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El turismo bélico en Sarajevo 25 años después

Guerra de Bosnia

La capital bosnia ofrece recorridos turísticos para conocer más a fondo el drama de los Balcanes

La guerra en Sarajevo dejó 97.000 muertos

Riccardo_Mojana / Riccardo_Mojana-iStockphoto

Entrar en el túnel que conectó Sarajevo con el mundo durante el asedio a la ciudad, visitar el mercado de Markale, en el que 69 civiles murieron en un bombardeo, o cruzar la ‘Avenida de los Francotiradores’, son parte de la oferta de turismo de guerra que ofrece la capital bosnia. Esas son varias de las paradas de algunos de los circuitos turísticos que recorren y recuerdan los años más tristes de la historia reciente de Sarajevo, los de la guerra civil de 1992-1995.

Sarajevo Times of Misfortune Tour, 3 Hour Balcans Dark Side & War Tour y Sarajevo Total Siege son tres de las ofertas que atraen cada vez más a los visitantes. El Túnel D-B, popularmente llamado Túnel de la Esperanza, es uno de los destinos más solicitados. En 2016, el pequeño tramo que aún queda abierto y el museo que explica su historia fueron visitados por 120.000 de los 400.000 turistas que pasaron por Sarajevo.

El interior del túnel de Sarajevo, construido durante el asedio

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Aún se pueden recorrer los últimos 25 de los 800 metros que tuvo el pasaje subterráneo de 150 centímetros de alto y 100 de ancho, por el que entraron armas, combustible y víveres a la ciudad y que fue también la única vía de escape durante los 30 meses que duró el asedio de las fuerzas serbobosnias.

“Mientras cruzan agachados estos 25 metros, les pedimos que imaginen lo que era caminar por el barro profundo y que vuelvan a cruzar, esta vez con una carga de 50 kilos en la mochila”, indica Edina Memic, comisaria de la exposición sobre el túnel. Otra experiencia especial, única en el mundo, espera en el Hostal de la Guerra, según asegura su propietario, Arijan Kurbasic, que recibe al visitante en uniforme militar y con casco.

El túnel fue la única vía de escape durante los 30 meses que duró el asedio

En este sorprendente establecimiento, los huéspedes pueden jugar a imaginarse cómo era la vida de los sarajevitas durante la guerra de 1992 a 1995, que enfrentó a musulmanes, serbios y croatas de Bosnia y causó unos 97.000 muertos. Sólo en Sarajevo hubo más de 11.000 víctimas mortales, 1.100 de ellas niños.

El hostal, por el que uno se mueve a la luz de velas, ofrece habitaciones con bombillas conectadas a acumuladores y ventanas tapadas con rollo de plástico y gruesas mantas militares. El personal de este especial hotel viste uniformes militares y sirve los alimentos que se comían en la guerra, como pastel de arroz, lentejas, pan sin levadura o una lata de sardinas.

La mezquita de Sarajevo, Gazi Husrev-beg

mura / mura-iStock

Quien pernocte aquí, escuchará durante toda la noche los ruidos de explosiones. En el refugio antibombas que se ha recreado se pueden ver documentales sobre el asedio y leer artículos de prensa de aquella época pegados a las paredes. Kurbasic desea que sus visitantes, al vivir estas difíciles condiciones sean más conscientes de lo afortunados que son de tener las comodidades de la vida contemporánea.

El guía turístico Edin Bazdarevic conduce a sus clientes en un tour que comienza en el Baluarte blanco, una torre de época otomana desde la que se domina la ciudad y los montes que la encierran. “Esta geografía es la que trajo a Sarajevo en 1984 los Juegos Olímpicos de invierno. Ocho años después, desde esos montes se empezó a disparar, a destruir las vidas y el patrimonio cultural”, rememora.

La guerra de Bosnia duró más de tres años y dejó 97.000 muertos

Su ruta sigue por la Aleja snajpera, la ‘Avenida de los Francotiradores’, el céntrico bulevar desde el que los tiradores serbobosnios disparaban contra todo lo que se moviera. La ruta sigue por el mercado central de Markale, donde el 5 de febrero de 1994 una granada de mortero acabó con la vida de 69 civiles e hirió a otros 150.

Luego continúa con una visita al monumento a los niños que murieron en la guerra y por un hospital maternal que fue incendiado durante el conflicto. El punto final de la gira es el cementerio militar Kovaci, donde reposan 1.487 soldados y policías muertos en el conflicto. Bazdarevic indica que a los turistas les gusta escuchar historias de la valentía y la creatividad de la gente y de su capacidad de sobrevivir en las condiciones “de una vida sin nada”.

El cementerio militar Kovaci, desde el que se puede observar la ciudad de Sarajevo

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Cómo se calentaban y cocinaban en una estufa cuyo combustible eran zapatos o dónde recogían el agua cuando el suministro quedó cortado son algunas de las hazañas que más les interesan. La exposición Sarajevo sitiado en el Museo de la Historia de Bosnia-Herzegovina exhibe objetos de “guerra” como armas improvisadas, recipientes de ayuda humanitaria, generadores de electricidad elaborados a mano o fragmentos del diario de una maestra que murió con sus alumnos al caer una bomba en su aula.

“La potencia de los objetos de la época del asedio es intensa. Celebran la vida y el deseo de sobrevivir”, resume la directora del Museo, Elma Hasimbegovic. En Bascarsija, mercado tradicional del centro de Sarajevo, los artesanos venden recuerdos como pendientes, bolígrafos o macetas elaborados y tallados en casquillos de bala y de granada.

El recorrido finaliza en el cementerio militar Kovaci, donde están enterrados más de 1.400 soldados