónde dormir

El hotel Barceló México Reforma cuenta con modernas habitaciones con vistas sobre la ciudad, un encantador spa con múltiples tratamientos y una piscina climatizada con techo acristalado. Pero, sobre todo, este gran establecimiento (es el segundo hotel urbano más grande de la cadena, después del Barceló Sants en Barcelona) destaca por una pasión muy concreta: la gastronomía. Los que quieran degustar cocina creativa mexicana pueden visitar el restaurante El Caballito, que apuesta por una visión de la cocina como patrimonio cultural. Aquí podréis degustar platos tan tradicionales como el caldo a la piedra, que combina pescado y camarón con jitomate, o una deconstrucción de un raspado de monjita, que es una mousse de rompope con salsa de naranja al tequila. Además, el hotel está ubicado a tan solo 50 minutos del globopuerto y organiza viajes hasta allí. Barceló Hoteles ofrece habitaciones dobles desde 92 euros.