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El legado desconocido de Félix

40 aniversario de su muerte

La biografía de Rodríguez de la Fuente rastrea su pasión por la cetrería y el lobo. Grabó centenares de horas de televisión sin guion: su explicación ni fue leída ni estaba escrita

Las fotos de este reportaje son de RTVE,Jaime Pato y Paco Ontañón

RTVE

Legiones de biólogos, botánicos, oceanógrafos y simples aficionados a la naturaleza lo siguen considerando una referencia insustituible. Este pasado sábado, día 14 de marzo, se cumplieron 40 años de la muerte en accidente de Félix Rodríguez de la Fuente (FRF), el más importante divulgador español en conservación de la fauna.

Sus programas de televisión (como “El Hombre y la Tierra”, entre otros) y su exitosa “Enciclopedia Salvat Fauna” lo convirtieron en personaje popular y omnipresente en la vida de los españoles a finales de los 60 y la década de los 70.

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¿Pero cuál es el legado de FRF?, ¿qué le hace ser una persona casi inolvidable?

La imagen más convencional presenta a Félix como el “amigo de los animales”, el hombre que hizo descubrir a los españoles la sensibilidad por la vida salvaje y la naturaleza. Un mensaje al que ha cogido el relevo su hija, Odile, autora de “Félix,un hombre en la tierra” (Planeta).

Si hoy viviera, seguramente nos advertiría de que no podemos seguir consumiendo más bienes o servicios de los que el planeta es capaz de reponer o regenerar. A finales de los años 70, ya alertaba sobre los síntomas de la degradación ecológica que imponía el modelo de consumo.

Benigno Varillas, escritor, periodista, autor de una completa biografía de Félix (ahora actualizada), sostiene que el naturalista burgalés deja un mensaje de ecología profunda aún por descifrar y difundir.

Biografía del escritor y naturalista Benigno Varilllas

Quería entender y recuperar la relación que tuvo el hombre del paleolítico con la naturaleza

“Félix descubre al ‘Homo sapiens’ del Magdaleniense en las cuevas de Altamira. Y se da cuenta de que el hombre que habitaba la Península hace 12.000 años no era un bruto, sino un ser refinado. Y llega a la conclusión de que si recuperamos la relación que ese hombre paleolítico tenía con el planeta, nuestra civilización se evitaría los problemas ambientales que él ya detectaba”, indica Varillas.

Según esta interpretación, FRF quiere ser el “engarce” entre el hombre del paleolítico, en el que se resumen los valores de la convivencia armoniosa con la naturaleza, y el hombre que debe reunir los ideales del futuro.

Félix Rodríguez de la Fuente, en África.

Sobre estas referencias se entiende mucho mejor los apasionados planes de FRF para recuperar la práctica de la cetrería (el halcón o el águila), o su interés por el lobo, que descubre a través de la caza con perros.

FRF imagina (y algunos estudios avalan esta tesis) que el hombre prehistórico tuvo que ser aliado de animales salvajes que fueron domesticados; que debió establecer algún tipo de alianza con quienes, en teoría, eran sus peores enemigos.

El ser humano no es rápido, ni vuela, ni ve de lejos, pero ha sabido adiestrar a las rapaces (como los halcones empleados en la cetrería) que utilizaba como una flecha, para caer como un rayo sobre la garza, la avutarda o los conejos con el fin de compartir la comida.

Y de la misma manera, FRF sospecha que el lobo debió ser aliado del hombre (como demuestra la domesticación del perro).

El hombre y el lobo debieron sentirse beneficiarios de esa alianza; aunque no sé sabe en qué momento se dio esa simbiosis.

Tal vez ambos conducían a sus presas a una gran sima-trampa o un despeñadero. El lobo no era capaz de bajar hasta el fondo, pero obtenía a cambio su recompensa.

“Félix fue una persona singular, también a nivel mundial”, dice Varillas, que sigue transitando la senda filosófica del naturalista burgalés en busca del hombre del paleolítico y su cosmovisión, convencido de que es posible reconstruir la esencia del ser humano.

Ayudó a cambiar la mentalidad española sobre los animales

FRF ayudó a cambiar la mentalidad española sobre los animales.

Contribuyó decididamente a que se abolieran las juntas de extinción de alimañas que desde agosto de 1953 perseguían de forma implacable a las rapaces (halcones, águilas, buitres…) y los carnívoros (zorros, lobos…).

En 1996 llegó la protección a las aves.

Y en 1970, con la nueva ley de caza, el lobo dejó de ser una alimaña y fue declarado especie cinegética, con lo cual se hizo obligatorio respetar su época de cría.

Fue un avance en su protección; y de hecho, a partir de aquella fecha se recuperaron sus poblaciones en diversas zonas de España.

Al ser declarado especie cinegética, se hizo obligatorio respetar su época de cría.

