La medicina tradicional china amenaza de extinción a los burros africanos
Animales en peligro
En 2018 el país asiático ha reducido a la mitad las tasas a la importación de derivados de piel de burro como el ejiao
La población de burros ha decaído de 11 millones en 1990 a 3 millones en 2017 en China, país en el que la gelatina que contiene la piel del asno se utiliza para elaborar un remedio tradicional conocido como ejiao.
Según la medicina tradicional china y las supersticiones orientales, este componente, que se obtiene friendo la piel del burro, sana la anemia mejorando la producción de sangre, cura resfriados, el insomnio e incluso hay quienes le atribuyen propiedades antienvejecimiento.
La carne de burro también es un ingrediente habitual en las recetas tradicionales del país, donde, además, estos animales se usan ampliamente en el sector agrícola o como medio de transporte.
Por ello, ante esta disminución, China está acudiendo a África para abastecerse de burros en vez de poner remedio a esta insostenible situación. De hecho, el escenario actual ha conseguido que países como Níger, Uganda, Tanzania, Burkina Faso, Mali o Senegal prohíban la exportación de burros a China para evitar su sobreexplotación.
En paralelo, otros como Kenya y Sudáfrica están mejorando sus instalaciones para cumplir con la demanda de China, lo que ha hecho florecer el mercado negro en el continente.
No obstante, el gobierno chino no parece contemplar la situación desde el punto de vista conservacionista y sigue apostando por la superstición, pues a principios de este año redujo los impuestos a la importación de asnos del 5 al 2%, lo que ha hecho saltar todas las alarmas entre los activistas.
A día de hoy, según datos de la organización británica The Donkey Sanctuary, se comercializan 1,8 millones de pieles cada año y la gelatina derivada de las mismas se vende a unos 325 euros el kilo, si bien la demanda total asciende a 10 millones de pieles.
En los últimos años, estos animales han sido sacrificados a un ritmo sin precedentes y hay quienes advierten ahora de que la población de burros podría quedar “diezmada” si no se toman medidas al respecto.