Un reciente estudio liderado por expertos de las universidades de Stanford y Colorado State revela que, incluso en un escenario optimista de rápida descarbonización, el mundo enfrentará un calentamiento más extremo de lo previsto.
En un contexto donde el cambio climático sigue marcando récords alarmantes, un innovador análisis basado en inteligencia artificial (IA) plantea un futuro inquietante para el planeta. Según los investigadores Noah Diffenbaugh, de la Stanford Doerr School of Sustainability, y Elizabeth Barnes, de Colorado State University, la IA indica que las temperaturas de la TIerra podrían superar límites críticos, aun si los esfuerzos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se intensifican drásticamente.
El desafío de la Tierra
Este año está en camino de convertirse en el más cálido jamás registrado, con temperaturas globales proyectadas a superar los 1,5 °C respecto a niveles preindustriales. Este umbral, considerado crítico por el Acuerdo de París, ya implica efectos severos como olas de calor, lluvias extremas y sequías.
Sin embargo, el nuevo estudio pone de manifiesto que incluso con una descarbonización acelerada, hay un 90 % de probabilidad de que el año más cálido de este siglo sea al menos 0,5 °C más cálido que los actuales picos históricos. “Estamos viendo impactos acelerados en todo el mundo. Incluso en el mejor de los casos, es probable que enfrentemos condiciones más severas que las recientes”, afirma Diffenbaugh.
El poder de la IA
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La investigación utilizó un sistema de IA entrenado con vastos datos históricos y modelos climáticos. Lo que permite que la IA se base en simulaciones teóricas y refina sus predicciones a partir de observaciones reales.
“Las herramientas de IA son increíblemente poderosas para reducir incertidumbres en las proyecciones climáticas”, explica Barnes. Según el estudio, en un escenario donde las emisiones alcanzan el cero neto en 2050, hay un 66 % de probabilidad de que las temperaturas globales superen los 2,1 °C respecto a los niveles preindustriales.
Por otro lado, si las emisiones disminuyen lentamente y no alcanzan el cero neto hasta 2100, el calentamiento podría superar los 3 °C, con efectos devastadores para regiones como el Mediterráneo, el sur de Asia, Europa Central y partes de África subsahariana antes de 2060.
El estudio también recalca la necesidad urgente de combinar esfuerzos de descarbonización con medidas de adaptación. Históricamente, las inversiones en resiliencia frente a los efectos del cambio climático han quedado rezagadas frente a las políticas de reducción de emisiones. “Nuestros resultados sugieren que, incluso si logramos descarbonizar rápidamente, sin inversiones proporcionales en adaptación, las personas y los ecosistemas estarán expuestos a condiciones climáticas mucho más extremas de lo que están preparados”, advierte Diffenbaugh. Entre las medidas de adaptación necesarias se incluyen infraestructuras resistentes al calor extremo, sistemas de gestión hídrica mejorados y políticas para proteger ecosistemas vulnerables.
Con la posibilidad de que se superen los objetivos del Acuerdo de París, la humanidad enfrenta una carrera contrarreloj. La ciencia climática, ahora respaldada por el poder de la IA, ofrece herramientas más precisas para anticipar el impacto del calentamiento global.