“Él no estaba a favor de cazar lobos, pero sus iniciativas ayudaron a dar un respiro a este animal”, dice Varillas

Félix Rodríguez de la Fuente en Doñana con José Antonio Valverde, primer director de su estación biológica

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El biógrafo Varillas ha documentado la contribución de FRF a la reivindicación de los valores naturales de Doñana. El naturalista realizó ocho programas de radio, cuatro de televisión y dos reportajes en el diario ABC en 1967 sobre este espacio, convertido en parque nacional en 1969.

FRF contribuyó a difundir los valores de Doñana y se implicó en su protección con la compra de una finca cuando era vicepresidente de Adena (WWF)

Ya ha quedado claro que FRF se desmarcó totalmente de proyecto de construir una urbanización en Doñana (en contraposición a la versión de los promotores que pretendieron involucrarle en esta iniciativa fallida).

En 1966, declaró en “La Nueva España” que ese proyecto le parecía una “barbaridad”, que se oponía porque era como construir en el interior de la catedral de Burgos.

También ha rescatado grabaciones que demuestran el papel activo de FRF –como vicepresidente de Adena- en la compra de Doñana, una contribución a la que José Antonio Valverde (artífice de la campaña internacional que dio lugar a la protección de este espacio y director de su estación biológica) puso mucha sordina en sus memorias.

En los Picos de Europa junto con un guarda forestal

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El naturalista burgalés fue partidario también de crear grandes espacios naturales para ser visitados, para hacerlos económicamente rentables (al estilo de lo que él vio en las reservas africanas), aunque esta visión de la naturaleza que proporciona recursos económicos tampoco fue bien entendida.

FRF quiso recuperar la cetrería, pero es algo que no consiguió; en primer lugar, porque las personas que debían aplicar sus planes (el Servicio Forestal o el Icona del Ministerio de Agricultura) no estaban por la labor

FRF quiso recuperar la cetrería, pero es algo que no consiguió; en primer lugar, porque las personas que debían aplicar sus planes (el Servicio Forestal o el Icona del Ministerio de Agricultura) no estaban por la labor.

De hecho, durante años estos funcionarios más bien se dedicaban a todo lo contrario; manejaban una legislación que compotaba la muerte de las rapaces.

Y, en segundo lugar, comprendió que su pretensión era imposible.

Su exitoso libro de cetrería fue contraproducente porque activó el saqueo de nidos (para repetir esta práctica) en un grado tal que debió organizar escuadrones juveniles de la OJE para protegerlos. Comprendió, en suma, que si se extrapolaba su actividad, podría causar la extinción de los halcones.

RTVE

No menos sorprendente es saber que Félix siempre trabajó sin un guion escrito ante la cámara. Grabó centenares de horas de televisión y radio; y firmó miles de páginas. Pero esa ingente explicación no fue leída ni escrita.

Salía directamente de su cerebro, gracias a su prodigiosa memoria y capacidad de comunicación verbal.

Movió enormes equipos de producción, con decenas de profesionales que se movían en la selva de la Amazonia venezolana o el África subsahariana. La dirección de TVE se desesperaba al ver que el hiperactivo presentador no enseñaba ni una modesta escaleta.

Su propia viuda, Marcelle Parmentier, explica que el libro de cetrería que él escribió se lo había dictado en la playa un verano; y al estar tanto tiempo en la misma postura tecleando en la máquina de escribir, se quedó rígida, sin poder moverse, por lo que tuvo que ser llevada en brazos por Félix al médico para que la atendiera.

Su explicación era fruto de su prodigiosa memoria y de su enorme capacidad de comunicación verbal

Produjo más de mil guiones, y textos de enciclopedias y de artículos.

Pero su biógrafo, que ha accedido a su fondo documental, apenas ha visto un texto sobre el buitre negro que es una transcripción posterior del programa “Prisioneros del bosque”.

“Jamás escribió una línea de nada. Contó, documentó, fotografió… Apenas queda algún borrador de lo que parecen ideas dictadas a la secretaria. “De lo publicado no he visto ningún original”, revela Varillas.

Félix Rodríguez de la Fuente escribiendo en África

El más famoso naturalista español explicó con precisión y rigor ante la cámara cómo era un cormorán o qué es un macho montés, que hace un león o una jirafa, pero todo eso salió de su boca sin leer, pero con un orden y una perfecta sintaxis.

Si se reescucha hoy todo eso, se adivina que estamos ante un prodigio de lenguaje oral.

Es la misma técnica hablada que empleaba aquel hombre primitivo que entraba en la cueva, encendía la hoguera o pintaba bisontes en la piedra para contar al clan historias increíbles de animales. Aquella cultura transmitida con la voz desapareció. Por eso, Félix deja un legado de cultura oral y popular: la ilusión de que el paleolítico pervive.

Ideológicamente se definió como un hombre liberal

Otra pregunta ha perseguido a FRF. ¿Era franquista? La pregunta es pertinente, dado que nació en Burgos, donde estaba el estado mayor del franquismo durante la guerra civil y creció en este entorno mientras que su padre, un hombre de derechas, participó en la guerra en el bando de Franco y tuvo cierta relevancia social.

