Carla, la hembra de lince que fue liberada el pasado mes de abril en el Parque Nacional de Cabañeros tras ser recuperada en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ‘El Chaparrillo”, de Ciudad Real, ha regresado a las inmediaciones del río Guadalmellato en Córdoba, tras recorrer más de 600 kilómetros.
Según han informado a Efe el director del Parque Nacional de Cabañeros, Ángel Gómez Manzaneque, durante los últimos meses Carla ha venido ofreciendo información detallada del viaje que ha realizado en todo este tiempo, por dónde ha pasado y en qué zona se ha movido para cazar y descansar.
Carla es una hembra adulta de lince nacida en el Parque Natural de la Sierra de Andújar, en Jaén
Gómez Manzaneque ha recordado que Carla es una hembra adulta de lince nacida en el Parque Natural de la Sierra de Andújar, en Jaén, que en noviembre de 2013 fue localizada en mal estado cuando pesaba solo 7 kilos, con heridas producto de peleas con otros linces, seguramente defendiendo su territorio de otra hembra.
Tras ser capturada y trasladada al Centro de Recuperación de La Olivilla (Jaén) donde fue curada, fue liberada en enero de 2014 en el valle del río Guarrizas, zona por la que campeó hasta pasar al valle del Jándula, en la provincia de Jaén.
Posteriormente, el 17 de diciembre de 2018, fue encontrada de nuevo en mal estado desnutrida y a punto de morir, ha recordado Gómez Manzaneque, quien ha explicado que fue entonces capturada por técnicos de la Junta de Castilla-La Mancha, cerca del embalse de Fresneda, en El Viso del Marqués (Ciudad Real), cuando pesaba sólo seis kilos, por lo que fue llevada al centro ‘El Chaparrillo’.
En noviembre de 2013, Carla fue localizada en mal estado cuando pesaba solo 7 kilos, con heridas producto de peleas con otros linces
Tras ser atendida en el centro y aún sabiendo que ya era un ejemplar mayor, se decidió que fuera trasladada al Parque Nacional de Cabañeros, para completar su recuperación e iniciar su aclimatación a la libertada de nuevo, ha dicho el director del parque. En febrero se liberó en un cercado construido expresamente para ella, dentro de una gran parcela de 16 hectáreas, donde se vienen realizando trabajos para aumentar la población de conejos. Allí pasó unos 40 días, aclimatándose a la zona, era alimentada con conejos vivos que perseguía y capturaba con gran habilidad.
El 11 de abril, previa comprobación visual de su estado físico, se procedió a abrir la puerta del recinto, con la esperanza de que se quedará en el parque nacional, algo que, finalmente no sucedió. Desde entonces comenzó una nueva etapa en libertad para la hembra de lince que la llevó a recorrer términos de varios municipios del entorno del parque nacional, para llegar hasta la pedanía de El Alcornocal, en Piedrabuena, desde donde cruzó el río Bullaque, para dirigirse después al Valle de Alcudia, en la provincia de Ciudad Real.
En febrero se liberó en un cercado construido expresamente para ella, dentro de una gran parcela de 16 hectáreas
Durante todo este tiempo, ha dicho Gómez, “fue aprovechando las manchas de monte que había en las zonas, recalando en los lugares que tenían población de conejo, aunque, no descartamos que en este tiempo también cazara algún corzo, momento en el que se establecía temporalmente unos días hasta consumirlo en su totalidad”.
Una vez en el Valle de Alcudia, se dirigió hacia Andalucíarecorriendo todo el Valle de los Pedroches, llegando a Villanueva de Córdoba, donde fue localizada por personal de la Junta de Andalucía, y posteriormente acabó en el entorno de Córdoba capital, donde lleva unos días cerca del río Guadalmellato.
El director del Parque Nacional de Cabañeros ha asegurado que Carla, además de demostrar que ha tenido una experiencia enorme de vida, ha aportado dados muy interesantes sobre los futuros pasillos por lo que se pueden comunicar “las dos poblaciones mas pujantes de presencia de lince, los Montes de Toledo y el conjunto de Andújar, Cardeña-Montoro”.
Y aunque Gómez Manzaneque ha calificado la odisea de Carla “una gran noticia” ha lamentado no quisiera quedarse en Cabañeros, aunque ha añadido que “estamos convencidos que su presencia durante este tiempo puede servir para que en el futuro, linces jóvenes elijan el parque nacional para quedarse definitivamente”.