Las plantas aromáticas aportan mucho a nuestra dieta, porque sus beneficios y propiedades medicinales son muchas y están respaldados por la ciencia. Su uso está cada vez más extendido, porque sirven como condimento a nuestros platos, a los que aportan potencia y sabor, y que también se pueden utilizar como remedios naturales para aliviar algunas dolencias.
Las hierbas aromáticas son aquellas cuyos principios activos están constituidos, total o parcialmente, por esencias. Se utilizan como condimentos por sus características organolépticas: sabor, olor, textura, color o temperatura, por lo que aportan a los alimentos o bebidas sabores o aromas y los mejoran notablemente.
Usos culinarios
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Las hierbas aromáticas son importantes en el mundo de la gastronomía. Aportan sabor y potencia a los platos y son una gran ayuda para utilizar menos sal en la cocina. El exceso del consumo de sal en nuestras comidas favorece la hipertensión arterial, contribuye a producir trastornos cardiovasculares y renales y favorece la osteoporosis.
Las especias y hierbas aromáticas son una gran alternativa para reducir el uso de la sal sin que tus platos pierdan sabor. Cultivarlas en casa te permitirá añadirlas a tus platos siempre que las necesites, sin tener que comprarlas y sin que se estropeen en la nevera. Podrás cortar la cantidad necesaria para cada ocasión y puedes ir alternando su uso.
La albahaca, por ejemplo, se puede añadir a las ensaladas, porque aportan aroma y sabor, y utilizarla para elaborar una salsa de primera calidad. El tomillo combina con numerosos platos, como verduras, arroces, guisos, caldos, pescado o cordero. El orégano aportará sabor y olor a tus ensaladas y platos de verdura.
Perejil
El romero mejora cualquier guiso de carne. El pollo se puede cocinar con estragón. La menta combina bien con el cordero y se puede utilizar para aromatizar muchos postres. Y el perejil lo puedes añadir a casi todo. Otra opción es meter alguna de estas hierbas, como albahaca o tomillo, en una botella de cristal, llenarla con aceite de oliva virgen extra y dejarla macerar al menos dos semanas. Tendrás un aceite macerado ideal para añadir en crudo a ensaladas o verduras al vapor.
También puedes infusionarlas. Las infusiones de lavanda y hierba luisa, por ejemplo, te ayudarán a descansar mejor y son deliciosas. Unas ramitas de menta en un recipiente serán el ambientador perfecto para tu cocina.
Cómo cultivar plantas aromáticas
Utensilios de cultivo de aromáticas
Cultivarlas es sencillo y no necesitan grandes macetas. Colócalas en un lugar con suficiente luz y una buena aireación, como la repisa de una ventana, en una terraza o incluso en la cocina. Riega de forma regular y procura que las macetas tengan un buen sistema de drenaje para que las raíces no se encharquen. Si las colocas en la pared y las cultivas en vertical, por ejemplo en un panel, coloca piedras en la parte inferior de la maceta.
Asegura un buen sustrato, para que crezcan fuertes y sanas. Un truco es agruparlas según sus necesidades de riego: las más exigentes son el tomillo, romero, salvia y lavanda, mientras que la menta, la albahaca y el perejil precisan algo menos agua. Si florecen, corta las flores para mantenerlas en etapa de crecimiento, porque aportarán más aroma y sabor.
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Las plantas aromáticas no sólo son un gran recurso para tus platos, postres e infusiones, sino que aportarán un toque natural y orgánico a la decoración de tu cocina o terraza, cultivarlas es una actividad terapéutica en sí misma y te ayudarán a conectar con lo natural. Y son parte fundamental en la ‘slow food’. Si dispones de un poco de tiempo y ganas, todo serán ventajas.