Por mediación de su amigo Jaime Foxá, jefe del servicio de caza y pesca del Ministerio de Agricultura, un joven Félix, con solo 26 años, fue invitado a Madrid por Franco, aficionado a la escopeta, para que pudiera mostrarle cómo se cazaba con halcones.

Félix acudió encantado para efectuar la exhibición, entre otras razones, seguramente, porque en esas circunstancias no podía permitirse el lujo de desairar al dictador.

Tras esta relación personal con Franco, a lo largo de su carrera, Felix le pidió en dos ocasiones su intervención como favor: una para que Franco evitara el desmantelamiento de sus instalaciones de halcones en la Feria del Campo y otra cuando en 1970 TVE arrinconó en la parrilla su programa Fauna (incluso le cambió sin su permiso el nombre, para llamarlo Animalia), como castigo por la promoción publicitaria en la propia TVE de una enciclopedia que tenía el mismo nombre.

Programa EllHombre y la Tierra

RTVE

Pero Franco dio la callada por respuesta.

“Félix no acudió al desfile que organizó el régimen ante el féretro del Caudillo en 1975, algo que era casi obligatorio para el mundo del franquismo”, señala Varillas.

FRF se definió como liberal, e, incluso, hizo campaña en 1979 en Catalunya en favor del candidato de UCD en las elecciones, Eduard Merigó, quien, junto con Joaquín Garrigues Walker, se encontraban entre las pocas figuras liberales del momento en España.

Algunas técnicas de preparación de las escenas no serían aceptadas hoy, dice su biógrafo

Juan Cueto, famoso crítico de televisión, lo quiso convertir durante años en un cierto símbolo del franquismo y caricaturizó su expresión pasional, para muchos teatral o histriónica. Pero, al final, acabó confesando que se sentía superado y arrepentido, que se rendía ante el espectáculo televisivo abrumador e innovador de Félix con el que enganchó a toda España.

Los años posteriores a su muerte se vieron sacudidos por las “revelaciones” sobre cómo Félix trucaba las escenas y facilitaba que pudieran verse imágenes de la depredación de presas.

Eran escenas que en condiciones normales eran difíciles de grabar, o algo casi imposible”

“Eran escenas que en condiciones normales eran difíciles de grabar, o algo casi imposible. El las hizo así porque en aquel momento no había la sensibilidad actual hacia los animales”, dice Varillas.

Cuando el régimen iba a garrotazo limpio, ¿Quién podría escandalizarse de que se sacrificara un conejo o una urraca o un muflón, para que se los comieran un zorro o un lobo?

“Fueron utilizados animales lesionados para que corrieran menos o corrieran en una determinada dirección como estrategias en su filmación. Son técnicas que no eran de él, sino que estaban en los libros de cetrería medieval. Hoy es algo que no estaría aceptado. Nadie lo haría. No son cosas de nuestro tiempo. Pero en los años 60 no herían a nadie como pudieran hacerlo hoy”, dice Varilllas.

El Hombre y la tierra fue reconocida como la mejor producción de la historia por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión

La propia Odile Rodríguez de la Fuente, que estudió producción de cine en Los Ángeles, nos ofrece el contexto de este tipo de documentales, como los que rodó su padre.

La mayoría de las producciones de naturaleza de los años 80 y 90 del siglo pasado se hacían con animales troquelados. Un porcentaje de las imágenes se grababa en un entorno salvaje, y en otra parte se utilizaban animales troquelados.

Esto era algo aún más común en los 70, en la época de FRF.

Posteriormente, en las escuelas de realización se ha llevado un debate ético, sobre la conveniencia de que en los créditos se informara al público de que parte de las imágenes grabadas correspondían a animales troquelados.

Las especiales condiciones en que se desarrollan entonces la grabación justificaban estos pequeños “trucos”.

Rodríguez de la Fuente rodaba con cámaras de 35 milímetros, que pesaban 80 kilos, y con unos equipos que producían un sonido tan atronador que era imposible rodar la vida intima de los animales

Rodríguez de la Fuente rodaba con cámaras de 35 milímetros, que pesaban 80 kilos, y con unos equipos que producían un sonido tan atronador que era imposible rodar la vida intima de los animales

En cualquiera de los casos, el equipo de FRF hizo programas extraordinarios, de manera que “El hombre y la tierra” fue considerada como la mejor producción por la Academia de las Ciencias y de las Artes de la Televisión.

El resultado de su pericia para lograr esos planos fue unánimemente elogiada.

Rodríguez de la Fuente nunca ocultó, además, su manera de trabajar; y en la propia serie “El hombre y la tierra” muestra la base del pueblo Peregrina donde reunía a sus animales con los que trabajaba.

Además, en los años 60, muchos de los animales que acababan en este campamento eran ejemplares recuperados de los alimañeros; eran por lo tanto animales que hubieran muerto si no hubieran encontrado aquí el refugio que les ofrecía FRF.

Sus programas sirvieron, pues, para crear la conciencia social que evitó que se extinguieran algunas de las especies salvajes de la Península.

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