Cómo sobrevivir 48 horas en Oslo
Recomendaciones
La capital de Noruega es una de las ciudades más caras y con un nivel de vida más alto del mundo
Oslo es la capital y la ciudad más cara de Noruega. La ciudad tiene fama de aburrida y quizá es difícil identificarla en una imagen. Sin embargo, la capital del país se encuentra en una posición privilegiada al final del fiordo de Oslo y el río Akerselva transcurre por su interior. Dentro de sus límites existen cerca de 40 islas y más de 340 lagos.
Su fama de inasequible le hace justicia. A pesar de ello, hay algunos trucos para lograr sobrevivir en una de las ciudades más caras y con un nivel de vida más alto del mundo.
Pasear es gratis
Por ello, la fortaleza de Akershus es una buena opción. Se trata de un complejo militar, de la época medieval, situado junto al fiordo de Oslo. Se construyó como castillo real, aunque a lo largo de la historia ha tenido funciones distintas: desde cárcel hasta zona de trabajos forzados. Su función actual es la de cuartel general y escuela de oficiales. Algunas ceremonias también tienen lugar ahí. Además, alberga el Museo de la Resistencia y los Ministerios de Defensa y Medio Ambiente.
En Noruega se toman en serio el medio ambiente. Es difícil ver coches diésel o de gasolina, la mayoría son eléctricos. Y es que ser ecológico tiene premio en el país. Según explican, los coches eléctricos no pagan ni tasas, ni parking y pueden recargarse gratis. Sin embargo, los que no lo son, deben pagar una especie de peaje para circular por la capital.
Unos cuantos ladrillos marrones ocultan la Rådhus o Ayuntamiento. Detrás del edificio se esconde una colección espectacular de decoraciones que recorren la historia, cultura y vida laboral local. Aunque no siempre se puede acceder es gratuito visitar el interior del edificio. Pero no es lo único que llama la atención, el reloj de la torre tiene la costumbre de tocar diferentes melodías al marcar cada hora. De hecho, tiene hasta un programa musical que va des de los temas más clásicos de Edward Grieg, Eric Satie o Vivaldi hasta la canción de Imagine de John Lennon, las temáticas de Súper Mario e incluso las de Harry Potter.
El espíritu Vikingo
Si lo que buscas es encontrarte con el auténtico espíritu vikingo, el Museo de los Barcos Vikingos o Vikingskipshuset es el sitio ideal. Forma parte del Museo Cultural Histórico de la Universidad de Oslo y contiene algunos de los barcos vikingos mejor conservados del mundo, así como increíbles hallazgos de la época. En ese mismo sentido, el Museo Kon-Tiki también es una buena opción para ver embarcaciones y objetos culturales recogidos durante las expediciones de Thor Heyerdahl. Kon-Tiki fue una embarcación construida para navegar entre Perú y la Polinesia en 1947. Ambos museos son de pago.
Con la Oslo Pass entrar en el Museo Munch sale gratis. Se trata del museo de arte que contiene más de 1.100 pinturas, 15.500 dibujos con 700 motivos y 4.700 esbozos, seis esculturas y 2.240 libros. Todo son obras dejadas en su testamento por Edvard Munch a la ciudad.
Oslo ofrece más actividades gratuitas. Por ejemplo, darse una vuelta por el palacio Real, que es la residencia actual de los reyes de Noruega. El palacio fue construido en el siglo XIX y alberga muchísimas habitaciones, una capilla, un salón de baile, monumentos y diferentes estatuas.
La Ópera fue inaugurada en 2008 después de cinco largos años de construcción. La forma del edificio tiene truco. El estudio de arquitectura noruego Snøhetta quería lograr que pareciese un iceberg, y que las personas que caminaran sobre el edificio parecieran pingüinos. Por ello, se combinaron estructuras de mármol blanco y de vidrio. La sala tiene capacidad para 2.000 personas.
El parque de Vigeland se puede visitar gratis casi en su totalidad, y lo es por completo con el Oslo Pass. Se trata del parque más famoso de Noruega, y data de la primera mitad del siglo XX. Posee una exposición permanente de esculturas de Vigeland con la peculiaridad de que todas están desnudas y representan distintas etapas de la vida. Merece la pena darse un paseo por el parque y contemplarlas, aunque la más famosa es la de un niño muy enfadado llamada “Sinnataggen”.
Pasearse por el distrito de Grünerlokka es casi una obligación. Se trata del barrio más vanguardista de la ciudad y como tal, hay que andar mucho para empaparse de su arte. Calles y parques esconden pinturas, esculturas y mercadillos cerca del río Akerselva. En este barrio también se pueden encontrar bares bohemios y cafeterías vintage. Grünerlokka era también el distrito dónde más judíos vivieron antes de la Segunda Guerra Mundial, por ello es habitual ver Stolpersteine por la calle(piedras que conmemoran la muerte o deportación de personas a manos de los nazis), los pequeños cubos de 10x10x10 llevan incrustados una placa de latón en las que se encuentran grabados los datos esenciales de esas personas.
La aventura de comer y beber en Oslo
La comida y la bebida tienen precios casi prohibitivos. Una cerveza puede costar, un mínimo de siete euros. También se paga para ir al servicio, la broma puede subir hasta los dos o tres euros. Y los precios de las bebidas alcohólicas son increíblemente caros porque el Gobierno del país subió los impuestos para reducir su consumo.
Aun así, hay algunos trucos. El agua del grifo es gratuita y, además, la sirven muy fría. Pero para probar comida noruega a buen precio --para Oslo-- se puede empezar por el Kaffistova, un café especializado en comida típica apto para todos los bolsillos. Los platos son sencillos, pero es una muy buena opción. Otra recomendación 100% noruega es el Rorbua, la gastronomía marina del país está presente en toda la carta. Sin embargo, la opción más barata es sin duda Illegal Burger, una de las hamburgueserías más famosas del país con unos precios muy asequibles. Tienen, además, hamburguesas veganas y de pescado.